A medida que se acerca el verano la crisis sanitaria por el coronavirus está mejorando en todos los sentidos: estadística y sanitariamente. Cada día a día, la sociedad está venciendo a la epidemia de la Covid-19 y cada uno de nosotros nos vamos esforzando por superar los meses pasados en estricto confinamiento. Pero, ¿qué vamos a hacer ahora con la planificación de las vacaciones?
Ya no sólo se abren los balcones y ventanas para aplaudir, sino también las puertas para salir a la calle, a las terrazas… Ya es posible ver a los amigos, familiares y compañeros de trabajo. Hay esperanza y la mirada global es positiva. Sin embargo, tal como explican los psicólogos, todavía tardaremos en saber cómo ha impactado la pandemia no sólo en quienes han perdido a seres allegados o se han encontrado en primera línea, sino a toda la población en general.
El estrés postraumático puede aflorar en una persona al poco tiempo, aclara, de vivir o ser testigo de un acontecimiento dramático, pero también puede tardar tiempo en aparecer. La directora técnica de Clínicas Origen, Pilar Conde, explica que «ya se estan tratando en los centros especializados problemas asociados al confinamiento prolongado y, como no, al miedo al contagio y a la enfermedad».
Vacaciones: una decisión condicionada por el coronavirus
Una de las más importantes a las que nos enfrentamos cada año por estas fechas es la organización de las vacaciones, en algunos casos en familia, en otros en pareja o con amigos. En cualquiera de los supuestos, sí ya de por sí se trata de una cuestión que nos produce cierto nerviosismo a medida que acecha el calor, este año la decisión va a estar muy condicionada por el coronavirus.
Tras lo vivido, y de cara a la preparación de unas vacaciones en familia, esta psicóloga asegura que «es normal, por otro lado que, sin llegar a necesitar ayuda profesional, que seamos presas de la incertidumbre y que el tener que tomar ciertas decisiones nos genere inquietud y ansiedad».
El miedo al contagio nos podría llevar a buscar lugares apartados, pequeños hoteles aislados, villas o casas individuales donde no nos podamos contagiar fácilmente, pero también puede que algunos prefieran abandonar todo intento de salir de casa. Sin embargo, Pilar Conde asegura que «no es buena decisión. Hay que intentarlo. Si nos mantenemos confinados cuando ya no sea necesario, aumentaremos el miedo y la ansiedad hacia las salidas».
La solución, pues, no es quedarse en casa, sino tratar de cambiar el punto de vista y trabajar con pensamientos positivos, no sólo por nuestro interés, sino también por el de los que nos rodean. Se trata de salir, siempre de forma responsable y adecuada a las medidas que estén vigentes en cada momento con respecto al virus, pero tratando de controlar la ansiedad.
Cómo pelear contra el miedo al contagio
Pensar en que nuestra familia merece un descanso es un buen estímulo para pelear contra el miedo. En caso de las familias con niños será importante explicarles, desde la normalidad y la calma, «que estas vacaciones van a tener ciertas peculiaridades, pero que vamos a poder seguir disfrutando y jugando. Es fundamental que tengan claro lo que si pueden hacer, lo que no, y los aspectos que van a cambiar con respecto a otros años. El hecho de que nos vayamos de vacaciones, ya en sí, les va a ayudar a normalizar la situación y disminuir el temor, dado que les demostramos que ya podemos ir realizando vida normalizada».
Además, para los más pequeños y también para los mayores, la psicóloga ofrece los siguientes consejos para veranear en esta llamada nueva normalidad:
1. Tener claras las medidas de seguridad para todos los miembros de la familia.
2. Haber normalizado previamente las salidas en el entorno natural en el que nos movemos habitualmente, y haber integrado las medidas para evitar masificaciones y contagios.
3. Avisar a los niños antes de viajar de que algunas excursiones habituales a lo mejor no se pueden hacer por las nuevas normas. Es importante que lo tengan claro.
4. Ofrecer a los más pequeños alternativas para esas actividades ahora no permitidas. Es bueno que sean ellos quienes den las ideas.
5. Organizar en grupo las actividades a realizar en familia en cuanto al tiempo de ejecución y las medidas de protección.
6. Elegir lugares adaptados a las necesidades del grupo, con prioridad para las de los más pequeños.
Disfrutar en familia, pasar una buenas vacaciones, depende en gran porcentaje de la actitud que tengamos y de las personas con las que estemos.
Pilar Conde. Directora técnica de Clínicas Origen
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