Un mayor nivel educativo se relaciona con una mayor proyección laboral, asegurando más ingresos y un mejor estatus a largo plazo. Pero, ¿existen influencias más allá del terreno financiero? Según un nuevo estudio realizado por el King’s College London, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid, el Parc Sanitari San Joan de Déu y el CIBER, también existen consecuencias positivas en la salud.
En concreto, se han hallado pruebas de que una buena educación se relaciona con un envejecimiento saludable y con una mayor calidad de vida a largo plazo. «El estudio pretende obtener una visión de lo que es envejecer, basada no tanto en la edad sino en la salud. El objetivo es extraer conclusiones a partir de estudios poblacionales de envejecimiento realizados a lo largo del mundo», explican los autores.
Protección de la salud
En este estudio publicado en la revista The Lancet deja claro que las personas mayores con un alto nivel educativo presentan hasta 10 puntos de salud sobre otras personas de la misma edad con un bajo nivel. «Este efecto es universal», explican los autores, «ya que se observó en personas mayores de todos los países estudiados, entre otros: España, Reino Unido, Estados Unidos y Japón. Asimismo, se corroboraron dos efectos clásicos cuando se mide la salud de personas mayores: a) generalmente a mayor edad peor salud, con un decremento acusado a partir de los 80 años; b) las mujeres mayores suelen mostrar mejores niveles de salud que los hombres de la misma edad».
Este estudio se basa en una metodología analítica que usa datos procedentes de ocho estudios representativos de la población de personas mayores de cuatro continentes: Europa, Asia, América y Oceanía. Además, el procedimiento estadístico usado permitió controlar los efectos de la generación, dado que había personas nacidas en diferentes décadas de finales del siglo XIX y casi hasta mediados del siglo XX, encontrándose así personas nacidas en época de posguerra y otras en épocas de bonanza.
«La principal conclusión que se desprende de este estudio es que la educación tiene una capacidad protectora en la salud cuando nos hacemos mayores. La educación suele conllevar, como ya se ha dicho, la búsqueda de mayores fuentes de ingresos y prosperidad económica», concluyen los autores de este trabajo.
La importancia de la educación
El estudio publicado en The Lancet no es el primero que profundiza en los beneficios de una buena educación. Desde UNESCO también se ha profundizado en los efectos positivos que pueden apreciarse en este sentido. Estos son algunos de los aspectos que se indican desde esta organización:
– La educación fomenta la tolerancia. Una buena instrucción escolar fomenta que las nuevas generaciones comprendan los principios democráticos, fomentando la tolerancia.
– La igualdad en materia educativa aumenta las posibilidades de obtener empleo y propicia el crecimiento económico.
– La educación forma parte de la solución de los problemas medioambientales.
– La buena educación ayuda a prevenir enfermedades infantiles a través de la instrucción a las nuevas generaciones.
Damián Montero
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