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Susana Moreu: «La familia es la respuesta para amortiguar el impacto que tiene y va a tener esta crisis»

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Esta pandemia y sus elementos colaterales, entre ellos, el confinamiento nos ha hecho recapacitar sobre lo que de verdad importa. Vivíamos una vida frenética en la que el individualismo impedía a muchas familas tener tiempo para establecer relaciones personales. Ahora que el escenario ha cambiado, hablamos con la coach de pareja, Susana Moreu, autora del libro Amor Vitamina.

Susana Moreu propone mejorar la comunicación con nuestra pareja, apoyarla y comprenderla. Es normal que estemos más estresados por la situación económica y sanitaria, pero debemos «seguir remando» y no darnos por vencidos. Además nos alerta de lo peligroso que es el cansancio para nuestras relaciones. Todos podemos flaquear en algún momento, lo importante es seguir dándolo todo para que nuestra familia siga funcionando; ¡y más ahora!

Ideas para salir fortalecidos como pareja de esta crisis

P. ¿Cómo está afectando a la relación de pareja el confinamiento?
R. El confinamiento pone a prueba nuestra convivencia. A pasar 24 horas juntos, hay que sumar los problemas de salud y/o económicos, nuestro estado anímico por el confinamiento y la inactividad física.

P. ¿Estamos preparados para estar juntos 24 horas, día tras día?
R. No importa si estás preparado o no, como en la mayoría de las empresas que acometemos por muy preparado que estés a «andar se aprende andando». El estar tanto tiempo juntos, da para mucho…

P. ¿Cómo lograr que nuestra relación de pareja funcione en estas circunstancias especiales de miedo a la enfermedad, preocupación por los seres queridos, dificultades económicas (paro, ERTE)…?
R. En los momentos de dificultad ponemos a prueba nuestra capacidad personal. Ponemos en valor los recursos personales, que todos tenemos. No hay nada más personal que mi amor, mis amores. La FAMILIA entre muchas definiciones, es una comunidad de amor. Qué duda cabe que la familia es la respuesta para amortiguar el impacto que tiene y va a tener esta crisis. No solo porque en mi familia es donde me siento querido por ser quién soy, y esto me hace fuerte, sino porque realmente son las familias las que van a dar también soporte material, económico y en cuidados a sus miembros.

Cuando me siento querido y valorado «me vengo a arriba», «me da subidón», aunque lo que me rodea sea dificultad y confusión.

No sabemos qué pasará, en parte no depende de nosotros. Lo que si depende es cómo voy a vivir este tiempo, esta crisis, con mi familia, como matrimonio, como pareja. Es el momento de buscar lo que nos une y ser apoyo el uno del otro. Si un barco se hunde no es el momento de discutir, aunque la tensión me lleve a ello. Es el momento de actuar por elevación, no centrarme en defectos que todos tenemos. Para superar dificultades de convivencia, recomiendo valorar lo mejor del otro y apoyarme y apoyar.

P. ¿Cómo nos va a afectar el sedentarismo al que no estamos acostumbrados?
R. La inactividad física y los problemas reales que nos acechan nos pueden encasquillar en la dificultad. Céntrate en pensamientos positivos, en las virtudes de tu marido, mujer, hijos, posibilidades de conversación con la familia, tertulias. Aprovecha este tiempo de inactividad para activarte por dentro, conocer mejor a tu pareja, crecer en tu matrimonio, conocer a tus hijos. ¿Cómo recordaréis estos meses? ¿Con angustia? ¿Mal humor provocado por una tensión real? ¿O como un tiempo en el que hemos intentado dar lo mejor de nosotros, tiempo de crecimiento personal, viviendo un reto desconocido que os ha hecho mejores personas, mejor familia?

P. ¿Cómo afecta a los hijos las dificultades en la relación de pareja cuando estamos encerrados entre cuatro paredes?
R. Lo que aporta más seguridad y estabilidad a un hijo es ver que sus padres se quieren. Pero en la medida que se hacen mayores es importante trasladar a nuestros hijos que somos personas limitadas, que necesitamos unos de otros y eso es quererse, no siempre estamos en «nuestro mejor día» ni en nuestro mejor momento. Puede que esta «curva» no la hayamos cogido del todo bien, por cansancio acumulado, por debilidad… y estemos «derrapando». No somos «súper hombres» ni «súper mujeres», ni mucho menos «súper padres». Nuestra vida es un continuo «reconducir». En el confinamiento habremos vivido de todo, cercanía, distancia, discusiones, sacar «trapos y rencillas del pasado», pedir perdón, compensar al otro por mi falta de paciencia, carácter…

P. Cuando volvamos a la ‘normalidad’, ¿cuál será la tendencia en las relaciones de pareja?
R. Tras una situación de dificultad crecemos como personas. Vernos en debilidad nos humaniza y nos hace fuertes, con mayor conocimiento de uno mismo y del otro. Ante la dificultad podemos optar por dejar la empresa que tengamos entre manos por agotamiento, por desgaste o trabajar con más fuerzas porque entendemos que vale la pena un esfuerzo más por sacarla a flote. Deseo que esta crisis sea impulso para fortalecer nuestra empresa más importante LA FAMILIA.

