Las familias no deben olvidar que su presencia en la escuela es importante para que el niño/a sienta la misma seguridad en el cole que en casa. Si la familia se considera la institución primordial en cuanto a los procesos de sociabilización que permitan vincularse con la vida humana en sociedad, la escuela no es menos.
El colegio no es solo un centro educativo donde cursar diferentes asignaturas, es sin duda, otro de los principales agentes de sociabilización junto con la familia. Familia y escuela deben ser un terreno compacto y unificado. Por ello hay que hablar del vínculo que existe entre ellas y debe estar lleno de comunicación.
En muchas ocasiones, en situaciones difíciles los miembros de la familia se culpan a otros. Si tanto uno como otro no dialogan, el alumno/a e hijo/a en crecimiento no sentirá su terreno seguro y estable para lanzarse a explorar mundo y tener ganas de aprender. Deben implicarse en el mismo objetivo, ayudar a ese niño/a su desarrollo para convertirse en una persona autónoma, con una adecuada actitud de autocuidado y una interacción adecuada con su entorno social.
El camino de su desarrollo irá del espacio privado que supone la familia, al espacio publico que supone la escuela.
Ese espacio privado es la principal zona de seguridad para él/ella, por ello las familias no deben olvidar que su presencia en la escuela es importante para que el niño/a sienta la misma seguridad dentro del colegio. Debe sentir cierta integración entre lo que vive en un mundo y otro.
Ideas para ganar en seguridad en el colegio
Puede ser útil tener en cuenta las siguientes ideas para acercarnos a esa integración:
– Valores. Al llevar a nuestros hijos/as a un colegio, debemos conocer los valores que dicho colegio mantiene a lo largo de su historia. De ello surgirán las maneras de actuar ante determinadas situaciones.
– Rumbo común. Esas familias que arrastran una problemática, que más allá de que sea causada en el entorno familiar o en el entorno escolar, deberá ser sostenida tanto por uno como por otro, para lo que deberán ir en el mismo barco en busca de la solución.
– Atención a lo que pasa. La familia deberá conocer que ocurre en la escuela, entender cómo es su hijo/a entre sus compañeros/as y cómo se encuentra tanto en el aula como en los descansos. No como labor de espionaje, sino como atención y cuidado de lo que puede estar experimentando, sin dejar de confiar en su capacidad de adaptación.
– Comunicación. Los padres o tutores deben entender cómo es el organigrama del colegio, quién cumple qué funciones, cómo interactúan entre sí todas esas funciones y el nivel de coordinación entre ellos. A veces, los colegios no pueden encargarse de tanto, dado que no tiene los recursos necesarios. Por lo que se deberá hacer los necesario para ayudar a que la comunicación entre el equipo docente se dé. Como ejemplo, puede ser necesario que el equipo de orientación lleve a cabo alguna intervención, y el profesor no puede hacer llegar esa necesidad al equipo de orientación. Será necesario que los padres o tutores del menor empujen esa iniciativa desde una actitud de colaboración.
– Redes sociales. El colegio como agente de sociabilización generará redes sociales, por lo que nos encontraremos a otros padres y madres de los compañeros con los que nuestros hijos/as se relacionan y sienten mayor afinidad. Que esa amistad sea fructífera, no dependerá solo de los propios niños. Los adultos tendrán que sostener esa red social interactuando con esos padres y madres y fomentar que mantengan encuentros con sus iguales más allá de los muros del colegio.
– Acompañamiento. Poder acompañar a nuestros hijos/as en la adquisición de conocimientos requerirá sensibilizarnos con sus capacidades y con las exigencias del ritmo de la clase. Debemos sostener ese esfuerzo que puede suponer para ellos, acompañarlos en el adquirir las capacidades necesarias para ello: concentración, capacidad de organización, método de estudio, creatividad, etc. En definitiva, ayudarles a aprender lo realmente importante, las ganas de crecer.
En conclusión, el sistema educativo abarca tanto al colegio y su equipo docente y directivo, como los iguales y todas las relaciones de pertenencia que surgen entre ellos, y por último a las familias de todos esos niños.
Jaime Picatoste Legazpi. Psicoterapeuta Infantojuvenil y de Familia de Psicólogos Pozuelo
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