El desarrollo de un niño comienza desde el nacimiento de los más pequeños. Los padres deben recordar que la familia es el primer entorno de aprendizaje de los menores. También el hogar pasa a ser el punto de partida en la educación de los hijos y desde el que empiezan a conocer el mundo que los rodea. Un ejemplo es la curiosidad de la infancia, por la que preguntan por todo.
«¿Por qué debo hacer esto?» «¿Qué es esto?» «¿Por qué sucede esto?» Estas son algunas de las preguntas que realizan los niños en su día a día. Por ello, tal y como indican desde la Academia Americana de Pediatría, hay que aprovechar esta situación para asegurar un mayor desarrollo cognitivo de los pequeños. La edad no quiere decir que no se puedan tener conversaciones interesantes con los hijos para potenciar su evolución.
Cuidar las respuestas
Es posible que los más pequeños no entiendan una explicación detallada sobre todas sus preguntas, pero se debe cuidar la respuesta. Intentar tener conversaciones «serias» con los más pequeños se potenciará su atención para resolver todas las dudas que tienes. Los padres deben evitar contestar al estilo «porque yo lo digo«.
Eso sí, los padres deben recordar que es imposible que los hijos vean el mundo con sus mismos ojos. Hay que ponerse en el lugar de los pequeños y tratar de encontrar qué es lo que llama su atención para ofrecérselo. Si se toma en serio la curiosidad de los niños, esta ayuda favorecerá el desarrollo cognitivo de los pequeños, incluso antes de entrar en el colegio.
Cuando el niño preescolar se encuentra estos retos de enseñanza, se favorece el desarrollo cognitivo. Los padres les trasmitirán conocimientos con los que aprenderán a resolver situaciones específicas. Una buena fórmula de sentar las bases de enseñanza antes de entrar en el colegio y favorecer su paso por las aulas.
Etapas del desarrollo
El desarrollo cognitivo de los más pequeños ha sido objeto de investigaciones previamente. Un ejemplo es el trabajo de Piaget que señala estas etapas como fundamentales en esta evolución de los más pequeños:
– Etapa sensoriomotora. Desde el nacimiento a los dos años. Los niños aprenden la conducta propositiva, el pensamiento que se orienta a medios y fines.
– Preoperacional. De los 2 a los 7 años. El niño puede usar símbolos y palabras para pensar. Puede poner solución intuitiva a los problemas, pero el pensamiento se limita por su rigidez, la centralización y el egocentrismo.
– Operaciones concretas. De los 7 a los 11 años. El niño aprende las operaciones lógicas de seriación, clasificación y de conservación, El pensamiento está ligado a los fenómenos del mundo real.
– Operaciones formales El niño aprende sistemas abstractos del pensamiento, permitiéndole usar la lógica proposicional y el razonamiento.
Según Piaget los niños comienzan a organizar el conocimiento del mundo mediante «esquemas». Estos representan conjuntos de acciones físicas, operaciones mentales de conceptos o teorías a través de las que se pone orden a la información que se adquiere sobre el mundo que los rodea. Los más pequeños conocen su entorno a través de acciones físicas y poco a poco son capaces de usar ideas abstractas más complejas.
Damián Montero
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