La situación actual ha hecho recapacitar a muchas personas en lo que de verdad importa.

omos una generación sin tiempo, con mucha carga profesional, con muchas exigencias económicas, un ritmo de vida muy alto que implica más trabajo, menos tiempo para la familia, más compromisos sociales… Este parón nos pone frente a nosotros, cuestiona nuestras seguridades como la salud y economía, nos HACE VALORAR LO IMPORTANTE -las personas que ocupan mi corazón- ¿Cómo las cuido? Mi salud, mi economía, ya no son un «valor seguro», quiero apostar por el AMOR, el amor nos trasciende, es lo que queda cuando ya no estoy.

P. ¿Qué ocurrirá en las parejas y matrimonios ya consolidados tras el Covid-19? ¿Cómo salir fortalecidos?
R. Estamos ante una oportunidad para ordenar nuestra escala de valores. Primero nosotros como pareja, matrimonio, luego nuestra familia y el resto como el trabajo, la salud… están subordinados al amor que tengo por los míos. Para salir fortalecidos hay que resetear nuestra ilusión: «quiero conocerte, quiero admirarte, quiero volverte a elegir como compañero/a de camino… debes saber que eres la mejor persona para vivir en una isla desierta, en una pandemia…».

P. ¿Qué cambiará en los jóvenes en su búsqueda de pareja tras el confinamiento?
R. Nuestros jóvenes se han unido al carro de la sociedad actual muy competitiva en el mundo laboral, abocados a construirse potentes currículums, esculpir su cuerpo con deporte y una apretada agenda social. Marcados por la sensación que «quien tiene prisa es importante», no hay tiempo para el AMOR que necesita de mi tiempo y dedicación, darse a fondo perdido, con rentabilidad a largo plazo y complicándose la vida. Vivir para uno mismo, enfocando sus esfuerzos a sus logros, anestesiado por una potente vida social llena de fiestas, viajes, salidas… Esta ha sido una ola que ha llevado así a gran parte de los jóvenes. Esta pandemia nos avoca a pensar en lo importante. ¿Con quién he podido «sociabilizar» en estos días de confinamiento?

Los amigos de fiesta, rollo, o incluso compañeros sexuales, pero no vitales, no están a prueba de una larga conversación telefónica.

Sencillamente no hay nada qué decir, porque sólo se han compartido emociones, vivencias, pero nunca se ha hablado de corazón a corazón. El confinamiento ha dado importancia a las relaciones personales, «te quiero, me importas, aunque no estemos de fiesta». Quiero conocerte, dedicarte tiempo, mi tiempo, y que tú me conozcas. Entiendo que tras el confinamiento, se van a valorar las relaciones más personales. Las relaciones superficiales no tienen «raíz». Las medidas sanitarias van a poner en valor la sexualidad, volviéndola a situar en la intimidad y exclusividad, propia del compromiso.

P. ¿Qué podemos hacer cuando sentimos que nuestra pareja ha dejado de darlo todo y nos consumen la rutina y el estrés?
R.
Darlo todo nosotros. Por darlo todo no entendemos “dar más de lo debido”, sino no cansarnos. Seguir remando, “cuando el barco hace aguas”, aunque mi compañero de remo hoy no reme, somos equipo. Hablar, comprender, animar, valorar, apoyarme y apoyar. Y en algunas ocasiones pedir ayuda.

P. ¿Cómo afecta el cansancio a nuestras relaciones de pareja? ¿Algún truco para recargar nuestra batería de energía?
R.
El cansancio nos hace “bajar la guardia”, entrar en nuestro lado oscuro, donde toman protagonismo todas nuestras debilidades y limitaciones. Estar descansados nos ayuda a dar la mejor versión de nosotros mismos. Qué importante es “verme venir”, quitarme de en medio si es preciso o mandar a mi marido mi mujer a que se “despeje”, descansar, practicar la “siestoterapia”, practicar algún deporte, dejar temas no importantes para mañana, saber medir mis fuerzas. NO PODEMOS CON TODO, SOMOS LIMITADOS, pedir ayuda, buscar el descanso de quien bien quiero. El estar más descansados nos llena la batería para vivir con ánimo un AMOR real, con luces y sombras, que me da la VIDA.

P. ¿Por qué hoy en día, sobre todo, los hombres, tienen miedo al compromiso. ¿Cómo superar el síndrome de Peter Pan?
R.
Bueno, son muchas chicas también las que tienen miedo al compromiso… El amor me compromete, compromete mi futuro, mi vida. El enamorado ¡¡está loco por comprometerse!! La sociedad actual es individualista y busca el bien del individuo. Esta situación actual puede ser el punto de inflexión, que nos va a llevar a ver que la vida no tiene sentido sin la familia. La FAMILIA es la mejor inversión que puedo hacer en tiempo y esfuerzo, que merece la pena nacer en familia y morir en familia. Uno de los mayores dramas que estamos viendo en estos días es el desgarro de no poder acompañar a tus seres queridos en el final de sus vidas.

Natalia Pérez García

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