Los millennials son aquellas personas nacidas entre 1981 a 1996, de acuerdo con el Pew Research. Mientras que la generación – Z abarca a los nacidos entre 1996- 2015. Ese núcleo de jóvenes que oscilan entre los millennials y la Generación- Z, los nacidos entre 1997- 1995 se están incorporando poco a poco al mundo laboral. Debido a la manera en que ha sido educada esta generación pueden experimentar dificultades a la hora de empezar en un nuevo trabajo.
El mundo laboral es una etapa muy distinta a aquella que comprende el colegio o la universidad. Las empresas poseen unos códigos de conducta muy distintos a los que los estos jóvenes están acostumbrados. El inicio en el mundo laboral puede ser complicado para los millennials y para la generación- Z. Han crecido y se han desarrollado en un mundo muy diferente al que vivieron sus futuros jefes o compañeros de trabajo.
Esta nueva generación ultra tecnológica e inmediata tiene mucho que aportar a las empresas. Pero a su vez, al haberse desarrollado en un ambiente de consumismo e inmediatez, necesitarán y les serán muy útiles los recursos que les proporcionen las personas de otras generaciones. Aunque ellos se consideren auto suficientes.
Una generación diferente
El principal obstáculo al que deberán enfrentarse es ser conscientes de que no existe el trabajo ideal. A los millenials y a la generación – Z se les ha educado en una especie de «sueño americano» en cuanto al futuro. Lo que está claro es que estos jóvenes están muy preparados, tienen muchas expectativas, (también carencias) y se imaginan una especie de mundo laboral que se aleja mucho de la realidad del día a día. «9 de cada 10 millennials creen que se merecen conseguir el trabajo de sus sueños», sostiene Chip Espinoza en su libro: Los millennials ante el desafío profesional: Las 7 habilidades necesarias para alcanzar el éxito en el mundo laboral.
Existe una desconexión entre generaciones, lo que puede hacer un poco más complicado el entendimiento entre el millenial y su jefe. Tras varios años de estudio y análisis para Espinoza, «estos jóvenes están acostumbrados a recibir muchísima atención positiva, y eso les encanta. Cuando empiezan a trabajar esperan que los demás les presten la misma atención que han recibido en casa o en el colegio. Quieren que sus jefes contribuyan el desarrollo de su carrera profesional».
Esta brecha generacional podría provocar un sentimiento de frustración en el nuevo incorporado al mundo laboral. Todo millenial debe desarrollar la inteligencia emocional para tratar de comprender cómo se comportan sus jefes y entender que el trabajo no es como la universidad.
5 consejos para que los Millennials y la generación – Z afronten el mundo laboral
Chip Espinoza propone una serie de habilidades para que ese vacío generacional no suponga un obstáculo para el nuevo trabajador, sino una dosis de inteligencia emocional para saber tratar con cualquier tipo de jefe o compañero.
1. Mostrar interés por tu jefe y compañeros. A casi todo el mundo le gusta hablar de sí mismo. Pero se debe calibrar hasta qué punto una persona quiere o no abrirse contigo. No todos los jefes son iguales, unos serán más extrovertidos que otros. Por lo tanto, si tu jefe es del segundo grupo, no vale desanimarse. Al trabajo no se va a hacer amigos (aunque se podrán entablar buenas amistades allí). Lo importante es mantener unas reglas de educación e ir midiendo el límite y la barrera de confianza a la que se podrá llegar.
2. Escuchar de forma activa. A muchos millennials se les tacha de distraerse con mucha frecuencia. Han crecido viendo la televisión, mientras contestaban WhatsApps y miraban una noticia en la tablet. Escuchar de forma activa a los jefes o compañeros implica poner toda la atención en lo que te están contando. De tal manera que si algo no te queda claro, poder preguntárselo. Los que escuchan «a medias» les costará más tiempo terminar el trabajo encomendado y tendrán que preguntar muchas veces todo lo que no les quedó claro.
3. Mostrarse agradecido. Muchos jefes perciben a los millennials como egocéntricos. Deben dar las gracias cada vez que alguien les ayude, al incorporarse al mundo laboral, se debe entender que el recién llegado muchas carencias, y todo el departamento en el que colabore deberá que explicarle cómo funciona. Saludar al entrar en la oficina y al irse, y cuidar la educación es lo mínimo.
4. Evitar hacer suposiciones y decidir a quién acudir. Para tus jefes no eres el centro de su universo. Tienen muchas otras cosas de las cuales preocuparse. «No des por sentado que tu jefe está al corriente de la información que necesitas» por ello no te preocupes si necesitas pedir ayuda. Pero sé inteligente, no bombardees constantemente a la misma persona, hay cuestiones que pueden resolvértelas otros compañeros. Identifica a aquellos que son buenos en la tarea en la cual necesitas ayuda.
5. Moderar las expectativas y adaptarlas a las necesidades de la empresa. Evitar idealizar el mundo laboral es la clave. En ello se incluye el sueldo a percibir, las recompensas o logros. Todo llegará con esfuerzo, y si no llega, se deben buscar alternativas. Lo más importante es calibrar la balanza entre lo que tú quieres y lo que quiere tu jefe. Así evitarás frustraciones por tu parte y que tu este te perciba como alguien altivo. Los jefes no son monstruos, sino personas. Si hay algo importante que quieras comentarles, te escucharán y valorarán.
Si no se consigues adaptar tus necesidades a las de la empresa, deberás preguntarte si estás en el lugar adecuado y si posees la experiencia y cualidades que requiere ese trabajo. Afortunadamente en el mundo globalizo que vivimos, cambiar de trabajo es algo normal. ¡Sé inteligente emocionalmente en todos los sentidos chico millennial!
Natalia Pérez García
Asesoramiento: Los millennials ante el desafío profesional: Las 7 habilidades necesarias para alcanzar el éxito en el mundo laboral, del autor Chip Espinoza
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