Aprender inglés y utilizarlo como algo natural es el obejtivo de muchas familias y una actividad a nuestro alcance durante el confinamiento. No es necesario que los padres tengamos un nivel de inglés alto, ni que nuestro acento sea británico para hablar, jugar y entrener a nuestros hijos en inglés. Lo importante es que los niños vean el inglés como algo práctico y curioso mediante una motivación adecuada.
Se acabaron las clases por la pandemia de coronavirus. El confinamiento nos ha alejado también de las extraescolares de inglés. En el mejor de los casos, muchos niños siguen sus clases online, pero otros han visto interrumpido de manera tajante el aprendizaje del inglés como segundo idioma. Sin embargo, es posible continuar desde casa de forma sencilla y divertida.
Sophie Vignoles, experta del departamento de Didáctica de la app de aprendizaje de idiomas de Babbel, afirma que «no es necesario tener un excelente nivel de idiomas extranjeros o ser bilingüe para empezar esta nueva aventura en familia». Si surgen dudas antes de comenzar una actividad, puede ser oportuno refrescar conocimientos o comprobar la pronunciación de las palabras que vas a usar.
En cuanto al acento, Sophie Vignoles señala que, «hablar inglés con acento español no es el fin del mundo. Solo hay que tener cuidado con la pronunciación». Para conseguirlo resulta muy práctico consultar el diccionario online de Oxford o la aplicación de Babbel.
10 consejos para aprender inglés en casa
– Encontrar el mejor momento del día. Un niño cansado o con las pilas muy cargadas no podrá concentrarse correctamente y se distraerá fácilmente. Como en el colegio, los profesionales recomiendan respetar el ritmo de aprendizaje natural de los niños también en casa. Cada padre y madre tendrá que adaptar las sesiones de aprendizaje a la personalidad y al carácter de su hijo.
– Centrarse en cosas simples. «El objetivo de estas sesiones de aprendizaje no es entenderlo todo, sino poder aprender algo nuevo sin que sea demasiado difícil o frustrante». Se trata, por lo tanto, de aprender y repasar los colores y los números con los más pequeños, por ejemplo. El fin último es aumentar los conocimientos divirtiéndose y disfrutando. Otra manera de aprovechar el tiempo es ver dibujos animados o un vídeo en inglés para familiarizarse con la pronunciación. Pero recuerda acompañar a tu hijo durante esta actividad, podrás así explicarle cosas, repetírselas o analizarlas con él. El papel de los padres es fundamental, ya que según los especialistas, dejar a un niño solo delante de una película o un dibujo animado en un idioma extranjero no tiene ningún interés.
– Variar las actividades. Canciones, juegos, libros o deporte. Aprender divirtiéndose es la clave para conquistar a los más pequeños. Existen numerosas maneras de hacerle descubrir un idioma a un niño. «Lo importante es la variedad y el dinamismo de las actividades elegidas», recalca Sophie Vignoles. ¿Y cómo conseguirlo? Proponiendo diferentes talleres, sean actividades manuales, como juegos de cartas o de mesa o libros interactivos, o actividades orales. Con los niños más pequeños se debe favorecer la comunicación oral, especialmente a través de canciones y la lectura de cuentos infantiles.
Nominis es la app de inglés para niños de Primaria que despertará su pasión tanto por el inglés como por la lectura. Con Nominis puedes despedirte de las clases aburridas mediante un aprendizaje entretenido y efectivo que se basa en el storylearning, o lo que es lo mismo, en aprender mediante historias didácticas. Esta plataforma consigue que tus hijos sean los protagonistas de su propia educación y que lleven sus habilidades lectoras y socioemocionales al siguiente nivel mientras se lo pasan en grande aprendiendo inglés. Además, con Nominis también puedes despreocuparte sobre la sobreexposición a las pantallas — su método sólo necesita 15 minutos al día. Prueba Nominis de forma gratuita y sin compromiso durante toda una semana aquí.
