Son muchos los valores en los que se debe educar a los más pequeños de la casa. Uno de ellos es la autonomía, algo que facilita el desarrollo de habilidades como la responsabilidad. En especial, en estudiantes, potenciar esta capacidad permitirá que sea el propio alumno quien establezca sus horarios y sus propias técnicas a la hora de afrontar las labores académicas.
Establecer una enseñanza basada en la autonomía que involucre a padres y escuela es de vital importancia. Y es que tal y como recuerda Yadira del Rocío, la individuación del adolescente es un proceso en el que cada persona desarrolla su propia identidad. Para ello es necesaria también el desarrollo de ciertas capacidades para poder consolidar un pensamiento propio.
Autonomía y aprendizaje
El entorno escolar ocupa un lugar muy importante en el desarrollo emocional y cognitivo del adolescente. Este espacio es donde se desarrolla su aprendizaje formal y en el que se puede potenciar la autonomía. Durante la infancia la enseñanza se caracteriza por el concretismo y memorización, pero en la etapa adolescente se potencia una mayor independencia y debe ser el estudiante quien tome decisiones respecto a qué y cómo aprende.
En la adolescencia también se producen conductas de rebeldía que se consideran normales y que representan, en cierta medida, la individuación de los adolescentes en su búsqueda del desarrollo propio. De esta manera, esta etapa puede ser gratificante en tanto que el joven construye su propio mundo y asimila sus propias formas de enfrentarse al mundo y asumir sus responsabilidades.
Por parte del sector educativo, como ente que contribuye al desarrollo intelectual de los jóvenes. Es en el escenario escolar en donde también el adolescente potencia su propia actitud e independencia, dando cuenta de su esfera individual. Profesores y padres deben propiciar oportunidades en las que el joven pueda potenciar esta autonomía.
Potenciar la autonomía
Del Rocío concluye lo siguiente para las esferas familiar y académica:
– Padres y familia comparten la tarea de contener las ansiedades del alumno generadas por los conflictos propios de la etapa del desarrollo por la que atraviesa y por el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Esto implica que padres y profesores sean capaces de estimular el proceso de aprendizaje en lugar de bloquear la autonomía y creatividad de los estudiantes como constructores de su proceso formativo integral, participar activos y entusiastas en distintos procesos.
– En la educación a distancia y en el autoaprendizaje se espera que el alumno sea capaz por sí solo de llevar acabo esta labor de contención de la ansiedad, que surge ante la construcción de su propio aprendizaje y el manejo de los nuevos medios educativos que brindan la informática y las telecomunicaciones, por medio de la figura del maestro previamente internalizada, y con apoyo de un docente tutor que proporcionará orientación metodológica y didáctica para garantizar la calidad de los contenidos educativos y científicos, así como para evitar la paralización del proceso educativo, que pudiera surgir ante las ansiedades que genere este tipo de aprendizaje autodirigido.
Damián Montero
Más información en el libro:
Y ahora… ¿los deberes? (Teconté). Autor Luis Manuel Martínez.Doctor en Pedagogía y Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación.
Te puede interesar:
– 8 claves para que los niños sean autónomos