¿Cómo comunicarse cuando no se domina el habla? Aunque no lo parezca, todos hemos sido capaz de transmitir sin palabras, y existen múltiplas fórmulas para ello. Un ejemplo es el lenguaje corporal, o el visual. Algo de lo que se valen los bebés, quienes todavía no poseen las habilidades necesarias para usar un idioma con el que compartir cómo se sienten. Es por ello que los padres deben estar atentos a diversas señales como una mirada.
Las miradas de los bebés tienen mucho que decir a los padres, pero al igual que el resto de las señales en estas edades, hay que saber interpretarlas. Por ello, desde el Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica, se dan varias pistas para «leer» el lenguaje visual de los más pequeños de la casa y poder interactuar con los mismos, al tiempo que se entienden los sentimientos que manifiestan y convertirse en sus mejores aliados.
La mirada de los bebés
La mirada de los bebés es una herramienta más de interacción social que puede reflejar sus sentimientos y permitir establecer contacto con sus personas más cercanas. En el caso de los recién nacidos atienden a los rostros a través de un vínculo visual directo, haciendo un seguimiento con sus ojos de todo aquello que les llama la atención y que tiene una forma similar al rostro humano. Un mecanismo que se desarrolla en los primeros cuatro meses.
Durante los primeros meses los recién nacidos se sienten atraídos por elementos como el color rojo, así como el contraste entre el blanco y el negro. Como se ha dicho, también los rostros humanos y su contorno les causa un gran interés La claridad visual de un niño se ha desarrollado en torno al 20/20 cuando el bebé cumple los seis meses. En estos momentos, los pequeños poseen un control preciso del movimiento de sus ojos.
Entre los ocho y los doce meses los bebés son capaces de evaluar las distancias y su mirada es una fuente rica de información para las personas de su alrededor. Al mismo tiempo, los pequeños se convierten en grandes observadores capaces de interpretar distintos datos que les llegan a través de esos sentidos para poder evaluar su entorno de manera clara. En otras palabras, son capaces de comprender qué sucede a su alrededor.
Los bebés de diez meses pueden codificar informaciones simples a través de la mirada social de terceros. Saben que las personas usan los ojos como herramienta social y pueden aprovecharla para interactuar con otros a su alrededor. Es por ello que este sentido tiene una gran importancia en el desarrollo de los niños ya que les brinda un instrumento perfecto a través del que comunicarse con las personas a su alrededor.
¿Los bebés socializan con la mirada?
Los bebés, desde edades tempranas, son capaces buscan el contacto visual y son capaces de socializar a través del mismo. Los bebés de cuatro semanas ya buscan mantener la mirada con sus madres durante la lactancia, y cuando lo consiguen se aumenta el efecto de la administración de sacarosa, favoreciendo que entren en un estado de calma y control. De esta forma, se entiende que este lenguaje es muy importante en su desarrollo y formación del vínculo con sus padres.
A partir de las nueve semanas los bebés se fijan constantemente en los ojos de los adultos cuando este les habla. Cuando los lactantes empiezan a hacer esfuerzos para participar socialmente en la vida de su hogar, sus ojos participan más en estas relaciones, no solo para establecer contacto visual. En torno a los cuatro meses poseen una mayor percepción de los colores y pueden empezar a distinguir objetos, no solo los rostros.
Damián Montero
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