La Navidad es una época mágica, una fecha en la que antes de cerrarse el año cabe poner solución a muchos fallos. Entre estos errores, queda el distanciamiento entre la familia. No solo entre los miembros más cercanos, sino entre parientes como tíos o abuelos. Bien porque las barreras geográficas provocan esta situación, o porque las responsabilidades impiden este encuentro.
Las vacaciones que trae la Navidad, en especial en los más pequeños, deben propiciar los reencuentros familiares. Bien en la casa de los abuelos como punto de reunión o en algún lugar común al que puedan acudir todos. Una gran idea, en especial si tenemos en cuenta todos los beneficios que tiene pasar estas fechas de manera conjunta.
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Beneficios del reencuentro familiar
Pasar una Navidad en familia tiene grandes beneficios, estos son algunos de ellos:
– Los más pequeños comprenderán el significado de la familia. La palabra «familia» es más amplio de lo que a priori puede parecer. Primos, tíos, abuelos… todos son parte de este concepto. La reunión en Navidad es una buena fórmula para que los más pequeños aprendan este significado.
– Aprendizaje conjunto. Durante las cenas de Navidad los más pequeños conocerán, como ya hemos dicho, a otros parientes. Miembros de su familia que tienen seguro algo que enseñarlos. Interactuar con otras personas siempre tiene beneficios: historias divertidas, valores nuevos y muchas risas.
– Se ponen las bases para futuras reuniones familiares. Este encuentro navideño debe ser el primero de mucho. Al finalizar diciembre, debe empezar a trabajar en nuevas fechas para otros reencuentros. Siempre con el buen sabor de boca que dejó la última reunión.
– Los hijos verán cómo sus padres se comportan en familia. Los tíos de los niños, no dejan de ser los hermanos de sus padres (o cuñados), este tipo de interacciones deben servir como lecciones para los hijos. Claves sobre cómo comportarse con las personas a las que se quiere.
¿Qué se puede hacer en estas cenas?
Una vez se haya producido el reencuentro deben ponerse en marcha actividades que consigan alcanzar todos los beneficios antes mencionados:
– Juegos entre todos. Ya sea entre primos de la misma edad, o entre mayores y pequeños. Pero el juego es divertido y es una excelente idea para trabajar en el vínculo entre los distintos parientes. Una gran idea para perder la vergüenza en el caso de que lleven tiempo sin verse.
– Preparar todo en familia. Desde decorar la mesa hasta realizar la cena, son muchas las actividades que pueden realizarse de manera conjunta. Al igual que el juego, el hecho de hacerlo juntos contribuye a estrechar el lazo y conocer a esos parientes a quienes hacía tiempo que no se veían.
– Hablar. Ya lo dice el viejo dicho, hablando se entiende la gente. Ya sea realizando a otras actividades o tras la comida. La conversación debe estar presente en cada momento.
Damián Montero
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