Tener una buena salud bucal es un pilar fundamental tanto para la vida cotidiana como para el trabajo diario. Por este motivo, uno de los principales retos de la sociedad es prevenir y minimizar cualquier error en la higiene diaria para mantener una boca sana.
El 80 por ciento de la población española tiene una higiene bucal inadecuada. Así lo muestra un estudio realizado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos en el que se preguntaba a los encuestados acerca de sus hábitos de limpieza bucodental, así como sobre las enfermedades que hubieran padecido en la boca.
Estos datos confirman que el 97,5 por ciento de los participantes declaraba que ni sus rutinas ni los instrumentos que empleaban para ello eran siempre los más adecuados. La falta de información y las falsas creencias no han favorecido nunca la importante labor de limpieza bucal.
El cepillado dental sirve para atacar a la placa bacteriana y prevenir problemas tan habituales como las caries, el sarro o la gingivitis. Tanto los dientes como las encías necesitan protección para garantizar su buena salud durante el máximo tiempo posible. «Aunque en la actualidad existen muchas fórmulas para reparar o reemplazar las piezas dentales dañadas con gran eficiencia, no hay nada más cómodo y más sano que poder disfrutar de tus dientes naturales durante muchos años», explica Miguel Gallardo, director de clínica Tiiz.
Errores más comunes del cepillado dental
No dedicar el tiempo adecuado. El objetivo de un buen cepillado de dientes no se queda en eliminar los restos de comida, sino hacer frente de manera más efectiva a todos aquellos elementos que supongan una amenaza para su salud. Por eso es tan importante que la limpieza bucal dure al menos dos minutos, a razón de 30 segundos por cada cuarto de la boca.
«Si la limpieza se realiza del modo correcto no hará falta cepillarse los dientes más de dos veces al día (mañana y noche) y, en cualquier caso, nunca más de tres veces a lo largo de la jornada ya que puede provocar el efecto contrario y generar una mayor sensibilidad en dientes y encías», explica Gallardo.
Asimismo, es conveniente dejar un margen de tiempo entre la comida y el cepillado, sobre todo cuando se han tomado alimentos ácidos, para que la propia saliva se encargue de neutralizar esas sustancias y proteger el esmalte de los dientes de manera natural. Con una media hora de espera será suficiente.
La dureza del cepillo. Escoger el cepillo de dientes adecuado determina en gran medida el éxito de la limpieza completa. Los cepillos muy duros a menudo dañan las encías y aceleran el deterioro del esmalte de los dientes. Siempre que se trate de una boca sana, lo ideal es emplear un cepillo de dureza media y recurrir a los blandos en caso de niños de menos de 12 años o para aquellas personas que presenten problemas de encías o de esmalte.
Además, conviene reemplazar el cepillo cada 3 meses en tanto que las cerdas se deforman con el uso y pierden su eficacia. Asimismo, habrá que lavarlo siempre después de cada uso, eliminando el exceso de agua para prevenir la proliferación de hongos o bacterias como consecuencia de la humedad.
¿Cepillo eléctrico o cepillo manual? Aunque la velocidad con la que se desplaza el cabezal garantiza una buena técnica de cepillado, los cepillos eléctricos no son la alternativa más recomendada para determinados tipos de boca. El uso incorrecto de estos dispositivos puede dañar las encías más sensibles. Con todo, son una buena opción para las personas con problemas de movilidad o coordinación. Recuerda ante cualquier duda pregunta a tu odontólogo.
La elección del dentífrico. Hay que tener en cuenta dos aspectos: el tipo de dentífrico y la cantidad usada. Los productos fluorizados están indicados para la prevención de las caries; los que contienen clorhexidina, triclosán u otros compuestos antibacterianos son muy efectivos para el tratamiento del sangrado de encías y, en el caso de hipersensibilidad, la mejor opción es aquella que contenga arginina, cloruro o citrato de potasio e hidroxiapatita.
«Recuerda que no por aplicar una mayor cantidad de producto se garantiza una mayor eficacia. De hecho, se recomienda emplear tan solo una bolita de dentífrico del tamaño de un garbanzo para que el cepillo no resbale sobre los dientes sin arrastrar la suciedad», matiza Gallardo.
La dirección del cepillado. Si acostumbras a mover el cepillo de manera horizontal sobre tus dientes, debes saber que no estás eliminando la suciedad sino desplazándola de lugar. Con estos movimientos lineales izquierda/derecha, la placa dental queda atrapada entre los orificios interdentales. La forma correcta de cepillado debe seguir la posición de los dientes, de arriba abajo o de abajo arriba, dependiendo de la arcada que estés tratando.
El enjuague. Si una vez que has terminado el cepillado te enjuagas la boca en repetidas ocasiones, los efectos del dentífrico se reducirán. Lo ideal es un enjuague rápido que permita que componentes como el flúor o la clorhexidina hagan su trabajo.
Más allá del cepillo dental
Para garantizar la salud de dientes y encías es necesario incluir en las rutinas de limpieza estos elementos:
– Hilo dental: las caries y la enfermedad periodontal suelen originarse en la acumulación de placa en los espacios interdentales. La seda y el hilo dental llegan a esos lugares a los que las cerdas del cepillo no tienen acceso.
– Cepillos interproximales: se emplean en los espacios interdentales y cumplen una función similar a la del hilo dental. Algunos de estos cepillos incluyen clorhexidina en los filamentos mejorando así su efecto antiplaca.
– Elixires, enjuagues o colutorios: se aplican tras el cepillado y refuerzan el efecto del dentífrico. Funcionan como un efectivo antiséptico y al mismo tiempo proporcionan una agradable sensación de frescura en la boca.
Por último, cabe insistir en que para tener una completa higiene dental esta debe ir acompañada de unos hábitos de vida saludables. «Una dieta equilibrada, el abandono del tabaco y la reducción del consumo de dulces también ayudarán a gozar de una excelente salud bucodental durante mucho más tiempo», concluye Gallardo.
Marina Berrio
Asesoramiento: Miguel Gallardo, director de clínica Tiiz
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