La llegada de un bebé es un momento muy especial. Sin embargo, también supone un gran trabajo para los padres ya que ante ellos tienen a una persona totalmente dependiente y lo que es peor, es incapaz de comunicarse a través de los mismos medios que los adultos. Sin embargo, que no dominen este código, no quiere decir que no sean capaces de transmitir cómo se sienten y mantener «conversaciones» con sus progenitores.
Sonrisas, exclamaciones de asombro y admiración son algunos de los mensajes que los recién nacidos pueden transmitir a sus padres. Incluso, si se atiende bien los es posible empezar a reconocer la personalidad e sus hijos en esta etapa. Aprender a captar estos mensajes es muy importante para garantizar un buen desarrollo en los bebés y crear un vínculo familiar que ir potenciando a lo largo de los años.
Cómo se comunican los bebés
Los bebés no hablan, eso es un hecho, pero sí que se comunican. El llanto sigue siendo el principal método para que los recién nacidos indiquen a sus padres cómo se sienten, o cuando necesitan algo, al tiempo que se sienten saturados por el entorno en el que se encuentran. En ocasiones puede parecer que lloran sin motivo, siempre y cuando no esté enfermo le duela algo, no hay que preocuparse y no es necesario un consuelo de inmediato.
Otras fórmulas de comunicación son las respuestas al sonido de la voz de sus padres tranquilizándose, sonriendo o activándose emocionando mientras mueve brazos y piernas. Los recién nacidos ya empiezan a sonreír con regularidad a sus progenitores, aunque es posible que sea necesario algún tiempo para manifestar esta simpatía con otras personas menos conocidas, como son los abuelos.
A medida que los bebés crezcan irán descubriendo la capacidad para vocalizar e ir emitiendo ciertos sonidos como gorjeos y balbuceos en casa, suele suceder en torno a los dos meses de edad. Los recién nacidos «hablarán» con una variedad de sonidos, sonreirán y esperarán una respuesta de sus padres. Incluso es posible que a estas edades imiten las expresiones faciales de sus progenitores como medio de juego.
¿Qué pueden hacer los padres?
A los bebés les encanta oír la voz de sus padres, de modo que se recomienda que se les hable, se les cante y se interactúe con ellos de diversas maneras durante estos primeros meses. Se les ha de responder con entusiasmo a los sonidos y sonrisas del recién nacido. Un buen método es explicar a los bebés lo que observe o haga y también lo que se está haciendo. Para ello, una opción es nombrar objetos familiares cuando los toque o se les dé al pequeño
Hay que aprovechar el «habla» especial del bebé para llevar una «conversación» con él. Si se oye que el recién nacido emita un sonido, se puede repetir y esperar la contestación. De esta forma se enseñando al recién nacido valiosas lecciones sobre la entonación, las pausas, el ritmo y la alternancia de turnos cuando se habla. También le estará enviando el mensaje de es lo bastante importante como para que lo escuchen.
No se les debe interrumpir ni mire hacia otro lado cuando se esté «hablando» con el bebé, se debe mostrar interés para que el pequeño pueda confiar en sus padres. Los recién nacidos de esta edad parecen responder mejor a las voces femeninas, que tradicionalmente se asociaban al consuelo y al alimento. Por eso, la mayoría de la gente aumenta la frecuencia de su voz y exagera el habla cuando se dirige a un bebé.
Aunque pueda parecer que es muy pronto, ya está sentando las bases para la primera palabra del bebé. A veces, los recién nacidos no están de humor para comunicarse o vocalizar; hasta ellos necesitan su propio espacio y desconectar de tanto en tanto de toda la estimulación que lo rodea. En estas situaciones, los pequeños pueden apartar la vista, cerrar los ojos o ponerse inquietos o irritables.
Damián Montero
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