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Reuniones familiares, cómo establecer la rutina de comunicación en casa

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Aprender a mantener una reunión familiar es importante para saber cómo debatir y exponer metas comunes

Aprender a mantener una reunión familiar es importante para saber cómo debatir y exponer metas comunes – ISTOCK

Todos sabemos hablar, pero, ¿llegamos a dialogar? Una buena comunicación es la base de toda relación interpersonal, en especial en un núcleo como es un hogar. Dentro de estas paredes conviven un grupo heterogéneo de personas, muy distintas y con punto de vista diferentes. Conseguir que todos se entiendan y respetarse es la base para el buen funcionamiento de una familia.

Para tener éxito en esta meta, dese la Academia Americana de Pediatría se recomienda establecer un día a la semana para realizar una reunión familiar. Una herramienta eficaz para unir a los distintos miembros del hogar, pudiendo establecerse metas semanales con las que reconocer y recompensar los posibles progresos. Además de ser un buen momento para determinar las necesidades y sentimientos de cada uno de los integrantes.

Cómo debe ser una buena reunión familiar

Los profesionales de la Academia Americana de Pediatría recomiendan los siguientes pasos para establecer una buena reunión familiar:

– Las reuniones deben realizarse a una hora regular, que sea buena para todos los miembros de la familia y que no entorpezca otras obligaciones a desarrollar, ni rutinas importantes como las comidas o el sueño.

– Los padres deben asumir un papel de líderes de la discusión y asegurarse de que las reglas del juego se hayan explicado y comprendido claramente. Esto no quiere decir que siempre sean quienes impongan su criterio, sino actuar como árbitros en estas reuniones.

– Las reuniones deben hacer hincapié en las necesidades, las metas y los logros individuales y familiares y discutir los acontecimientos positivos así como los esfuerzos. También pueden servir para tratar asuntos relevantes para la familia, como las próximas vacaciones o un evento escolar para el cual deban prepararse.

– Cada miembro de la familia debe tener el derecho de hablar sin crítica ni interrupciones a fin de compartir sus pensamientos, sentimientos, logros y preocupaciones.

– La reunión no debe ser el momento para regañar, castigar, recordar los errores del pasado, desahogarse o señalar a una persona en particular. Estas cuestiones deben abordarse por separado e individualmente.

– Las reuniones deben durar no más de veinte o treinta minutos, salvo que la familia entienda que deben extenderse más para dejar aclarado algún asunto.

– Todos los participantes deben entender y aceptar que los padres tienen la última palabra en las decisiones difíciles.

– Se debe mantener un registro de los puntos principales, los premios, el progreso hacia las metas, las nuevas metas y los acuerdos.

– Antes de que la reunión termine, a cualquier persona que así lo desee debe dársele la oportunidad de decir si cree que la reunión ha servido para aclarar el motivo que la propició o si hay alguna manera de mejorar de cara al próximo encuentro.

Damián Montero

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