El ser humano es curioso por naturaleza. Si ya cualquier adulto siente la necesidad de preguntar por lo que no se entiende, imagina cuando hay tanto por aprender, cuando hay un mundo por descubrir repleto de elementos que se desconocen. En el caso de los niños es habitual que realicen numerosas cuestiones a sus padres sobre distintas situaciones que viven o que van conociendo a través de comentarios, o escuchas.
A esta edad se la conoce como la edad del ‘por qué‘. Una etapa en la que la curiosidad de los niños despierta y empiezan a preguntar por todo a sus padres. Una situación que puede agobiar a los mayores, en especial cuando tocan explicar situaciones difíciles o escabrosas para los más pequeños.
Comunicación, la clave
Tal y como dicen el equipo de especialistas de Psicología para niños, las experiencias que provocan sorpresa en los más pequeños son muy importantes para su desarrollo. El asombro es la base de todo aprendizaje y los menores son observadores con mucha curiosidad. Esto les brinda una capacidad especial para sentir mucho interés y saber cada día algo nuevo.
¿Cómo aprovechar esta situación para favorecer su desarrollo?
– Comunicación. Los niños siempre aprenden algo nuevo, ya sea en el colegio o con los amigos, e incluso en una visita a los abuelos. Los padres pueden aprovechar por esto temas para debatir y aportar nuevos puntos de vista, al mismo tiempo que se les resuelven dudas.
– Explicación de su entorno. El mundo que rodea a los más pequeños es el que habitualmente despierta más curiosidad en ellos. Por ello los padres siempre deben estar preparados para resolver dudas al respecto.
– Imágenes descriptivas. En ocasiones la palabra no basta, por ello recurrir a representaciones visuales para explicar algo es una buena idea que ayudará a los niños a entender mejor las situaciones.
– Descubrir las razones. La curiosidad de los niños les lleva a preguntarse el ‘por qué’ y el ‘para qué’ de las cosas. A los padres les toca tratar de descubrir estas respuestas, de manera que los más pequeños lo entiendan. Nunca evadir un tema, pero siempre teniendo en cuenta la edad de sus hijos.
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Distintas curiosidades de los niños
También hay que destacar que no todos los niños sienten la misma curiosidad. Según el Instituto Europeo de Educación existen hasta cinco tipos:
– Exploración alegre. Es el prototipo más clásico de curiosidad, se relaciona con la alegría que genera aprender y que trae la búsqueda de conocimientos sobre aquello que no se entiende.
– Sensibilidad a la carencia. En el sentido opuesto de la anterior, nace de la ansiedad y la tensión que genera la necesidad de buscar una solución a un determinado problema.
– Tolerancia al estrés. Dicha curiosidad surge cuando se acepta la duda o ansiedad ante determinadas situaciones de cambio o eventos completos. Es un mecanismo de defensa que ayuda a reducir las resistencias a estos cambios.
– Curiosidad social. Surge del lado más «cotilla» del ser humano». Se relaciona con el querer saber qué piensan, o hacen, otras personas al escuchar determinadas conversaciones.
– Búsqueda de emociones. Curiosidad que nos anima a sentir nuevas experiencias y sensaciones a asumir riesgos y a mantenerse en movimiento.
Damián Montero
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