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Estas son las nuevas enfermedades que genera el uso excesivo del móvil

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Durante el tiempo que hemos estado casi completamente confinados en casa, el uso excesivo del móvil se ha disparado. ¿Por qué? Fundamentalmente porque sirven para todo: mandar y recibir mensajes a través de las redes sociales, hablar y ver a los familiares y a los amigos, pasar el tiempo entretenidos con juegos, películas y series, mantenernos informados de la actualidad o incluso seguir lecciones y clases online de todo tipo.

En España ya tenemos más teléfonos móviles que habitantes y más del 95 por ciento de las viviendas españolas poseen, al menos, uno. A la utilidad y a las ventajas, hay que añadir también que un uso excesivo puede dañarnos. De hecho, están apareciendo nuevas patologías que tienen a médicos y psicólogos bastante preocupados. 

6 enfermedades derivadas del uso excesivo del móvil

1. Fomo: ¿me estoy perdiendo algo?

Este acrónimo viene del inglés fear of missing out que significa miedo a perderse algo y está relacionado sobre todo con las redes sociales. El 70% de los usuarios de redes sociales padecen fomo. Estas personas sienten una necesidad constante de mantenerse conectados e informados de todo lo que hacen sus amistades o lo que ocurre en su ciudad, pero no por un temor irracional a la desinformación, sino porque no quieren que nadie pueda pensar que se han perdido algo que dice o hace alguno de sus amigos, una noticia interesante, que otras personas puedan hacer cosas más divertidas o populares o miedo a quedarse «fuera» por no haber compartido alguna campaña viral.

Otra manifestación del Fomo consiste en sufrir ansiedad por no tener el smartphone más nuevo del mercado o por creer que se perderá algún avance tecnológico importante. Esta patología puede conllevar aparejados trastornos de ansiedad y depresión.

2. Nomofobia: ¡horror, he olvidado el móvil!

Otro neologismo, que viene del acrónimo en inglés no-mobile-phone phobia, y cuya patología principal es el miedo a la desconexión. Que se nos agote la batería, no tener suficiente cobertura, que se nos estropee el móvil y sobre todo el temor a salir a la calle sin llevarlo encima normalmente por haberlo olvidado en casa. Antes del confinamiento más de un 75% de los usuarios reconocía tener miedo a salir de casa sin él. La nomofobia es un trastorno de ansiedad con todas sus manifestaciones (taquicardia, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza o de estómago, sudores, etc.) cuando no se puede utilizar el móvil, y que se origina porque, estar permanentemente conectados con los demás produce una dependencia emocional que se manifiesta en forma de ansiedad cuando esa comunicación no es posible temporalmente. Las personas que padecen nomofobia sufren una necesidad de aceptación social elevada, una baja autoestima e inseguridad.

3. Vibranxiaety: ¿es mi móvil el que vibra?

También conocida como vibración fantasma. Se trata de un error del cerebro que está alerta a las señales exteriores, y que tiene como origen la obsesión o dependencia por el sonido o vibración del móvil, es decir, pensamos que hemos oído sonar o vibrar nuestro smarthphone cuando no lo ha hecho. Y esto se produce porque las notificaciones del teléfono provocan una respuesta emocional positiva que hace que el cerebro genere dopamina, que es el neurotransmisor que se ocupa del placer, la motivación o el deseo. Esta sustancia también es la que está relacionada con las adicciones porque, si un estímulo causa placer, nuestro cerebro buscará repetirlo.

Se estima que el 80 por ciento de las personas siente alguna vez estas vibraciones fantasma y, por lo tanto, es relativamente normal, pero si su frecuencia es alta o muy alta, puede ser porque el cerebro se está comportando respecto al móvil tal y como se comportaría el cerebro de un drogodependiente ante la sustancia que consume.

4. Insomnio tecnológico: ¿por qué no me duermo?

Ya no se lee un rato mientras nos relajamos antes de dormir. El insomnio tecnológico está provocado por la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos cuando justo antes de dormir vemos videos, contestamos WhatsApps o echamos un último vistazo a las redes sociales. La luz azul inhibe la secreción de melatonina, que es la hormona que favorece que se concilie el sueño. Por lo tanto, cuando se usan móviles y tabletas antes de irse a dormir, el insomnio tecnológico aparece y se producen episodios de insomnio que a la larga pueden elevar el riesgo de alzhéimer, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial, obesidad, diabetes y depresión.

5. Phubbing o Ningufoneo: pendiente del móvil en reuniones

El ningufoneo o Phubbing en inglés es una de las señales inequívocas de que la persona padece una adicción al smartphone (o al menos una relación muy insana con el aparato). El término hace referencia a ningunear o ignorar a otros y el entorno donde se encuentran por estar concentrados en el móvil. Durante el confinamiento es posible hayamos vivido esta situación en comidas y cenas en familia. Este fenómeno puede causar aislamiento social, depresión, deterioro de las relaciones interpersonales y baja autoestima.

6. Tendiditis en los pulgares y otras lesiones: ¿tengo whatsappitis?

El nuevo término de moda es la whatsappitis, que se refiere a la tendinitis en los pulgares de ambas manos debido a quela escritura con estos dedos y al uso excesivo de estos aparatos obliga a adoptar una posición forzada y con tensión. Y al mismo tiempo, los dedos índices reciben una carga excesiva del móvil debido a que tienen que sujetarlo ejerciendo una fuerza equivalente a la presión de los pulgares al escribir, que produce también tendinitis en los índices. Y los dedos no son lo único que sufre. Los móviles también están provocando dolores de cuello, brazos y espada por su uso excesivo adoptando posturas inadecuadas.

Marina Berrio
Asesoramiento: Rosa Alsina, responsable de Puntronic

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