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Educar tras la pantalla: cómo cambiar lo que no funciona

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La crisis sanitaria nos ha precipitado a un panorama sin precedentes: comercios cerrados, confinamiento, teletrabajo, incertidumbre y también clases online. Esta forma de aprendizaje se impuso como la solución para que niños y niñas no perdieran el curso. Nadie estaba preparado, mucho menos el personal docente, sobre el que recae la mayor responsabilidad.

Aspectos negativos de las clases online

Desde el punto de vista educativo, existen algunos aspectos negativos de las clases online que deberíamos tener en cuenta:

– La formación actual del profesorado no responde a las necesidades de aprendizaje de los alumnos, todavía menos en formato de clase online.

– Biológicamente el niño aprende moviéndose: estar encerrado en casa perjudica el proceso de aprendizaje.

– El vinculo presencial profesor-alumno-compañeros hace la experiencia de aprendizaje más llevadera y eficiente. Es necesario el vinculo presencial para los procesos de sociabilización.

Una oportunidad de cambio al educar tras la pantalla

La Covid-19 ha puesto en tela de juicio todo, desde el modelo económico hasta el sistema educativo. Todo lo que no funcionaba ha salido a la luz, lo que también ofrece una oportunidad de cambio necesario:

– Aprender a convivir con la incertidumbre, valorando las cosas del día a día. Uno de los problemas neuróticos que tenemos como sociedad occidental es que vivimos en un futuro que no existe. La crisis Covid-19 ha evidenciado la falsa sensación de seguridad que teníamos.

– La importancia de la salud mental y emocional está muy por encima de los bienes materiales.

– El modelo de consumo se cuestiona y se hace evidente la fragilidad del estado de bienestar si solo se basa en el valor económico.

– Se tejen vínculos vecinales y se coopera, emerge la autoorganización de la población/ barrios.

– Se crea una oportunidad de reencuentro entre los habitantes de cada hogar. Se recuperan ritos familiares y comunicativos.

– Se para el ritmo frenético, dejando tiempo para estar con la familia, sobre todo los niños y niñas. Se empieza a valorar más conscientemente la familia, la salud, los derechos laborales, el derecho a la vivienda digna, los espacios naturales.

– Se han autorizado aprobados generales en muchas comunidades autónomas. En el formato de clase online los alumnos tienen mil maneras de copiar, lo que demuestra que la evaluación por notas no sirve para nada, el examen ya no tiene función útil.

– No se puede centrar el proceso de enseñanza en una nota, debe centrarse en aprendizaje para la vida, en cuestiones prácticas y tiene que ser distinta en cada país en función de su desarrollo y de su realidad. La evaluación debe ser personalizada.

Corregir lo que no funciona

Es importante que familias y docentes vayan a la una y colaboren estrechamente para el bienestar educativo y emocional de niños y niñas. Es fundamental observar al niño/a y actuar en función de sus necesidades y en concordancia con su personalidad y potencialidades. 

– No tener miedo a que los niños/as y jóvenes nos vean vulnerables, hablarles desde la emoción y hacerles saber que los adultos también tenemos miedo.

– No son grandes recetas las que se pueden emplear en esta situación, lo mejor que podemos hacer tiene que ver con transmitir seguridad, calma mental y trabajar el autoconocimiento.

– A nivel familiar es importante retomar el vinculo afectivo entre los miembros de la casa, acompañarse y convivir de forma respetuosa y consciente.

En concreto:

– Para la etapa preescolar: Mostrar que estamos presentes (familias y docentes), centrarse en el acompañamiento emocional constante, transmitir seguridad y calma.

– En el primer ciclo de Primaria: acompañar a los niños/as a nivel emocional, saber cómo están, cómo se sienten, qué creen que está pasando. Invitarles a que se expresen y generar espacios de comunicación en los que puedan compartir y validar sus emociones.

– En el segundo ciclo de Primaria: el niño/a empieza a desarrollar el pensamiento abstracto y la capacidad para razonar, se puede empezar a abordar paulatinamente temas curriculares en clases online. Siempre desde el acompañamiento emocional.

– ESO y Bachillerato: transmitir seguridad, empoderar para la autogestión, hacer llegar el mensaje «creo en ti». Hacer hincapié en el potencial de la juventud en el mundo virtual. De la misma forma que de más pequeños aprenden con el «trabajo», la manipulación de objetos, etc., cuando son capaces de moverse en internet se abre un mundo nuevo de aprendizaje, que estamos empezando a valorar de forma muy aislada.

Marina Berrio
Asesoramiento: Montessori Canela Internacional

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