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Inteligencia emocional: ideas para desarrollarla con los niños

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Igual que nos pasa a nosotros, a nuestro hijo le costará, por ejemplo, dominar ese mal genio que tiene a la hora de tratar con sus amigos. Pero no por ello debemos dejar de ayudarle a controlar su carácter. La inteligencia emocional se parece a una semilla de bambú, tarda en salir, 7 años, pero luego en 7 días crece 25 metros.

Es necesario dejar claro a nuestro hijo que desarrolla más su inteligencia en la medida en que utiliza todas sus capacidades como ser humano: cabeza, voluntad, corazón y habilidades personales y, al mismo tiempo, es preciso potenciar fundamentalmente la inteligencia interpersonal, ya que tu hijo vivirá siempre en sociedad. Para formar esos rasgos del carácter que le ayuda a comprender los sentimientos de los demás, a motivarles, hay que ponerles en situaciones oportunas: que participe en juegos de equipo, darles más responsabilidades sobre hermanos, primos, amigos etc…

Por otro lado, también es prioritario que tengas la valentía de ver o aceptar aquellos rasgos de personalidad o de carácter en los que tu hijo debe cambiar. Al igual que ocurre con la lectura, las matemáticas, la vida emocional se aprende dentro de un ámbito, y éste principalmente es la familia. Si encauzamos nuestra vida emocional, estaremos enseñando a ser felices a nuestros hijos. Porque a ser feliz, también se aprende.

Una historia para contar

El psicólogo Daniel Goleman relata, que «en una bochornosa tarde de agosto, conoció a un conductor de autobús al que no olvidaría el resto de su vida. Un hombre que saludaba a todos los que subían en su autobús de forma amistosa y con una sonrisa, aunque muy pocos se lo devolvían, debido al sofocante calor. No obstante, a medida que el autobús avanzaba por el casco urbano, iba teniendo lugar una lenta y mágica transformación. Abrió un monólogo comentando las múltiples alternativas de la ciudad con un talante tan optimista que fue observando como, todos se despedían de él con una sonrisa. Acababa de doctorarse en psicología pero nadie le había hablado del tipo de habilidad que tenía este hombre. Una gran inteligencia emocional. Además se le veía feliz».

A mejor humor, mejor salud

Hace pocos años, la Clínica estadounidense Mayo demostró científicamente que a mejor humor, mejor salud y que la buena salud mental, promueve y sostiene la salud física. En dicha clínica, se hizo el siguiente experimento: se extrajeron muestras de sangre a un grupo de personas antes y después de visualizar una sesión de risa y los resultado fueron los siguientes: los linfocitos tipo T, que circulan por la sangre para combatir infecciones, aumentan; La células NK («Natural Killer») que destruyen sustancias ajenas al organismos, aumentan; La inmogublina, sustancia de defensa contra las infecciones en general, aumenta; Las endorfinas, sustancias que elevan el umbral del dolor y ayudan a encontrarse mejor, aumenta; Disminuye la adrenalina.

Esto es lo que demuestra la ciencia, pero todos hemos comprobado que cuando hemos estado contentos, cuando se ha pasado bien, nos encontramos mejor. Y tendemos a repetir las circunstancias o volver con aquellas personas. Resulta que no es sólo un efecto psicológico es también químico y verificable.

Cómo trabajar con nuestros hijos la inteligencia emocional

1. PERSONALIDAD SANA: Lo que ocurre por dentro se ve por fuera.

– Enseña a tu hijo o alumno a conocerse con realismo y exigencia. Uno es como es, pero siempre tendrá la capacidad de educarse, controlarse y esforzarse. Esta es la voluntad.

– Hay que vivir con naturalidad, sin mostrar falsas apariencias.

– La vida hay que tomársela con sentido del humor. «A mejor humor, mejor salud». Una media de diez años de vida es lo que separa a optimistas de pesimistas.

– No desanimarse ante los fracasos. Como dijo el escritor Dickens «cada fracaso te enseña algo que necesitabas aprender».

– El factor suerte es muy relativo. El pensador Gregorio Marañón dice: «La suerte no existe, es la forma que la vida tiene de responder al esfuerzo y al sacrificio».

2. ALGO EN LO QUE SOMOS CINCO ESTRELLAS

– Nuestro hijo tiene alguna característica singular, algo que le hace propio y único, algo en lo que destaca. ¿Lo has descubierto ya?

3. ENSEÑA A TUS HIJOS A DAR MAS QUE RECIBIR

– Es importante que descubran lo bien que se sienten cuando han escuchado a un compañero, le han ayudado, ha cedido en algo con su hermano etc.. .Solo tendremos la felicidad que hemos dado.

4. SENTIDO DE LA TRASCENDENCIA

Esta comprobado que se es más feliz, cuando se piensa que tu vida está al servicio de algo más elevado que nosotros mismos: Dios; los demás; el conocimiento.

Y si quieres algo más práctico, al lado de las notas de tu hijo, haz una columna con otros conceptos como: sabe hacer y mantener amigos, es deportista, es autónomo, sabe superar los problemas por sí mismo, sabe ponerse a estudiar a tiempo, a controlado su mal genio, se ha reído en lugar de llorar etc… Mira cuantos sobresalientes saca en esta columna y date cuenta de que, al final, esto será lo que probablemente determine su felicidad en la vida.

Maite Mijancos. Licenciada en Farmacia. Directora del IEEE.

Más información de la inteligencia emocional: Libro: ¿Emocionalmente Inteligentes? de Amparo Catret. Ediciones Palabra.

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