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Jugar, juegos y juguetes: ¿cuál es el mejor regalo para un niño?

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¿Cuál es el mejor regalo para un niño? Los expertos de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), asociación que agrupa a más de 70.000 profesionales de la educación y que cuanta con más de 148.000 fans en Facebook, lo tienen claro: proporcionarles una educación de calidad y pasar tiempo con ellos jugando.

Conociendo la importancia que el juego tiene en la vida del niño y la repercusión en su psicología, es importante poner en valor la incidencia en el niño del juego con sus padres.

Jugar con los niños es el mejor regalo

Vivimos en una época en que la mayoría de los padres no tienen demasiado tiempo para sus hijos. Los niños de hoy pasan más tiempo fuera de casa que antes y demasiadas horas frente a la televisión, esto contribuye a que la comunicación entre niños y adultos falle a veces. El juego puede servir para ampliar el campo de acción de las relaciones entre padres e hijo porque el juego une al niño con los adultos. Jugar equivale a conocerse mejor, a dialogar y crear lazos más sólidos y entrañables.

Debemos tener siempre presente que los juguetes son sólo un medio para el juego. El mejor y más imprescindible juguete para el niño son los padres y sus juegos. Al jugar con tu hijo estimularás su iniciativa y abrirás la puerta de su imaginación creadora. Es el medio idóneo de conocer a tu hijo y que él te conozca, es el mayor regalo que puedes hacerle y a la vez la forma óptima de educar.

Estudiando cuales son los juguetes más adecuados para cada edad, en sus primeros momentos de vida, para el niño o niña, el juguete más preciado es su madre o aquella persona adulta que le dedica todo el cuidado.

A medida que el niño crece, el juego es el medio más idóneo para que los padres conozcan a su hijo y que él les conozca a ellos, es el mayor regalo que pueden hacerle y a la vez la forma óptima de educarlo.

Los padres deben tener siempre presente que los juguetes son sólo un medio para el juego. El mejor juguete y el más imprescindible para el niño son los padres y sus juegos. Al jugar con su hijo, los padres estimulan su iniciativa y abren la puerta de su imaginación creadora.

El juego es la actividad esencial de un niño sano durante la infancia. El niño utiliza el juego como un ensayo de la vida en sociedad. El pequeño practica la forma de relacionarse con los objetos, con los animales, con las personas y con él mismo, sin sufrir las consecuencias de posibles errores.

Cuando los padres juegan con el niño, establecen una interrelación amorosa a través de la cual ofrecen experiencias y estímulos que desafían las diferentes capacidades del pequeño. Es muy importante que disfruten de la interacción y nunca se planteen el juego como un hábito o una obligación. Tampoco beneficia que los padres alberguen expectativas excesivas planteando juegos que requieren aprendizajes que no se corresponden con el grado de desarrollo y maduración del pequeño.

Por qué el juego es tan importante para los niños

La importancia de las relaciones, basándolas en el desarrollo infantil y su influencia en la personalidad y la socialización del niño, han sido objeto de numerosos estudios durante décadas. En ellos se ha destacado el papel de los padres como agente socializador y como representantes de la cultura en la que vive el niño, además de la influencia en la determinación psicológica y social de su hijo.

Está demostrado que el niño que no ha sido estimulado de bebé y no ha tenido un adulto a su lado que le de cariño, es un niño que no juega, por lo tanto, no consigue alcanzar la estabilidad emocional y se frena el desarrollo de su potencial.

El juego es una actividad social propia del ser humano, se da en todas las edades y significa que somos capaces de disfrutar en relación con otros. Supone un encuentro lúdico placentero e implica confiar en los compañeros de juego. Mientras juegan, las personas se sienten desinhibidas y conectan emocionalmente entre ellas. En la infancia, el juego es una necesidad fundamental para alcanzar el desarrollo adecuado.

Gracias al juego, el niño puede comunicarse en gran medida con el mundo que le rodea, a través de él observa e inmediatamente actúa, descubre, conoce, percibe el espacio, a los demás niños, la naturaleza, etc. En definitiva, estructura de forma lúdica el pensamiento y sus procesos, además de entretenerse y deleitarse. Con el juego el niño aprende a captar las ideas y a relacionarse con otros niños y adultos.

Las manifestaciones del valor formativo del juego se proyectan sobre el ámbito psicomotor al coordinar la actividad cerebral, los segmentos del cuerpo y los movimientos; cognitivo porque el niño desarrolla su forma de comprender e interpretar la realidad y de comprenderse e interpretarse a sí mismo; social al suponer una forma ideal de interrelación con adultos e iguales; emocional por ser un medio de valorarse a sí mismo de manera positiva y ajustada a las propias capacidades y, de forma global, porque desarrolla la personalidad.

A través del juego, el niño va incorporando nuevos aprendizajes en su vida cotidiana. Dentro del plano psicológico, se destaca la creatividad como una característica fundamental. En el juego el niño se siente libre para actuar como quiere, cuando quiere y con quien quiere, elige el tema de juego, el personaje que va a representar, busca los medios necesarios para realizar las actividades y exterioriza su mundo interior. El niño cuando juega se concentra, reflexiona, imagina, fantasea, es feliz, y esta felicidad contribuye a fomentar su dimensión creativa.

Además de una necesidad biológica y fisiológica, el juego es para el niño un vehículo de expresión de emociones y sentimientos. Contribuye a su conciencia social y le ayuda en la adaptación al ambiente.

Los padres, cuando van a comprar un juguete, piensan en la ilusión que el niño va a vivir con el obsequio. Pero deben pensar que el juego educa y forma al niño además de servirle en su proceso de desarrollo. Por lo tanto, a la hora de escoger un juguete, es necesario reflexionar sobre qué tipo de juegos se pueden realizar con él y a que edad va dirigido, teniendo en cuenta las características evolutivas de vuestro hijo.

También conviene recordar que, en contra de lo que podría suponerse, el exceso de juguetes no favorece el juego.

Marina Berrio
Asesoramiento: Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE)

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