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José Antonio López: «Con la mascarilla nuestro GPS para leer emociones está restringido»

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La crisis sanitaria de 2020 nos ha puesto a prueba. Vivimos tiempos difíciles y cada vez resulta más complicado no perder la sonrisa y enfrentarnos con una buena actitud al escenario que atravesamos.

Con motivo del Día Mundial de la Sonrisa, entrevistamos al Dr. José Antonio López Moreno, neuropsicólogo de la Universidad Complutense de Madrid, que nos explica que sonreír tiene tantos beneficios para el que sonríe como para el que recibe la sonrisa porque produce una actividad cerebral que desencadena emociones felices. 

Claves para no perder la sonrisa en la pandemia

P. Ahora con la mascarilla puesta todas horas no vemos sonreír, ¿qué consecuencias tendrá esto a nivel social y psicológico?
R. Una de las claves que tenemos las personas para detectar el estado de humor de otra persona, es el gesto de la boca y esto es importante porque va a determinar el tipo de interacción. Nos atrae más estar con una persona que sonríe que con otra que no lo hace, y además tendemos a estar más tiempo con esas personas que sonrien. El hecho de llevar mascarillas nos quita una de las claves visuales que nos permite predecir el estado de humor de la otra persona. Es como si nuestro GPS para leer emociones estuviera restringido.

Claves para sonreír con mascarilla

P. ¿Qué beneficios tiene la sonrisa para el que la recibe?
R. La sonrisa es uno de los principales «gatillos» para generar una aproximación al otro y, por decirlo así, bajar nuestras defensas ante personas desconocidas. Si la persona que nos sonríe la conocemos nos hace sentir bien y tiene un efecto relajante. Sin embargo, es importante que el que recibe la sonrisa sienta que es una sonrisa sincera y está dentro de un contexto. De lo contrario, recibir una sonrisa cuando, por ejemplo, estoy expresando una emoción dolorosa o recibir una sonrisa irónica, para el que lo recibe es muy frustrante. En este caso la sonrisa tiene un efecto negativo porque es una muestra de falta de empatía.

P. ¿Cómo afectará a los niños esta falta de empatía positiva en el colegio, con sus iguales…?
R. Se ha hablado mucho del efecto del confinamiento y de todas las medidas tomadas contra la pandemia sobre los niños. Teniendo en consideración que hay cosas que no han sido agradables para los niños en estos meses pasados y la vuelta al cole – por ejemplo, algunos niños no pueden estar con sus compañeros por reestructuraciones de clases – hay que recordar que los niños son mucho más flexibles que los adultos y las personas ancianas. Los niños se adaptan mucho más rápidamente. A cada niño le afectará de manera diferente según sus circunstancias particulares, pero lo que si podemos afirmar es que les va a afectar menos que a los adultos.

P. La sonrisa es una parte muy importante en el mapa de la cara, ¿cómo afrontar esta crisis que no nos deja mostrar los labios?
R. Como he comentado anteriormente, los labios son una parte fundamental para la lectura de emociones. Cuando queremos simplificar al máximo la expresión de una emoción nos quedamos con los ojos, cejas y forma de la boca. Nuestro GPS para leer emociones está restringido.

P. ¿Qué hacemos entonces?
R. Amplificar las señales que nos quedan. Intentar que nuestra sonrisa vaya acompañada de una risa audible e intentar aumentar la transmisión con los ojos. En este caso hay personas que cuentan con una ligera ventaja. Hay personas que les salen las características arrugas en los ojos cuando ríen y a otros no. Para los primeros les va a ser más fácil comunicar que sus labios están sonriendo.

P. ¿Por qué nos cuesta sonreír ante una situación concreta?
R. La sonrisa tiene que estar adaptada a un contexto. Si te están reprimiendo por una mala conducta y uno sonríe, el que recibe la sonrisa considera que le estás tomando el pelo. Si la pregunta es ¿por qué nos cuesta sonreír en vacaciones o con la persona amada? entonces quiere decir que hay un problema más de fondo. En general no cuesta sonreír cuando estás en un entorno que te guste, con una persona que te guste, etc. Si nos cuesta sonreír en alguna circunstancia hay que tomarlo sencillamente como una señal de que algo no nos gusta, aunque no sepamos el por qué.

P. ¿Qué papel juega la sonrisa en nuestro bienestar personal y familiar?
R. En general nos gusta estar con gente que sonríe. Si estamos con personas que no nos recompensan con una sonrisa y su presencia está acompañada de indiferencia o enfados, y esto de manera constante, nos irá minando nuestro estado de ánimo y poco a poco conducir a sentimientos de tristeza y depresión. En realidad, nuestro bienestar emocional, cómo sentimos y cómo nos comportamos va a depender enormemente de las pocas personas con las que pasamos más tiempo. Por lo tanto, para nuestro bienestar personal, es una decisión inteligente elegir con qué personas pasamos más tiempo. Y probablemente serán las personas que más sonríen o más nos hacen reír.

