La lactancia aporta numerosos beneficios a la madre y al recién nacido. Este primer alimento les proporciona bienestar, favorece el vínculo y asegura el desarrollo del sistema inmune, previniendo de diversas enfermedades. Por si quedan dudas, en tan solo unos pocos días son suficientes para que el bebé empiece a recibir los efectos positivos de la leche materna, tal y como señala el estudio publicado en la revista Journal of the American Heart.
Un trabajo que ha reconocido que los primeros días de lactancia materna ya ofrecen beneficios para los bebés en tanto que previenen problemas de presión sanguínea en la infancia, evitando incluso la aparición de enfermedades cardiovasculares en la vida adulta. Un nuevo motivo para no posponer el comienzo de la alimentación a través del pecho de la madre y que empieza a proteger a los más pequeños desde el primer momento.
Reducción de la presión alterial
Este trabajo recogió datos de 2.4000 bebés. En concreto se realizaron varios cuestionarios a las personas encaradas de su cuidado y el historial clínico. De estos niños, el 98% fue amamantado en algún momento de sus primeros días de vida y solo el 2% nunca recibió el pecho. De aquellos que fueron alimentados con la leche materna, el 78% la recibió de manera exclusiva durante seis meses o más, y el 62% durante al menos tres semanas.
También se tuvo en cuenta un pequeño grupo, del 4% de bebés que solo fueron amamantados durante sus primeros días de vida. Al terminar ese estudio se comprobó que a los tres años los niños que nunca recibieron el pecho tenían una presión arterial más elevada que aquellos que sí recibieron el pecho. Un factor en el que no influía el tiempo que los recién nacidos alimentados con la leche materna.
Tampoco influían otros factores tales como el estilo de la vida, o si se había recibido otros alimentos complementarios más allá de la leche materna. Según los responsables de este trabajo la clave está en el calostro y, si bien es verdad, que cada gota de este alimento cuenta y a mayor tiempo de lactancia mayores beneficios, estas primeras ingestas es la responsable de dar forma a muchos procesos del desarrollo en el recién nacido.
Beneficios a largo plazo de la lactancia
Si bien durante los primeros días de lactancia ya se observan varios beneficios de la lactancia, a corto y largo plazo también se aprecian resultados positivos para los niños, tal y como explican desde Intermountain Healthcare:
Beneficios a corto plazo:
– Menos infecciones de oídos: la lactancia reduce en un 23% menos las infecciones entre los bebés que recibieron leche materna y un 50% menos infecciones entre los bebés que amamantaron por lo menos 3 meses.
– Menos infecciones pulmonares y problemas respiratorios: la leche materna reduce un 27% las infecciones entre los bebés que recibieron leche materna y 72% menos hospitalizaciones por problemas respiratorios entre los niños de por lo menos 4 meses.
– Menos vómitos: la reducción es del 64%.
– Menos diarrea: la lactancia asegura un 53% menos hospitalizaciones relacionadas con la diarrea.
– Menos infecciones en general y menos visitas al hospital en su primer año de vida, reduciéndose un 30% menos durante los meses que el bebé recibió leche materna.
Beneficios a largo plazo:
– Reducción del 15% a 19% de desarrollar leucemia.
– Un 27% menor riesgo de contraer asma entre los bebés que reciben el pecho en los 3 primeros meses (40% menor riesgo cuando hay historial de asma en la familia).
– Descenso del 19% a 27% en el riesgo de contraer diabetes tipo 1 entre los bebés que amamantan por lo menos 3 meses.
– Menos posibilidad de desarrollar sobrepeso u obesidad durante la vida adulta.
Damián Montero
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