– El juego de los post-it, lúdico y eficaz. Se basa en emplear el espacio que nos rodea para ampliar nuestro vocabulario. Consiste en pegar un post-it en cada uno de los elementos de nuestro alrededor, escribiendo el nombre del objeto en él. Tu hijo podrá apuntar el nombre del objeto en un post-it, pegarlo en su sitio y memorizar el término cuando pase delante de este último. «Los niños utilizarán de esta manera el movimiento, las referencias visuales y la memoria espacial para recordar el nombre de los objetos», recalca Sophie Vignoles.
– Recrear la inmersión lingüística gracias a situaciones del día a día. ¿Cómo pedir pan en una panadería o una botella de agua en un restaurante? ¿Qué expresiones usar para preguntarle a alguien su camino? ¿Cómo presentarse? Participar en un juego de roles es un buen método para aprender de manera lúdica. «La idea es reconstruir situaciones de inmersión, como si se estuviese en el extranjero», destaca Sophie Vignoles. Esta actividad les permitirá a los más mayores entender la utilidad de hablar otro idioma más que su lengua materna, sobre todo para viajes futuros.
Para ir un poco más lejos también se pueden crear más situaciones de inmersión, como leer cada noche un cuento en inglés o jugar a las cartas en un idioma extranjero. ¿Y por qué no empezar una competición desenfrenada para repasar los números en inglés o jugar una partida al Memorama en inglés para memorizar nuevo vocabulario más fácilmente?
Inmersión lingüística en inglés en casa: ideas para motivar a los niños
– Hacer suyas las fiestas y tradiciones locales. Aprender una lengua significa también descubrir su cultura. Hoy día, Halloween se celebra en muchos países hispanos, pero poca gente conoce el origen de esta celebración. Explicárselo a tus hijos podría ser una actividad interesante. ¿Y por qué no hacer lo mismo con otras fechas señaladas y celebrar la fiesta nacional o las tradiciones de otro país? Por ejemplo, Saint Patrick, el 4 de julio, Thanksgiving o incluso la fiesta india de Holi… Varios estudios de la Universidad de Melbourne apuntan que la relación entre cultura y lengua es indisociable, así que explorar esta vía resultará sin duda atractivo y instructivo. «Supondrá la oportunidad de abrir una ventana sobre el mundo y despertar la curiosidad de sus hijos», nos explica la especialista en didáctica.
– Movilizar todos los sentidos. Ver, escuchar, tocar… Combinar los sentidos permite potenciar el aprendizaje y apostar por el poder de nuestras diferentes memorias, la visual, la auditiva y la cinética. Al igual que en el aprendizaje de la lengua materna, en los idiomas extranjeros las palabras también se asocian con gestos y con objetos. Por eso es fundamental señalar objetos, repetir y repasar palabras y sobre todo tener paciencia.
– Cocinar en el idioma de Shakespeare. Entre las actividades manuales que permiten aprender de manera divertida destaca la cocina. Los padres pueden, por ejemplo, emplear vocabulario relacionado con la comida, pero también recurrir a la memoria cinética de su hijo, pidiéndole que traiga un tenedor, le de sal, rompa los huevos, ponga la mesa… Preparar un plato o un postre típico de otro país puede ser también una excelente manera de aprender más sobre su cultura.
– Practicar de manera regular. «Aprender un idioma es como hacer deporte», nos recuerda Sophie Vignoles, «es necesario practicar con regularidad». Pero esto no significa que haya que dedicarle una hora o más cada día. Sesiones breves, de entre diez y treinta minutos según la edad, pueden ser muy efectivas, siempre y cuando sean regulares.
– Padres e hijos invertir los papeles. A los niños les encanta adoptar el papel de sus padres. Los lingüistas de la Universidad de Yale animan a padres e hijos a invertir sus papeles. Una opinión compartida por Fiona Hobday, profesora de lenguas modernas en la escuela de Wellington (Somerset), quien asegura que «intercambiar papeles permite mejorar el desarrollo de las competencias lingüísticas». ¿Y cómo conseguirlo? Pues pidiendo a los niños que corrijan la pronunciación de los padres, jugando a los «profes» o animarles a que enseñen a los padres las palabras que conocen o cuenten una historia.
Marina Berrio
Asesoramiento: Sophie Vignoles, experta del departamento de Didáctica de la app de aprendizaje de idiomas de Babbel
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