Cada vez somos más las familias que vivimos en las grandes ciudades y menos el contacto de los niños con la naturaleza. ¿Qué podemos hacer para que los niños urbanitas adquieran hábitos medioambientales saludables desde su infancia?
El cambio climático necesita acciones inmediatas y encontrar soluciones para alcanzar conductas más sostenibles. Educar a los niños para cuidar el medio ambiente y contribuir al freno del cambio climático ya es un hecho y está empezanzo en las aulas.
Este el caso del proyecto NATURALIZA, presente ya en 500 colegios, que propone formar al profesorado de las aulas de Educación Primaria a través de una plataforma web para que estos impartan contenidos en sus clases transmitiendo valores ambientales y promoviendo una transformación social, individual y educativa para frenar el cambio climático.
Este proyecto busca, sobre todo, crear una experiencia real de los alumnos con el medio ambiente sacando las aulas al aire libre para reconectar con el mundo natural. Su propuesta consiste en lograr una mayor presencia del medioambiente en el sistema educativo.
NATURALIZA es un proyecto gratuito de carácter universal y accesible para cualquier tipo de centro escolar de Educación Primaria a través de una plataforma web. El proyecto piloto se ha realizado en 29 centros escolares, donde han participado 195 docentes y más de 3.000 alumnos.»No podemos proteger lo que no amamos, no podemos amar lo que no conocemos, y no podemos conocer lo que no vemos, no escuchamos o no sentimos», afirma Richard Louv, autor y periodista que pretende restablecer ese vínculo que se ha roto entre los más pequeños y la naturaleza. Por lo tanto, tenemos en nuestras manos la labor de inculcarles un amor por el medio ambiente a los más pequeños y lograr que los hábitos sostenibles formen parte de su rutina.
¿Cómo concienciar a los niños del cambio climático?
La primera medida educativa es crear hábitos medioambientales saludables en los niños que consisten en incorporar a su rutina diaria actividades como el reciclaje para que de manera natural tiren el plástico en la basura amarilla, y aprendan poco a poco a diferenciar que lo orgánico, ha de ir al contenedor de color marrón, o que el papel y el cartón, debe colocarse en el contenedor azul.
Depende de la edad que tenga tu hijo, puedes incorporarle esta rutina como un juego. Y cada vez que acierte con el cartón o el plástico decirle lo bien que lo ha hecho ya que los niños funcionan ante estímulos positivos, y eso les llevará a continuar queriendo acertar.
Si tus hijos son adolescentes, no han reciclado antes, y se muestran reticentes a ello, debes razonar con ellos, y explicarles el poco esfuerzo que supone reciclar.
Incorporar el reciclaje en casa desde que son pequeños contribuirá a crearles un hábito que de adultos harán sin ningún esfuerzo. Y si en vuestra casa todavía no se recicla, ¡nunca es tarde! Recuerda que el vidrio va a la basura verde, lo no reciclable va a la naranja, los pañales o colillas a la negra, la ropa a la rosa y lo electrónico a la roja.
Consejos para padres de niños urbanitas
Inmersos en las grandes ciudades, debemos dar a conocer a los niños el medio ambiente a través de experiencias físicas. Estas son muy enriquecedoras a nivel físico y psicológico. Proponemos cuatro experiencias que deberían experimentar los niños.
1. Planea escapadas. El contacto de los más pequeños con la naturaleza y con los animales tiene muchos beneficios. Planear escapadas al campo puede ser muy beneficioso, tanto para vosotros como para ellos. Los niños también necesitan desconectar, del colegio, de las tecnologías, y de sus propias preocupaciones.
2. Mejora su salud. La Asociación AUCA: Projectes Educatius sostiene que estudios recientes han llegado a la conclusión que el aumento de patologías en los niños como el estrés o la ansiedad se debe a la sustitución de las experiencias vitales por las nuevas tecnologías. Por lo que estar en contacto con la naturaleza desde que uno es pequeño generará un desarrollo físico y emocional saludable.
3. Experiencias naturales. Las excursiones que proponen los diferentes colegios de España y Sudamérica a la granja escuela tienen una gran cantidad de beneficios. De una manera lúdica, los niños están en contacto con la naturaleza y los animales de una manera positiva, aprendiendo las diferencias entre ellos, a alimentarles, aparte de realizar actividades manuales y ejercicio físico.
4. Vistas al zoo y a los jardines botánicos. Pasar una tarde con vuestros hijos en el zoo o en el jardín botánico será una experiencia que recordarán toda la vida, además de ser una buena actividad para divertirse en familia. Así crearás en tu hijo la curiosidad y el valor de querer y cuidar a los animales. A parte verán en persona todos los animales que han ido conociendo en sus libros desde pequeños, lo que les ayudará a desarrollar su capacidad asociativa.
Natalia Pérez
Asesoramiento: Asociación AUCA: Projectes Educatius y Proyecto NATURALIZA
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