Muchas familias han tenido de luchar contra la enfermedad, contra la muerte prematura de algún familiar, hacer frente a una pérdida de empleo… La resiliencia se puede aprender. ¿Cómo enseñar a los niños a superar la adversidad y ser resilientes?
Salir fortalecidos de una situación adversa es lo que define la resiliencia en tiempos de coronavirus. La RAE lo define como la «Capacidad de adaptación de un ser vivo a un agente perturbador o un estado o situación adversos y como la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial», lo que nos hace percatarnos de la importancia que tiene esta virtud en nuestras vidas.
Recuperar el ánimo y la felicidad tras una situación desagradable y salir con más fuerzas requiere un gran trabajo interno. A los adultos nos puede parecer más complicado, pero los niños tienen una capacidad admirable de resiliencia. Se nace con ella, pero se debe desarrollar.
Debemos aprender de los niños. Ellos viven el día a día, disfrutan el ahora, cosa que deberíamos aplicarnos ya que preocuparnos constantemente por el futuro y más ahora cuando ni las autoridades sanitarias ni la propia comunidad europea sabe como va a desarrollar este virus. Es tiempo de aprender los unos de otros, de ayudarnos y estar unidos. Puede que los adolescentes que hayan perdido a un ser querido se lo tomen de una manera más complicada y les cueste hacerse a la idea y aceptar la nueva situación. Para desarrollar resiliencia, hay que tener muy en cuenta las palabras de la psiquiatra Rafaela Santos, autora del libro Mis Raices. Familia, motor de resiliencia (Palabra), «nadie es tan fuerte que no necesite ayuda, ni tan débil que no pueda ayudar a los demás».
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Cómo desarrollar la resiliencia en tiempos de coronavirus
Ser resilientes es algo que se debe trabajar ya que no nos sale innato. Ante la pérdida de alguien cercano se experimentan diferentes fases como sostienen los expertos. Debemos ser solidarios con nosotros mismos y aceptar cada una de las etapas. No esconder sentimientos, compartir con los demás nuestras sensaciones y recuerdos. Como sostiene la enfermera Xusa Serra, experta en duelo y final de la vida, debemos hablar de esa persona y si algo nos recuerda a ella no evitarlo. Una vez superadas estas fases, llega la hora de practicar la resiliencia:
1. Uno puede rehacer su vida. La resiliencia también es definida como la «Capacidad del ser humano para reponerse de un trauma y sin salir dañados ser feliz» sostiene la psiquiatra Marián Rojas-Estapé. Por lo que enseñarles a los adolescentes que tras una pérdida uno puede rehacer su vida es inmensamente importante.
2. Sufrimiento formativo. Como padres y educadores debemos enseñarles la importancia de las pequeñas cosas cotidianas. Es decir, después de que hayan tenido un mal día o se hayan peleado en el colegio con un amigo debemos enseñarles a no hundirse. Lo mismo sucede cuando les tengan lugar otro tipo de circunstancias más complicadas como la separación de unos padres o el hecho de que uno tenga que irse a trabajar a otro lugar y no puedan verle todo lo que les gustaría. Hay que enseñarles a vivir el «sufrimiento formativo» como sostiene Marián Rojas: los niños necesitan saber pequeñas cosas.
3. Resiliencia de manera personalizada. El cerebro del niño no es como el de el adulto. «Los niños de cero a dos años no tienen memoria, aunque sí la emocional» si los padres discuten aunque el niño esté dormido segrega hormonas negativas de cortisol. Debemos tratar a cada niño con respecto a su edad. Y enseñarles y trasmitirles la información de manera personalizada. Por ello a la hora de dar malas noticias y enseñar la resiliencia deberemos hacerlo de una manera que se adapte a cada uno de nuestros hijos.
4. Entender a los más pequeños. Para esto hace falta tiempo y dedicación sostiene la psiquiatra. «A los 7 años mi padre es un sabio, cuando tengo 14 creo que mi padre se equivoca en algunas cosas, a los 20 pienso que los padres están un poco atrasados, a los 25 digo: mi padre no sabe nada. Con 30 pienso: no sé si ir a consultar este tema con mi padre y a los 40 se lamentan: que lástima que papá se haya ido porque él me habría aconsejado. A los 70 te das cuenta: mi padre era un sabio» con esto nos referimos a que hay que comprender las fases de cada niño y comunicarles las noticias y darles una serie de herramientas acordes a su edad. Teniendo en cuenta que la adolescencia es una etapa complicada.
5. Amor. El amor al recuerdo es lo más maravilloso, Victor Frankl escribió un libro tras pasar un tiempo en un campo de concentración después de la segunda Guerra Mundial concluyendo que sobrevivían en el campo aquellos que tenían amor a sus recuerdos. ¿Qué quiere decir esto? Que para desarrollar la resiliencia «no hay que recuperar lo perdido pero no lo nuevo puede ser positivo, reconstruirse e construir una nueva realidad positiva» sostiene la doctora Rojas Estapé.
La resiliencia por Marián Rojas-Estapé
1. Ser consciente. «Uno puede manejar una situación estresante de manera eficaz» nos aconseja la doctora, adaptándose a la edad de la persona. Además debemos evitar el exceso de protección ya que esos niños tendrán en el futuro muchos problemas
2. Cuidar el lenguaje. Esto es vital para crear la confianza en los niños desde pequeños. Decirles que hacen todo mal les creará mucha inseguridad y a la hora de recibir noticias lo harán de manera negativa. A su vez también es muy importante que sepan expresarse y darles vía libre para que digan cómo se sienten.
3. Desarrollar su inteligencia emocional y empatía. Se les debe enseñar a ponerse en el lugar del otro y entender los sentimientos. Gestionar las emociones desde pequeños clave para en un futuro desarrollar la resiliencia.
4. Educar la voluntad. La voluntad la define la doctora como «Post poner la recompensa» Si desarrollamos la voluntad, que es la clave, nuestros hijos llegarán más lejos en la vida y gestionarán mejor todo lo que les suceda.
5. Educar en el optimismo. La felicidad es la percepción de la realidad según afirman Enrique y Marián Rojas. A los niños se les debe preguntar qué les ilusiona para que sean felices, y se les debe hacer desarrollar la imaginación de manera positiva para que suba la hormona de la dopamina y la serotonina.
6. Enseñar a perdonar. Todo se puede superar con el perdón y lo mismo sucede con los niños porque aprender a perdonar es incompatible con tener un corazón resentido.
7. Que los niños se sientan queridos. El daño emocional se queda latente y en el adulto puede generar muchos problemas a la hora de desarrollar resiliencia. Es muy importante desarrollar la hormona del apego para su felicidad en el futuro.
Natalia Pérez García
Asesoramiento: RAE
Rafaela Santos, médico psiquiatra doctorada en Neurociencia, presidenta de la Fundación Humanae y autora del libro: Mis Raices. Familia, motor de resiliencia (PALABRA)
Marián Rojas Estapé, médico psiquiatra. Conferencia de la Fundacuón Ibercaja: Educa a tus hijos a superar la adversidad.
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