El recorrido que cada persona realiza a lo largo de su vida es distinto en cada caso. Aunque las metas sean parecidas, el modo de alcanzarlas varía según las circunstancias de cada persona. Pero, ¿qué elementos influyen más? ¿Cuáles tienen más peso a la hora de asegurar una posición social? ¿Los orígenes familiares o las habilidades propias de cada persona?
Desde el Observatorio Social de La Caixa se ha querido responder a esta pregunta, y saber si es realidad que los hijos de padres con estudios superiores tienen más posibilidades de alcanzar posiciones sociales elevadas, sin tener en cuenta sus habilidades. Un análisis que se ha realizado en 21 democracias avanzadas que tienen en cuenta factores como el origen familiar o las capacidades.
Influencia del origen
Como se ha dicho en todos los países analizados, los hijos de padres con estudios superiores tienen más posibilidades de acabar en posiciones sociales elevadas. Sin embargo, es curioso cómo en algunas naciones, como Canadá o Países Bajos, esta ventaja es relativamente escasa. Un punto clave que se ha tenido en cuenta en este trabajo es la posibilidad de movimiento de escalafón.
¿Responden estas oportunidades al origen familiar o al mérito individual? La meritocracia respondería a un modelo de sociedad en donde el esfuerzo y la perseverancia lo serían todo, sin tener en cuenta el lugar donde se nació. En este modelo se observaría una gran movilidad en los escalafones y las personas talentosas tendrían su premio, independientemente de su base.
La realidad demuestra que las personas con un origen social privilegiado tienen mayores posibilidades de alcanzar posiciones más altas que el resto y cuentan con una mayor protección frente a una movilidad descendente. Eso sí, los datos de este estudio demuestran que aquellas personas con altas capacidades pueden ascender en esta escala, sin importar su procedencia.
¿Qué habilidades se necesitan?
Desde el Observatorio de la Caixa realizan una diferencia entre habilidades cognitivas (pueden medirse a través de un sistema numérica) y las no cognitivas (en donde se tendrían en cuenta variables como motivación, iniciativa o ambición individual). En este análisis se tuvo en cuenta si estas capacidades tienen complementariedad, es decir, si la ausencia de unas puede ser compensada por la presencia de las otras.
Sea cual sea le origen social familiar, quienes combinan altos niveles de habilidades cognitivas y no cognitivas tienen muchas más oportunidades de movilidad social ascendente. En aquellos casos intermedios, individuos con altas habilidades no cognitivas tienen mayor posibilidad de cambiar de escalafón hacia arriba.
Damián Montero
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