Sonreír mejora nuestro bienestar

P. ¿Cuáles son efectos terapéuticos de sonreír?
R. Aunque hay talleres de risoterapia, en los que se entrena a sonreír y dar estrategias para poder controlar nuestro estado de ánimo a través de la sonrisa, no es necesario llegar a tal especialización. El mejor efecto terapéutico de sonreír es que vamos a facilitar enormemente el contacto social. A muy pocas personas les gusta estar con alguien serio o triste todo el tiempo. En general nos gusta que nos levanten el ánimo con una sonrisa y también nos sentimos bien cuando somos capaces de hacer reír y sonreír a otros. Esto es recompensante para nosotros. Y lo contrario también es verdad, cuando no conseguimos que la otra persona sonría la sensación es de frustración. Los beneficios de sonreír y reír no solamente se limitan a aspectos observables. Nuestro estado de ánimo está controlado también por sustancias químicas dentro de nuestro cerebro. Incluso solamente la anticipación de encontrarnos con alguien que nos hace reír también parece estar regulado por algunos de estas sustancias químicas. Algunos estudios muestran cómo la reducción de la dopamina, un neurotransmisor cerebral, está asociada con una menor tendencia a sonreír.

P. ¿Qué evidencia científica existe sobre el poder de la sonrisa?
R. Existen estudios que muestran que los profesionales de la salud son mejor valorados cuando sonríen más frecuentemente. En general se suelen percibir como que generan más confianza. Incluso hay estudios que han asociado la felicidad con mayor longevidad y disfrutar de mayor salud. Por supuesto, nuestra longevidad y salud depende de muchos factores, y no se puede asociar solamente a sonreír más, pero lo que sí es cierto es que ayuda. Por lo tanto ¿por qué no darle una oportunidad a reír más e intentar ser más feliz? Algunos estudios han encontrado que examinando las fotografías de la infancia y juventud de múltiples personas, aquellas personas que reían más intensamente en estas fotografías tenían menos probabilidad de divorciarse cuando eran adultos.

P. ¿La sonrisa forzada tiene los mismos efectos terapéuticos que la sonrisa espontánea?
R. Es una pregunta difícil de contestar porque hay que considerar muchas variables. Por ejemplo, se ha visto por estudios de neuroimagen que cuando una persona sonríe de manera espontanea y de manera forzada son las mismas áreas cerebrales las que se activan. Nuestros músculos se activan bajo la dirección de las mismas áreas cerebrales. Es decir, no existen áreas cerebrales distintas para un sonrisa verdadera y otra espontánea. Sin embargo, es cierto que algunos otros músculos pueden ponerse en marcha con una sonrisa espontánea versus una sonrisa forzada. En general la sonrisa espontanea es más «explosiva» y acompañada más frecuentemente de risa. Lo que desconocemos es como cambian los niveles de neurotransmisores por uno u otro tipo de sonrisa. Lo que es interesante a tener en consideración es que la sonrisa forzada es un inicio, un facilitador para poder genera más sonrisas espontáneas. Por lo tanto, si hubiese que elegir entre no sonreír o una sonrisa forzada, es mejor que mostremos nuestra más elegante sonrisa forzada que puede ser el facilitador de la interacción.

P. ¿Cuáles son las claves para no perder la sonrisa en esta pandemia?
R. Planifica momentos en el día en el que hagas algo que te guste hacer: tu momento. Pintar, leer, escuchar música, hacer deporte o cualquier otra actividad que te haga mantenerte enfocado y tranquilo. Pequeños momentos de tranquilidad que te relajen y te hagan sentir bien.No te aísles del mundo. Disfrutar de una cerveza con los seres queridos, una charla o pasar un rato distendido puede ayudar a despejar la mente y mantenerte enfocado. Recuerda que ello siempre debemos realizarlo con moderación y cumpliendo escrupulosamente las medidas de seguridad y si no puede ser de forma presencial, siempre nos quedará la tecnología, que nos ayuda a estar más cerca. Focalízate en lo que puedes controlar. No podemos controlar las decisiones políticas o cómo los demás se van a comportar ante lo que está ocurriendo. Sin embargo, podemos decidir cómo nos puede afectar. Está en nuestra mano decidir la reacción que vamos a tener. Toma la decisión de fijarte cuando tu humor está cambiando por cosas que no están bajo tu control y de elegir las actividades y pensamientos que te hacen sentir bien.

P. ¿Qué podemos hacer en el día a día para sonreír a menudo?
R. Agradece cada día lo bueno que te haya ocurrido. Siempre podemos encontrar un momento o un detalle de nuestro día que nos puede provocar un sonrisa. Se agradecido por favor. Esto es incompatible con cualquier sentimiento de tristeza.

Marisol Nuevo Espín

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