Categorías:

Los deberes: el trabajo del colegio después de la merienda

Tabla de contenidos

Historia, lengua, matemáticas… el trabajo del colegio después de la merienda se acumula en las mesas de estudio de los niños. Es entonces cuando nos planteamos cuál debe ser nuestra labor como padres con los deberes. Definitivamente ha llegado el momento de enseñarles a aprovechar al máximo las horas de estudio cuando hay deberes.

La preparación para un estudio eficaz hay que realizarla antes de los 11 ó 12 años. Ahora es cuando nuestros hijos se encuentran en el momento adecuado para adquirir buenos hábitos de estudio gracias a nuestra ayuda y motivación.

Y es que, estudiar mal desmotiva, hace que parezca un esfuerzo inútil.

En cambio, estudiar bien da sentido al trabajo de estudiar. Precisamente por ello, antes de que los niños se ponga manos a la obra conviene que le acostumbremos a planificar su trabajo, por materias y con tiempos programados. Debe estar motivado para empezar, continuar y acabar bien su trabajo. Necesita estar concentrado.

Para conseguir una concentración adecuada suele ser interesante que lea aproximadamente 10 minutos. La lectura es un buen calentamiento para la concentración que requiere el estudio.

Capacidad de atención para hacer los deberes

Como la capacidad de atención es limitada (unos 30 minutos en esta edad), debemos enseñar a nuestro hijo a estudiar primero (de 15 a 30 minutos) y hacer las tareas después.

Durante el estudio, además, los niños tendrán que acostumbrarse a realizar una primera lectura comprensiva y a buscar en el diccionario las palabras que no entienda.

Después, conviene que le ayudemos a identificar las ideas fundamentales (subrayado). Por último, sólo le quedará memorizar.

Después del estudio, nuestros hijos tendrán que comenzar a autoevaluarse. Es importante que los chicos sean capaces de saber si han aprendido o no. Sobre todo al principio, será bueno que nos ofrezcamos a tomarles la lección, pero con el tiempo deberán hacerlo por su cuenta.

Un buen ambiente en su habitación para concentrarse

Nuestro hijo tendrá que disponer de una habitación para concentrarse convenientemente. Su propio dormitorio servirá siempre que ningún hermano esté jugando a su lado. No debe haber ruidos (el ambiente es fundamental). Sería realmente cruel obligar a un niño a estudiar mientras escucha música de fondo, el programa de televisión que estamos viendo en el salón o una fiesta.

Ofrecerle la merienda antes de que se siente a hacer los deberes es importante, sobre todo porque los estómagos vacíos no son buenos amigos de los esquemas, los libros o de los cuadernos.

Cuando existen problemas

Tan malo suele ser desentenderse de los deberes de nuestros hijos como agobiarles con constantes preguntas y castigos. Si nuestro hijo no rinde y las horas pasan sin que avance lo más mínimo, lo más probable es que exista algún fallo que tendremos que analizar: no está motivado, se encuentra desorientado, no entiende lo que tiene que hacer…

Evita achacar su «lentitud» o pobres resultados, a un coeficiente de inteligencia inferior o una vaguería que probablemente no es del todo real. Algunos padres se desesperan ante estas situaciones, pero no hay que dejarse llevar por los nervios. Para empezar, si durante un cierto tiempo hemos comprobado que nuestro hijo no rinde lo suficiente en sus horas de estudio, ¿no será porque no lee bien?, ¿porque no entiende? o, ¿tiene realmente claro qué es lo que le han pedido en el colegio que haga?…

Para coger el «toro por los cuernos», nada más rápido y eficaz que sentarnos diez minutos con el niño/a antes de que se enfrente a sus tareas para sondearle sobre algunos aspectos: ¿qué le han puesto hoy como tarea?, ¿sabe cómo hacerla?. Una vez que le hayamos despejado todas sus posibles dudas tendremos que dejarle sólo en intentar acudir exclusivamente cuando nos pida ayuda.

Pequeños trucos para una tarde de deberes efectiva

Para que el niño no pierda el tiempo pensando en las musarañas, es necesario forzar un poco su actividad, de modo que alcance un ritmo aceptable de trabajo. Una buena fórmula para lograrlo son los topes, poner pequeñas metas dentro de los deberes de cada día, ya sea en una materia concreta o en alguna lección algo más complicada. Una vez que nuestro hijo tenga bien claro lo que debe hacer y cómo, se sentirá capaz de aceptar estos retos y disfrutará superándolos día a día.

También es importante que tenga un horario fijo: merienda, un poco de charla, estudio y cena, que no le permita remolonear y dejar las cosa «para un poco más tarde». El «más tarde, mamá», cuando hay deberes por hacer, no existe.Por otro lado, su horario deberá estar integrado en el de la familia: mientras él trabaja en su cuarto tranquilamente, sus hermanos tendrán también que estudiar o jugar y nosotros realizar las tareas que nos correspondan.

Trucos para rendir a tope después de la merienda

1. Ayuda a crear un buen ambiente de estudio en casa. El silencio, un horario fijo… le permitirán enfrentarse a sus tareas de una forma mucho más positiva.

2. Enséñale a organizarse las tareas para que le resulten mucho más llevaderas. Primero el estudio y luego los ejercicios prácticos para los que es necesario un menor esfuerzo y concentración.

3. Cuidado con la televisión. Desde el primer día debemos dejar claro que lo primero son los estudios y después el ocio. Si permitimos que nuestro hijo se enganche a la tele o que sus descansos sirvan para entretenerse con ella no estaremos creando un buen ambiente de estudio.

4. Silencio en casa. Los hermanos pequeños tendrán que esforzarse en no armar jaleo mientras el escolar hace sus deberes. Así, éste se sentirá apoyado, mientras que los demás aprenden el hábito de respetar el trabajo de todos.

5. Buscar las ideas principales. Es fundamental que enseñemos a nuestros hijos a encontrar las ideas principales de cada párrafo o texto, desde el primer día. Sólo mediante la lectura comprensiva es posible realizar un estudio coherente.

6. Las comparaciones siempre son odiosas. Habrá que evitarlas especialmente entre nuestros hijos, sus primos o vecinos.

7. No dudes en pedir una entrevista al tutor cuanto antes. Así podremos conocer de primera mano los objetivos del curso y la actitud inicial de nuestro hijo ante sus clases.

Estar con nuestros hijos mientras que trabajan no es conveniente. Lo que haremos será repasar con ellos los deberes. Después, les dejaremos solos para que trabajen tranquilamente. Al final, nos sentaremos juntos a corregirlos. Esta actividad tendrá que ser gradual hasta el día en que nuestro hijo no necesite nuestra supervisión pues sea lo suficientemente responsable para corregirse y hacer los deberes él solo.

Horas de estudio

Educación Primaria

1º de primaria    15 minutos
2º de primaria    30 minutos
3º de primaria    40 minutos
4º de primaria    50 minutos
5º de primaria    60 minutos
6º de primaria    80 minutos

Educación Secundaria Obligatoria
1º y 2º de ESO    90 minutos

* Estos valores son aproximados sobre todo porque ni todos los colegios mandan igual cantidad de deberes ni tampoco todos los niños son igual de rápidos a la hora de realizar sus tareas.

Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Luis Manuel Martínez. Profesor y autor del libro Y ahora… ¿los deberes?

Te puede interesar:

– España, quinto país que pone más deberes

– 10 claves de la educación en Finlandia

Iniciativa por la racionalización de los deberes

Una hora de deberes al día es suficiente

Otros artículos interesantes