Conciliar en verano se ha convertido en un mal negocio para las madres, según las conclusiones a las que ha llegado un estudio elaborado por el Observatorio de laCaixa. Las madres son las grandes sacrificadas en el ámbito laboral cuando llega el verano, lo que ocasiona probables consecuencias negativas para ellas, a corto y a largo plazo.
Estos son algunos de los puntos clave que ha analizado el estudio llevado a cabo por los expertos Almudena Moreno Mínguez, UVa; Raquel Llorente Heras, UAM y Diego Dueñas Fernández, UAH sobre el sacrificio para las mujeres de conciliar en verano.
1. Un 35,3 por ciento de las mujeres en España pasan de la ocupación a la inactividad en verano, mientras que en los hombres esta cifra alcanza solo el 9,5 por ciento.
2. Para las mujeres, la atención de las distintas cargas familiares es una razón muy importante para pasar a la inactividad en verano, mientras que para los hombres es un motivo de mucho menor peso.
3. Las mujeres que pasan a la inactividad en verano tienen un mayor bagaje educativo y más experiencia laboral que los hombres en la misma situación.
Muchas mujeres pasan a la inactividad en verano (ni trabajan ni buscan empleo) para conciliar su tiempo con las necesidades de su familia. Esto puede tener distintas consecuencias negativas para ellas en el ámbito laboral, como una menor proyección profesional, unas peores perspectivas de salario y un futuro laboral menos seguro.
Mujeres, de la ocupación a la inactividad
A partir de los datos obtenidos de la Estadística de Flujos de la Población Activa (EFPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), el análisis llevado a cabo para este estudio demuestra que, en verano, las mujeres pasan de la ocupación a la inactividad en mayor medida que los hombres. Entre los años 2010 y 2019, las mujeres que pasaron a la inactividad representaron un promedio de 325.730 mujeres en el tercer trimestre del año, mientras que solo 220.260 hombres tomaron esta opción.
El problema de la conciliación familiar se convierte en una solución ineficaz, ya que se genera un mayor problema a largo plazo: se producen interrupciones laborales en el colectivo femenino y se reduce el salario real y potencial de las mujeres en el mercado laboral español.
Otro motivo de la ineficacia de esta solución es que actualmente, las mujeres que dejan el mercado laboral en verano tienen un mayor bagaje profesional que los hombres que pasan de la ocupación a la inactividad.
¿Cómo se produce la transición de la ocupación a la inactividad? Durante los últimos nueve años, a excepción del 2017, se repite el mismo patrón: al inicio de las vacaciones escolares hay un mayor número de mujeres, en relación con la población masculina, que pasan de la ocupación a la inactividad. Estas mujeres abandonan su carrera profesional y, durante un determinado periodo de tiempo, no se dedican a buscar un nuevo empleo. En cambio, esta tendencia es mucho menor en el caso de los hombres.
Por otro lado, el estudio ha revelado que las mujeres asumen principalmente las cargas familiares. ¿Por qué abandonan las mujeres el mercado laboral? En buena medida, porque se hacen cargo del hogar, de sus hijos y del conjunto de cargas familiares, lo que llega a ser incompatible con el desempeño de sus tareas laborales. Casi cuatro de cada diez mujeres (35,29%) que transitan de la ocupación a la inactividad entre junio y septiembre admiten que lo hacen por este motivo: las cargas familiares. En cambio, solo uno de cada diez hombres (9,5%) justifica el abandono del mercado laboral por motivos familiares.
Las mujeres que abandonan el mercado laboral, más preparadas que los hombres
De las estadísticas se desprende que ellas están más cualificadas y atesoran mayor experiencia laboral que los hombres que también abandonan el mercado laboral en el tercer trimestre. Los datos indican que las mujeres que dejan el trabajo y pasan a la inactividad acumulan más estudios y tienen más experiencia laboral que los hombres que optan por la misma opción, en casi todos los años analizados durante los últimos nueve años. La ratio del nivel educativo de mujeres y hombres en una misma franja de edad (25-50 años) con empleo en el segundo trimestre e inactivos en el tercer trimestre (para el periodo 2010-2019).
Cuando se comparan mujeres y hombres en la misma situación familiar, se observa el promedio de la tasa de inactividad de cada trimestre (periodo 2010-2019) de las madres y los padres de entre 25 y 50 años, diferenciando ambos colectivos en función de si sus parejas trabajan o no.
Los datos, que provienen de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, muestran que las madres experimentan en el tercer trimestre un incremento por encima del promedio en la transición de la ocupación a la inactividad. También se evidencia que hay más madres que están en una situación de inactividad si sus parejas trabajan (de promedio, 864.247 mujeres, con una tasa de inactividad del 21,85%) que cuando sus parejas no trabajan (de promedio, 185.432 mujeres con una tasa de inactividad del 21,06%).
La carga familiar sigue siendo de la mujer
En este sentido, se deduce que la situación laboral de las madres tiene un carácter de complementariedad respecto a la situación laboral de sus parejas.en los últimos años, hay más mujeres que hombres que abandonan el mercado laboral durante el tercer trimestre para pasar a la inactividad, y que el motivo principal que las impulsa a ello es el de asumir las cargas familiares. Esta solución no es eficiente desde un punto de vista económico o social, ya que son mujeres que tienen un mayor bagaje académico y profesional que el de los hombres.
Por otra parte, hay muchas más madres que transitan de la ocupación a la inactividad dentro del colectivo femenino, en general, que padres que tomen esta decisión dentro del colectivo masculino. Esto se acusa de forma más generalizada en el tercer trimestre de cada año.
Los resultados de este estudio ponen de manifiesto que pueden repercutir negativamente en las carreras profesionales del colectivo femenino, así como en sus salarios y en sus pensiones de jubilación. A fin de lograr una verdadera igualdad entre hombres y mujeres, la sociedad española debe avanzar inexcusablemente en dos aspectos: por un lado, en conseguir una efectiva conciliación laboral y familiar, impulsada por las autoridades políticas y económicas, y, por otro, en el reparto real de tareas dentro del núcleo familiar.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Observatorio Social laCaixa
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