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El colegio ¿un lugar hostil? Así puede afectar el coronavirus al aprendizaje de los niños

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Llega septiembre y el inicio del curso escolar en medio de una vuelta al cole atípica. Las familias preparan los libros, el estuche y la ropa nueva, todo listo para la vuelta al cole. Sin embargo, este año la lista de material se ha ampliado: no debemos olvidarnos de la mascarilla y el gel hidroalcohólico.

Sin duda va a ser un curso muy distinto. Los primeros días los niños estarán expuestos a la nueva normativa de convivencia con la Covid-19 lo que implicará medidas como el distanciamiento social, uso constante de la mascarilla y posibles cambios en los escenarios educativos (educación presencial, educación mixta por turnos o educación online desde casa).

Existen dos características que pueden definir esta nueva situación: la incertidumbre y el miedo. En una realidad tan desconocida e incierta, el miedo y la incertidumbre se apoderan de nosotros, tanto de adultos como de niños.

El Covid-19 puede desvanecer la recompensa social del colegio

En primer lugar, debemos recordar lo que supone el colegio en la infancia. No es solo el lugar donde los niños aprenden y adquieren conocimientos, también es donde desarrollan su dimensión social y establecen la relación con los iguales. Sin embargo, dadas las circunstancias actuales, este ambiente social y amistoso se va a transformar en otro bien distinto, en el que la distancia social va a dominar e imponerse en las relaciones con los amigos. Por lo tanto, la recompensa afectiva y emocional que aporta el colegio se va a desvanecer.

De esta manera, corremos el riesgo de que el colegio se convierta es un lugar hostil, donde los niveles de estrés de los alumnos se incrementen. Si pensamos que los niños van a estar sujetos a mayor nivel de estrés, pero no van a obtener los beneficios emocionales del colegio… ¿Cómo les puede afectar esto? ¿Repercutirá sobre el aprendizaje? ¿Sobre su bienestar mental y emocional?

Sabemos que el estrés genera la secreción de ciertas hormonas, una de ellas es el cortisol. El cortisol prepara al cuerpo a defenderse o a luchar, a protegerse del peligro. Esta respuesta no es dañina, todo lo contrario, cumple con un papel fundamental en la supervivencia de la especie. Lo dañino del estrés es su mantenimiento en el tiempo. El exceso de cortisol afecta a los circuitos emocionales y de la memoria involucrados en el aprendizaje.

El Sistema Límbico es un conjunto de estructuras localizadas en el cerebro medio. Dentro de este sistema encontramos dos estructuras muy importantes. La primera es la amígdala, que es la mayor involucrada en la emoción del miedo, y la segunda es el hipocampo, involucrado en los procesos de memoria y almacenamiento de la información. Si estas estructuras cerebrales se están encargando de procesar y elaborar respuestas más adaptadas a una situación estresante y a sobrevivir a una realidad amenazante, no se puede ocupar de la adquisición de conocimientos y de generar redes neuronales que sustenten los nuevos aprendizajes.

Por ello, corremos el riesgo de que este curso escolar, el colegio sea percibido solo como un lugar de tareas académicas, con poco estímulo social y emocional positivo, y que además este aprendizaje no sea de calidad ni perdurable en el tiempo.

Ideas para evitar que el colegio se convierta en un lugar hostil

Desde un punto de vista neuroeducativo, donde se atiende tanto a la dimensión emocional como del aprendizaje de los niños, sería conveniente evitar una carga excesiva de deberes y actividades puramente académicas y memorísticas, ya que puede que los alumnos no estén emocionalmente preparados para afrontarlas.

Por otro lado, dentro de respeto de la normativa establecida para prevenir contagios, se debe establecer espacios y momentos donde se promueva la motivación y la emoción al igual que usar recursos educativos alternativos y que sean atrayentes para los niños: poder recibir las lecciones de science a través de documentales, conocer la literatura y la lengua mediante obras de teatro online, desarrollar habilidades de cálculo de manera experimental con materiales manipulativos, hacer uso de juegos de mesa individuales, escuchar podcast o programas de radio educativos… todo ello enmarcado en un aprendizaje más autónomo, con actividades creativas, artísticas, y de investigación (búsqueda y profundización de información).

Es sin duda un reto para todos los profesionales de la educación hacer frente a este nuevo contexto escolar. También esta dificultad se traslada a los padres que deben asumir en muchas ocasiones el rol de docentes, reforzando con horas de estudio en casa con aquellos aspectos que el colegio no puede actualmente asumir.

Los adultos que estamos al cargo de la infancia (ya que por nuestra paternidad y maternidad o por nuestro desempeño profesional) debemos hallar las soluciones para adaptar esta extraña situación a las necesidades de los niños y en ningún caso exigir al niño adaptarse al sistema educativo de la misma manera y con las mismas exigencias y condiciones.

Observar, respetar y garantizar la salud física y emocional de los niños es lo que va a ayudar a que superen este periodo con las mínimas repercusiones a nivel de aprendizaje y socioemocional.

Belén de Toro Mingo. Neuropsicóloga Infantojuvenil de Psicólogos Pozuelo

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