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La familia y el mundo de la moda: los ‘ciber fashion victim’

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La adolescencia y juventud son fases de la vida especialmente delicadas. Se producen importantes cambios, tanto físicos como psicológicos, que darán como resultado al futuro adulto. Una de las formas más habituales de experimentar y buscar la propia identidad es a través de la moda. Pero en una sociedad en la que impera el consumismo y la hipersexualización no es de extrañar que surja en las familias cierta preocupación por lo que sus hijos deciden ponerse.

Solo en España la industria de la moda genera 30.000 millones de euros al año. Además, supone un gasto medio de 436 euros por persona al año. Los jóvenes son considerados por la industria como un cliente clave, pero el 61,5 por ciento de los padres no intervienen en el proceso de compra de los hijos. Así se desprende de los datos aportados en el IV Foro de Debate The Family Watch, dedicado a la familia y el mundo de la moda.

«Depende de la clase social del adolescente pero lo que si está claro es que el adolecente medio no compra lo que le dicen sus padres, sino lo que él quiere» afirma Paula Gárgoles, investigadora de comunicación en ISEM Fashion Business School-Universidad de Navarra. El 40,4 por ciento de los progenitores piensan que la industria textil influye negativamente en la autopercepción de los jóvenes debido a un problema generalizado de tallajes y a la excesiva importancia que se le da a la imagen externa.

Los padres están preocupados porque las cifras son alarmantes: se calcula que 400.000 mujeres en España sufren trastornos relacionados con la alimentación provocados por que el físico se relacione con el éxito en la vida.Los padres viven con desconcierto el acercamiento de los jóvenes a la moda, porque las costumbres han cambiado: «Los adolescentes actuales son menos marquistas que la generación anterior. Puede que el haber crecido en la crisis y el hecho que en la mayoría de las tiendas haya productos muy parecidos, haya hecho que les importe más el diseño que el logo en sí», apunta Gárgoles.

Pero no todo lo que tiene que ver con la moda es negativo. Los jóvenes encuentran en las tendencias una herramienta para reafirmar su personalidad.

Su relación con la moda nos puede dar muchas pistas respecto a la relación de nuestros hijos con su entorno.Además, resulta más sencillo: los padres de hoy, están mucho más al tanto de «lo que se lleva» y «lo que no». Por lo tanto, puede ser un punto de acercamiento entre padres e hijos.

«La moda es una gran ocasión para educar y parte de esa educación es aprender a vestir en cada ocasión. Es cierto que no es lo mismo ir a clase, a celebrar el cumpleaños de la abuela o a la piscina, pero esa educación debe ser previa a la adolescencia -asegura esta experta-. Es una etapa de la vida en la que necesitan la aprobación de los amigos, sentirse integrados entre sus colegas del instituto o del colegio. La familia pasa a un segundo plano, por eso, la educación en la moda debe empezar antes de que la adolescencia haga tambalear todo».

Un camino que hay que recorrer

Los padres tenemos el deber de establecer límites pero, al mismo tiempo, nos toca ir soltando amarras. Y el terreno de la moda será uno de ellos porque sabemos que tienen que encontrarse a ellos mismos. No hay duda de que todo el que pasa por este proceso comete un sinfín de errores de los que no será consciente hasta que los vea desde la distancia en el tiempo.

Mientras tanto, nos corresponde observar y aprender a interpretar el significado del estilismo de nuestros y cómo influye en su relación familiar. Además, es un buen recurso para que ellos valores aplicables a otros aspectos de la vida, como el consumo responsable, a austeridad, el criterio crítico ?no todo vale? y el decoro entre otros.

El gusto también se educa

Aprovecha la primera etapa de la adolescencia para que te acompañe a comprar ropa. Tu hijo podrá aportar su punto de vista y así conocerás mejor sus gustos. Esto le dará seguridad en su propio criterio y le hará menos influenciable.

– Si conviertes el ir de compras en una experiencia positiva, afianzarás vuestra relación y es probable que te tenga más en cuenta a la hora de elegir su indumentaria.

– Aconséjale sin imposiciones. Explícale por qué unas prendas le sientan mejor que otras y ayúdale a que aprenda a combinar colores.

– Enséñale a crear un guardarropa con muchas posibilidades de combinación mejor que con muchas prendas. Esto se logra con un fondo de armario formado por prendas sencillas con colores lisos básicos. De esta manera podrán usarlas casi en cualquier ocasión y podrá comprarse prendas o complementos de temporada sin que quieran cambiar todo el armario.

– Es bueno que conozcan el precio de la ropa y que sepan que los padres solo compran lo que necesiten de verdad. Si tienen algún capricho, es mejor que ahorren para comprárselo ellos mismos o que nos lo pidan, exclusivamente, en fechas señaladas como el cumpleaños.

– Evita las críticas y refuerza los aspectos estéticos que te gusten o que consideres más adecuados para su entorno y su edad con comentarios positivos.

– Enséñale a preservar su propia intimidad educándole en el pudor. Explícale que si quiere que los demás le tomen en serio es fundamental que primero aprenda respetar su propio cuerpo y que no enseñe más de lo debido.

– Ayúdale a entender que cada ocasión requiere un código de vestuario diferente. No es lo mismo vestirse para ir al colegio que para ir a una boda, a la universidad o una entrevista de trabajo.» Es muy importante dar ejemplo. Si detectan una conducta contradictoria en sus padres, seguramente no seguirán nuestros consejos.

– Cuidado con las compras compulsivas. Al igual que los atracones de comida, suelen estar relacionados con la necesidad de llenar algún tipo de vacío emocional.

– Preocúpate por conocer sus gustos de tus hijos y a quién siguen en redes sociales. Así podrás guiarle dentro de unos parámetros que le gusten y que consideres adecuados para él.

Fashionistas en las redes

Las nuevas tecnologías están acompañadas por una demanda de renovación continua en la moda, lo que está generando nuevos métodos comerciales como el comercio electrónico y el dropshipping (venta al por menor en la que el minorista no posee los productos, sino que es intermediario entre el mayorista y el cliente final). Igualmente han cambiado los modelos a seguir. Hace unos años los diseñadores de moda, las revistas y la televisión marcaban los patrones a seguir. Hoy lo hacen influencers y embajadores de marca.

Los Instagramers y bloggers especializados son los actuales encargados de crear tendencia entre los fashionistas. «Las redes sociales son las que más influyen en cuestiones de gustos y estilo. Son un gran escaparate de moda en el que sigue a celebrities pero también a sus iguales. La que tiene una mayor repercusión actualmente es Instagram, cuyo valor estético es mucho mayor que Snapchat.

Un plan habitual entre las adolescentes es quedar una tarde para «hacerse fotos» en la que se pueden hacer 200 fotos y tan solo elegir una para colgar en Instagram», nos cuenta la investigadora de comunicación del ISEM. Los adolescentes actuales tienen una gran tendencia al exhibicionismo y a compartir en las redes su intimidad. Es muy importante que prestemos atención a esto y que les guiemos para que no se expongan más de lo necesario.

Elena Arriba Pardina

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