La depresión postparto es bien conocida, sin embargo también es posible desarrollar estos sentimientos de tristeza a lo largo de la gestación dando lugar a graves síntomas. Darse cuenta de la misma y su diagnóstico es importante para empezar a tratarla y que todos alrededor de la futura madre puedan poner su granito de arena y ayudarla a superarla del mejor modo posible para garantizar 9 meses perfectos.
Conocer las causas, diferencias respecto a otras situaciones y cómo apoyarlas del mejor modo posible es fundamental para comenzar a ayudar. Porque tal y como indican desde el National Institute of Mental Health no solo afecta a las futuras madres, sino a todas las personas relacionadas con la misma y que se encuentran cerca de ella durante la gestación se ven involucradas dentro de la depresión prenatal.
¿Qué es la depresión perinatal?
La depresión perinatal es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a las mujeres durante el embarazo y después del parto. Estos sentimientos incluyen a todas aquellas sensaciones de tristeza que comienzan durante la gestación. Estas madres experimentan sentimientos de extrema melancolía, ansiedad y fatiga que pueden dificultar que realicen sus tareas diarias, incluidos el autocuidado o el cuidado de los demás.
Se diferencia de la tristeza posparto, baby blues, en que esta describe cambios leves en el estado de ánimo, así como sentimientos de preocupación, infelicidad y agotamiento que muchas mujeres pueden experimentar durante las primeras dos semanas después de dar a luz. Los bebés recién nacidos requieren atención las 24 horas, por lo que es normal que estas mujeres se sientan cansadas e incluso abrumadas a veces.
Si los cambios en el estado de ánimo y los sentimientos de ansiedad o infelicidad son muy fuertes, o si duran más de dos semanas, es posible que la mujer tenga depresión posparto. Por lo general, las mujeres que tienen este tipo de depresión no se sentirán mejor hasta que reciban tratamiento. Lo primero que debe saber, tanto la madre como el resto, es que no es el resultado de algo que haya hecho la mujer.
Causas, síntomas y tratamiento
No hay una sola causa para la depresión perinatal; más bien, las investigaciones sugieren que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. El estrés de la vida, por ejemplo, las demandas laborales o experiencias traumáticas anteriores,, las exigencias físicas y emocionales de tener hijos y de cuidar a un nuevo bebé, y los cambios hormonales que ocurren durante y después del embarazo pueden contribuir a su origen.
Entre los síntomas más repetidos, los profesionales destacan las siguientes:
– Estado de ánimo triste persistente e irritabilidad.
– Sentimientos de culpa, nulidad, falta de esperanza o impotencia.
– Pérdida de interés o de placer en pasatiempos y actividades.
– Fatiga o disminución anormal de energía.
– Sentirse inquieto o tener problemas para quedarse quieto.
– Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
– Dificultad para dormir, incluso cuando el bebé está descansando, despertarse temprano en la mañana o excesivo sueño.
– Apetito anormal, cambios de peso o ambos.
– Molestias o dolores corporales, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física clara o que no se alivian aun con el tratamiento.
– Problemas para crear un vínculo emocional con el nuevo bebé.
– Dudas constantes sobre su capacidad de cuidar al nuevo bebé.
Es importante tratar la depresión perinatal tanto para la salud de la madre como la del bebé, ya que esta puede tener efectos graves en la salud de ambos. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las mujeres se sienten mejor y sus síntomas mejoran. A menudo, se incluye psicoterapia, medicamentos o una combinación de ambos. Si no reducen se pueden apostar por otras soluciones:
– Terapia cognitivo-conductual. La terapia cognitivo-conductual es un tipo de psicoterapia que puede ayudar a las personas con depresión y ansiedad, pues les enseña diferentes formas de pensar, comportarse y reaccionar ante distintas situaciones. Las personas aprenden a desafiar y cambiar patrones inútiles de pensamiento y comportamiento como una forma de mejorar sus emociones y sentimientos de depresión y ansiedad. Este tipo de terapia se puede realizar individualmente o con un grupo de personas con inquietudes similares.
– Terapia interpersonal. La terapia interpersonal es una terapia basada en evidencia que se ha utilizado para tratar la depresión, incluida la depresión perinatal. Se basa en la idea de que los acontecimientos interpersonales y de la vida inciden en el estado de ánimo y viceversa. La meta de la terapia interpersonal es ayudar a mejorar las habilidades de comunicación dentro de las relaciones, establecer redes de apoyo social y desarrollar expectativas realistas que les permitan lidiar con la crisis u otros problemas que pueden estar contribuyendo a su depresión.
Damián Montero
Te puede interesar:
– La depresión materna y sus efectos en el embarazo