Categorías:

Nochevieja: cuidado con atragantarse con las uvas

Tabla de contenidos

Llega la Nochevieja y con la llegada de la media noche, las doce campanadas, la ingesta de las tradicionales doce uvas de la suerte. Una tradición que en ocasiones resulta peligrosa para los más pequeños por el riesgo de obstrucción de la vía aérea.

Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), la muerte por asfixia es una de las principales causas de mortalidad durante la niñez, especialmente en niños de entre uno y cinco años.

Pero además, esta Sociedad afirma que comer uvas enteras es el tercer alimento que más asfixias causa, tras los dulces y los perritos calientes, por lo que deben evitar comerlas los niños menores de cinco años y los mayores de 65.

Las 12 uvas, ¿una costumbre peligrosa?

La costumbre española de dar la bienvenida al Año Nuevo con las uvas de Nochevieja al son de las campanadas puede ser bastante peligrosa. «Las uvas, por su tamaño y su piel resbaladiza, pueden propiciar que se traguen sin masticar y generen un taponamiento de las vías aéreas, impidiendo al niño respirar», recuerda la SEORL-CCC.

También deben tener cuidado con las 12 uvas del día de Nochevieja los mayores de 65 años y quienes sufren disfagia, un trastorno de la deglución que consiste en la dificultad para masticar o tragar y que afecta a más de dos millones de españoles. La incidencia de asfixia en personas mayores de 65 años es siete veces mayor que en niños de 1 a 4 años, según una revisión publicada en la revista Geriatrics.

Otros alimentos típicos de la Navidad como los frutos secos o los polvorones también son causa habitual de atragantamientos. Desde la SEORL-CCC se recomienda no dar frutos secos a los menores de cinco años ya que los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias.

Tal como explica el doctor Fernando Baixauli, pediatra de Vithas Castellón y hospitales Vithas Valencia Consuelo y 9 de Octubre, «la uva por su forma y textura puede deslizarse en la boca del niño de forma involuntaria, sin ser masticada y provocar una obstrucción en las vías respiratorias incluso causar la muerte por asfixia si no se actúa de forma rápida» y añade «lo que viene agravado porque los niños pequeños no tienen todos los dientes para masticar adecuadamente, el reflejo de deglución debe aún desarrollarse más, y no son conscientes a esas edades del peligro que ello conlleva».

Por esta razón, el doctor Baixauli recomienda «no darles a los niños, sobre todo a los menores de cinco años, las tradicionales doce uvas para dar la bienvenida al nuevo año y si los padres quieren lo ideal es cortarlas en varios trozos, quitarles la piel y las pepitas para evitar un episodio de aspiración y por supuesto la supervisión total de los padres cuando sus hijos comen uvas».

Por otra parte, el especialista quiere subrayar que «además, se debe tener cuidado por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia con los frutos secos y palomitas y sobre todo en esta época de regalos con las piezas pequeñas de juguetes o los globos».

¿Cómo actuar ante un atragantamiento?

Según el doctor Baixauli, «la mejor medida es la prevención y dejar fuera del alcance del niño todos aquellos juguetes o alimentos que si se llevan a la boca, pueden provocar un atragantamiento. La responsabilidad de las familias a la hora de comprar juguetes es clave, hay que adquirirlos en lugares que tengan todos los permisos de calidad e inspecciones en regla y sobre todo hay que tener en cuenta las indicaciones y advertencias, es decir, si es o no apto para el niño según su edad y acorde a sus necesidades y cuando son pequeños intentar evitar las piezas pequeñas incluso las pilas».

Si ocurre un atragantamiento, normalmente gracias a la tos originada por la aspiración, el niño consigue expulsar lo que la provoca la obstrucción, pero no siempre es así «y en algunas ocasiones, -comenta el profesional-, puede desencadenar en neumonía, enfisema pulmonar, algunas infecciones o, incluso, la muerte. Por ello es fundamental que los progenitores sepan de primeros auxilios y sepan realizar la maniobra de Heimlich. En el caso de que el niño hable y respire con normalidad, antes de aplicar este procedimiento hay que dar unos golpes en la espalda. Si el objeto no sale o el niño no es capaz siquiera de hablar, es el momento de aplicar la maniobra de Heimlich para niños».

Marina Berrio
Asesoramiento: doctor Fernando Baixauli, pediatra de Vithas Castellón y hospitales Vithas Valencia Consuelo y 9 de Octubre

Te puede interesar:

Nochevieja con niños: planes originales para el Año Nuevo

Su primera fiesta de Nochevieja en Navidad

5 claves para pasar una Navidad saludable

Las doce uvas, una tradición saludable para el corazón

Otros artículos interesantes