Coincidiendo con su undécimo aniversario, Instagram acaba de registrar el pasado lunes la peor caída de su historia reciente, que afectó a sus servicios de forma global y durante más de 6 horas junto a Facebook y WhatsApp.
El 6 octubre de 2010 esta red social se lanzó en exclusiva para iPhone y llegó a acumular 1 millón de usuarios registrados en sus dos primeros meses de vida. Una cifra que en la actualidad ronda los 1.386 millones de usuarios a nivel global, de acuerdo con los datos de Statista.
Al principio, Instagram nació con el nombre de Burbn y su función principal era la localización, es decir, era bastante similar a FourSquare. Pero, al poco tiempo, sus creadores, Kevin Systrom y Mike Krieger, se dieron cuenta de que lo que realmente interesaba a los usuarios eran las fotos que se colgaban en esos lugares y decidieron centrarse en la imagen y en los posts. A partir de ese momento la app se convierte en Instagram, cuyo término engloba los conceptos «instantánea» y «telegrama», de ahí el diseño en fotos cuadradas que recuerda a las fotografías tomadas con una Polaroid.
Crecimiento de Instagram
Coincidiendo con su aniversario, Qustodio ha realizado un análisis sobre el comportamiento digital de los menores en Instagram. Destaca que de acuerdo con los datos de la propia plataforma, en 2020 las redes sociales, en general, experimentaron un crecimiento de uso en menores del 76% y TikTok consiguió arrebatar el primer puesto a Instagram a nivel mundial. De hecho, aún se mantiene a la cabeza del ranking con 1,61% de diferencia.
Pese a pasar a ocupar el segundo puesto del ranking de apps más utilizadas, Instagram no para de crecer y en el último año se observa un aumento de usuarios del 25%. Por países, España se sitúa a la cabeza con un aumento en el número de usuarios en el último año del 41%, frente a Reino Unido (27%) y Estado Unidos (11%). Aunque la cifra total de usuarios menores en USA multiplica por 4 a la española.
Su tiempo de uso entre los menores también ha aumentado un 16%, pasando de una media de 50 min/día a 58 minutos diarios. El mayor incremento lo vemos en España, donde los menores pasan un total de 36.500 minutos al año en Instagram o lo que es lo mismo, más de 608 horas al año.
Debido a las largas horas que pasan los menores frente a las pantallas utilizando esta red social, el bloqueo de Instagram ha aumentado un 25% respecto a los datos de 2020, convirtiéndose en la tercera app más bloqueada por parte de las familias a nivel global, por detrás de Tik Tok (54%) y Facebook (27,5%).
Eduardo Cruz, CEO y co-fundador de Qustodio asegura que «Instagram ha sido una revolución que ha estado en constante evolución desde su nacimiento, pasando de ser una red para registrar dónde habías estado a un lugar en el que compartir, crear, hacer negocios e, incluso, crear profesiones. En la actualidad, Instagram se enfrenta al reto de competir con TikTok y cumplir con las expectativas de las generaciones Zeta y Alfa».
5 razones por las que Instagram puede resultar tóxico
Según el informe interno que el propio Facebook hizo sobre su aplicación estrella, Instagram, y que ahora se ha filtrado a la prensa, «alrededor del 32 % de las mujeres que usan Instagram se sienten peor con sus cuerpos».
En el mundo irreal de Instagram, un físico atractivo se presenta a menudo como la única puerta de entrada hacia el éxito y la aceptación social. Este mensaje puede resultar doloroso, excluyente y distorsionador para aquellos que no se sienten a gusto con su cuerpo», detalla Ferrán Lalueza, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
«Hay que tener en cuenta la incidencia que puede tener en una población joven. Según el informe interno, uno de los principales efectos de esta red es la «comparación social negativa», que hace que los usuarios se valoren con base a su atractivo, riqueza y éxito respecto a los otros», explica Lalueza.
Tanto Lalueza como el psicólogo de la UOC José Ramón Ubieto desgranan otras razones que hacen que Instagram sea una red social potencialmente tóxica:
1. El físico como presentación. «La imagen es el rasgo casi único de presentación en la red. Esto hace que todo el valor recaiga sobre el estado de esa instantánea y reduce la presentación formal», advierte Ubieto, y añade que «el efecto de esta comparación puede aumentar las vacilaciones de todo adolescente. Compararse con miles de fotos hace más complicado habitar su propio cuerpo».
2. Una realidad falsa pero siempre perfecta. «El mundo que se exhibe en Instagram es un mundo irreal fruto de una selección sesgada (mostramos lo mejor y obviamos lo peor) y con filtros embellecedores. Si nos comparamos con este mundo sin ser conscientes de que es ficticio, nuestra realidad acaba resultando bastante deprimente», afirma Lalueza.
3. Un público objetivo muy sensible. «En edades en que todavía estamos formando nuestra personalidad y aprendiendo a aceptarnos tal como somos, el contraste mencionado antes puede resultar particularmente demoledor». Según este estudio, las personas adolescentes tienen una alta sensibilidad emocional, y el desarrollo prolongado del proceso reflexivo y el control cognitivo pueden hacerlas específicamente reactivas a este tipo de medios.
4. Es muy difícil cerrar la sesión. «Tiene una alta capacidad de absorción de interés, tiempo y dedicación que les priva de otras actividades», afirma el psicólogo. En esta línea, Lalueza explica que «las redes sociales están cuidadosamente diseñadas para que nos enganchemos y dediquemos nuestro tiempo a ellas. Cuanto más tiempo invertimos en Instagram, más alto es el coste de oportunidad en términos de cosas positivas que podríamos estar haciendo y que no haremos».
5. Eco tóxico. Para Ubieto, esta red funciona como una cámara de eco: «Si tú comunicas un deseo o una idea, por ejemplo sobre autolesiones o suicidio, esta red te multiplica las opciones. Ese eco es un refuerzo de tu propia idea.
Instagram Kids, un proyecto paralizado
Instagram se planteaba una versión para los más jóvenes (de diez a doce años), llamada Instagram Kids, que permitiera controlar los contenidos, los accesos y la publicidad, que ahora se ha detenido por los posibles peligros sobre niños y adolescentes.
De hecho, la preocupación por la propia imagen, la sensación de FOMO (miedo a quedarse fuera del mundo en línea), el acoso en línea, la ansiedad y los problemas para dormir derivados de la inquietud son algunos de los efectos negativos más comentados en otros informes por la juventud sobre Instagram.
Esta polémica ha puesto de manifiesto que la empresa era consciente del daño de su propio funcionamiento pero que ha estado ignorandolo. Ante la controversia causada Instagram proponía dos ideas a sus usuarios: alentar a que la gente «no se concentre en contenido que podría contribuir a la comparación social negativa» y que «se tomaran una pausa» de la plataforma. «Merece poca credibilidad, es un ejemplo más de la estrategia reactiva de Facebook. Si no se hubiese producido la filtración, la empresa nunca se hubiese planteado este tipo de recomendaciones», concluye Lalueza.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Ferrán Lalueza, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
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