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Cómo sacar el máximo partido al verano con tus hijos

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Las vacaciones de verano han llegado por fin tras un crudo curso de pandemia y con ellas muchos padres tienen que hacer un verdadero rompecabezas para gestionar el tiempo libre de sus hijos.

Después de todo un curso de restricciones, mascarillas, toque de queda y confinamiento en el que la mayoría de las horas han estado prácticamente ocupadas entre clases, deberes, deportes, extraescolares y demás actividades, lo lógico es que nuestros hijos quieran descansar.

El verano es ideal para desconectar, relajarse y disfrutar con actividades nuevas. Pero también es comprensible que a los padres les preocupe, ante la ausencia de un horario establecido, que sus hijos caigan en la comodidad de ver pasar el tiempo tumbados ante pantallas o sin hacer nada.

La mayoría de los centros educativos ofrecen de nuevo campamentos o campus de verano. Estos pueden ser una buena opción, cuando los padres trabajan y no pueden hacerse cargo de sus hijos. Es importante asegurarse que el campus o centro de ocio para esta temporada y que cumple los requisitos educativos y formativos que cada familia busca para sus pequeños. A parte de eso, son un espacio estupendo para hacer amigos, disfrutar de actividades lúdicas divertidas y aprender idiomas.

3 planes de acción para sacar partido al verano

Casi dos meses y medio pueden ser muchos días y una pesadilla para muchas familias. Por eso os proponemos tres planes de acción, con los que llenar y rentabilizar el tiempo de vuestros hijos, alcanzando las metas y objetivos que os propongáis:

1. Hacer un horario en familia 

Un horario para todos los días de la semana o, por lo menos, de lunes a viernes. Es importante que sea flexible, en el que haya tiempo para descansar, para estar con amigos, para leer buenos libros y cuentos, para hacer deberes de verano si se los han mandado en su centro escolar, para hacer deporte o piscina, para ayudar en casa, para jugar y divertirse, o para simplemente estar en familia. Este horario tiene que limitar el tiempo de pantallas (móviles, tabletas, Internet, tv…) y debe estar supervisado por los padres para que sea equilibrado.

Es recomendable hacer un mural o tabla entre todos los miembros de la familia con el horario que se va a realizar cada día. Si en una jornada se cambian los planes porque surge una excursión, por ejemplo, no pasa nada, estamos de vacaciones y el horario tiene que ser flexible. Ya no somos, como nos suele ocurrir el resto del curso, el conejo de Alicia en el país de las maravillas corriendo siempre, agobiado y con prisas.

2. Reparto de tareas 

Las vacaciones son un tiempo estupendo para enseñar a los hijos a «echar una mano en casa», aprendiendo lo que es trabajo en equipo, cooperar, compartir tareas y ayudar. Que sean ellos los que elijan, entre una lista que les podemos dar o realizar entre todos, como por ejemplo hacer las camas, poner la mesa, preparar los desayunos, ayudar a hacer la compra, contribuir limpiando y recogiendo la casa, dar un paseo al perro, sacar la basura, etc.

Es bueno ir rotando cada semana de tareas, así se valora el trabajo de todos y nadie se cansa de hacer siempre lo mismo. También puede ayudar a recordar la tarea de cada uno el colocarlas en una hoja dibujadas o escritas dependiendo de las edades de los hijos.

¿A partir de qué edad pueden tus hijos realizar estas tareas o encargos? A partir de los 3 o 4 años ya se les puede enseñar y animar a realizar prácticamente todas las tareas mencionadas, lógicamente cuanto mayor sea mejor las hará, pero es solo cuestión de práctica y de motivación. Recuerda siempre agradecer y valorar todo lo que hacen, eso les motivará a hacer más cosas.

Escoger qué encargos van hacer por el bien de la familia contribuye a:

– Mejorar su autonomía. Cuantas más cosas hacen, más aprenden, más autónomos son y por tanto más seguros y felices se sienten.

– Crear un sentimiento de unidad y cooperación. La familia es un equipo en el que todos los miembros somos importantes, necesarios y en el que todos debemos colaborar. Por supuesto, los jefes de equipo somos los padres y por lo tanto los que tenemos que dirigir. Por ejemplo, si todos colaboramos en recoger la casa, antes nos iremos todos juntos a la piscina.

– Favorecer su responsabilidad. Debemos evitar ir detrás de ellos recogiendo sus cosas o enfadándonos porque ellos no lo hacen, ambas acciones no favorecen nada la relación familiar, ni les ayuda a madurar y crecer. Estamos de vacaciones y podemos permitirnos tener más tiempo para dedicarlo a que consigan los objetivos propuestos, siempre con un enfoque positivo, felicitando y valorando su ayuda y aportación al equipo familiar.

3. Hacer planes en familia

El verano es estupendo para hacer planes con amigos, para charlar y tomar unas cervezas, pero también es importante hacer aquellas actividades en familia que durante el curso nos resulta más difíciles de realizar. ¡Hay tiempo para todo! Incluso para aburrirse, acción que sabemos, acaba agudizando el ingenio.

Excursiones, viajes, visitas a museos, tardes de cine, tardes de fútbol, de parchís o monopoli, juegos en el parque o en la plaza, juegos de mesa, manualidades, papiroflexia, juegos de cartas, paseos en bicicletas, bañarse en el río o pescar renacuajos… Todas estas actividades y muchas más que se nos ocurran, pueden ayudarnos a conocernos mejor entre padres e hijos al mismo tiempo que nos aportan a todos infinidad de conocimientos y valores.

A través del juego y de estas actividades propuestas, vuestros hijos pueden aprender un sinfín de conocimientos y experiencias. Durante casi diez meses habéis confiado su educación a los profesores, ahora os toca a vosotros los padres, tomar el testigo durante dos meses, para que ese tiempo sea lo más fructífero posible en todos los aspectos, veréis qué gratificante es. Los mejores recuerdos de nuestra infancia están en esos momentos entrañables en familia, en aquellos en los que hacíamos algo especial. No les privemos a los hijos de ello.

En verano los padres seguimos educando y enseñando a nuestros hijos. Nos podemos relajar y divertir, pero teniendo siempre presente que la profesión de padres es jornada completa, las 24 horas del día todos los días de nuestra vida. ¡Feliz verano a todos!

Cristina Gil Gil. Autora de La profe responde y del blog Ideas para crear y disfrutar

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