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Cómo usar las pantallas con fines educativos

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Las pantallas pueden ser unas grandes aliadas en la educación.
Las pantallas pueden ser unas grandes aliadas en la educación. – ISTOCK

Las nuevas tecnologías han llegado a nuestras vidas para instalarse en ellas de diversos modos. Desde la domótica que algunos hogares ya incorporan hasta las distintas pantallas que utilizan mayores y, en especial, los más pequeños. Mucho se ha hablado sobre los peligros que traen estos dispositivos a los nativos digitales, todos ellos derivados de un mal uso de los mismos.

Pero, si se saben usar bien, las pantallas pueden abrir a los niños una buena enseñanza. Y es que internet facilita mucho la labor educativa de estudiantes y alumnos. Y así lo indican desde Qustodio, aplicación de control parental, que marca una serie de pautas para que padres e hijos puedan sacar el máximo provecho de los dispositivos con conexión a internet.

Ventajas e inconvenientes de las pantallas en la educación

Sin duda las pantallas se postulan como una gran herramienta en la educación. A través de estos dispositivos los estudiantes pueden acceder a una gran cantidad de información a través de internet. Además, estos dispositivos cuentan con una larga lista de aplicaciones que permiten desarrollar distintas habilidades académicas como la comprensión lectora, la memoria o las Matemáticas.

Aunque claro, también existen algunas desventajas y peligros. Por ejemplo, una de las principales preocupaciones es el tiempo que los estudiantes dedican a sus dispositivos. El abuso, incluso de herramientas educativas, puede causar trastornos en la visión tras tanto tiempo manteniendo la vista en una pantalla. A la larga, también puede derivar en una dependencia de estas tecnologías, afectando al estado de ánimo y a la conducta de los más pequeños.

Por este motivo, los padres deben ser conscientes de que disponen de una herramienta con grandes contenidos y aplicaciones que pueden ayudar a mejorar las habilidades educativas de los alumnos. También hay que recordar que este tipo de instrumentos no pueden reemplazar a un profesor o a un padre que resuelva dudas o ayude a mejorar su nivel en distintas áreas a través de atención personalizada.

Cómo usar las pantallas con fines educativos

Tras los motivos antes expuestos, es evidente que hay que aprender a combinar ambas herramientas, nuevas tecnologías y la rama humana para sacar el máximo de los resultados:

Asegurar los descansos regulares. Tras un tiempo usando las pantallas se recomienda un descanso de la vista y el resto de sentidos. Pasar demasiado tiempo usando estos dispositivos puede causar fatiga ocultar y reducir la actividad física necesaria para un correcto desarrollo.

Elegir juegos y actividades educativas adecuadas a su edad. Hay que tener en cuenta el nivel de los más pequeños antes de enfrentarlos a distintos retos que ofrecen estas herramientas.

Reservar tiempo para otras actividades no tecnológicas. Los niños de todas las edades precisan de otras actividades para viajar, socializar e incluso, en ocasiones, aburrirse. La constante estimulación de pantallas puede afectar de manera negativa al desarrollo de otras habilidades como la empatía o la imaginación.

Animarlos a practicar la escritura a mano. El uso del teclado sustituye, en muchas ocasiones, a la escritura manual. Hay que animarlos a saber los beneficios de una buena caligrafía.

Evitar las sobreestimulaciomes. Las aplicaciones deben educar y enseñar, no usarse para distraerlos y mantener fija su atención.

No convertir la tecnología en una herramienta que genere dependencia. Hay que apostar por otras actividades y no centrar toda la jornada en torno a las pantallas, de manera que los niños tengan un gran abanico donde elegir.

Damián Montero

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