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ARFID, un trastorno alimentario menos conocido pero igual de importante

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Aprender a reconocer el ARFID ayudará a prevenir todos los problemas derivados de este trastorno alimenticio.

Aprender a reconocer el ARFID ayudará a prevenir todos los problemas derivados de este trastorno alimenticio. – ISTOCK

Cuidar de la salud de los hijos es una de las mayores preocupaciones de los padres. Sin embargo, este bienestar va más allá de la prevención de problemas comunes como pueden ser el resfriado u otras afecciones. Un ejemplo son los trastornos alimenticios, que pueden ser graves no solo a nivel físico, sino también en lo que al equilibrio mental se refiere. Anorexia, bulimia u obesidad son algunos ejemplos conocidos.

Sin embargo, que sean los más conocidos no quiere decir que sean los únicos. Existen otros que merecen la atención de los padres, como el Avoidant Restrictive Food Intake Disorder, ARFID. Este se caracteriza porque aquellos que lo padecen comen cantidades muy pequeñas y evitan, por completo, ciertos tipos de alimentos. Esto, en edades tempranas puede alterar el desarrollo del niño, tanto en crecimiento como peso.

Comedores selectivos

Si bien es cierto que todas las personas tienen sus preferencias alimenticias, en el caso de los pacientes de ARFID estas alcanzan otro nivel. De hecho, a los adultos y niños con este trastorno se les conoce como comedores selectivos ya que tienen muy claras sus preferencias cuando de poner algo en la mesa se refiere. Tal y como explican desde la Asociación Estima «La mayoría de los niños pasan por épocas en las que se vuelven selectivos en sus comidas; sin embargo ser ‘comedor selectivo’ no ses solo una fase, sino un indicativo de una lucha interior».

El dignóstico de ARFID es relativamente nuevo y reemplaza a la categoría previamente denominada como «desorden de la alimentación en la infancia«, Un cambio que llega tras una investigación sobre la restricción de alimentos en estas etapas, aunque puede presentarse en personas de todas las edades. Sin embargo, suele ser más común en niños que en adultos, por lo que a los padres les corresponde estar atentos.

Es importante saber que el ARFID no es consecuencia de la falta de alimentos. De acuerdo con el National Eating Disorders Association (NEDA), las personas en el espectro del autismo, los que sufren ADHD y personas con discapacidad intelectual son más propensas a desarrollar este trastorno. Los niños con este diagnóstico, a menudo, también manifiestan otros síntomas propios de cuadros de ansiedad.

Síntomas a reconocer

La mayoría de los síntomas del ARFID se relacionan con un comportamiento selectivo de alimentación qu puede llevar a hacer dietas con un valor nutritivo pobre. En el caso de los niños, hay que tener en cuenta que estos solo tienen acceso a las comidas que se les ofrece y su vocabulario para nombrar ciertos platos es reducido. Las preferencias en la infancia son únicas, sin embargo los pacientes de este trastorno presentan problemas para ingerir vegetales, proteínas o frutas.

Muchos de estos niños también manifiestan problemas con los lácteos, el grupo más fácil para ellos son los carbohidratos. Además, los síntomas de ARFID pueden incluir:

– Mala nutrición

– Disturbios en el crecimiento y peso

– Falta de apetito o interés en la comida

– Un rango limitado de comidas preferidas

– Miedo de atorarse o ahogarse

– Dolores intestinales al defecar

– Dificultad para participar en actividades sociales, especialmente si hay presencia de comida.

Sin embargo, hay señales a las que hay que estar especialmente atentos:

– Falta de interés en comida y en comer.

– Falta de apetito.

– Comer muy despacio.

– Comer porciones pequeñas.

– Grandes luchas alrededor de la comida.

– Evasión de comidas porque no le gusta el color, la textura, el olor o el sabor.

– Miedo a asfixiarse o a vomitar.

– Quejas de carácter gastrointestinal como flatulencia, acides, nausea, estreñimiento.

– Pérdida de peso y señales de desnutrición.

– Evitna socializar durante la comida.

En cuanto al tratamiento, como muchas otras enfermedades, el ARFID varía entre las personas. En algunos casos un niño con una dieta selectiva severa puede lograr un crecimiento importante con la ayuda de suplementos y un apoyo médico significativo. Si se aprecian alguno de los síntomas antes mencionados, es necesario que informar al médico su médico y solicitar ayuda. Si se cree necesario, podrá ser derivado a un especialista en trastornos alimentarios para aprender a sobreponerse a su aversión a la comida y recuperar su ritmo de crecimiento y peso.

Damián Montero

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