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Cómo enseñar mindfulness a los niños

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Sabemos que los hábitos que adquirimos temprano en nuestras vidas difícilmente nos abandonan en la edad adulta, así que… ¿por qué no dar a nuestros hijos el regalo de cultivar la paciencia, la amabilidad y la aceptación, cualidades presentes en la práctica del mindfulness?

El mindfulness, conocido en nuestro país como atención o conciencia plena, significa simplemente eso: dirigir y sostener toda nuestra atención al momento presente, sin juicios. Es justo lo contrario de estresarse haciendo varias cosas a la vez. Cuando estás mindful, te tomas tu tiempo, estás concentrado y relajado.

Es posible ayudar a nuestros hijos a desarrollar mayor concentración y a descubrir la quietud, la calma, la confianza y la resiliencia mediante la práctica del mindfulness.

Hay muchos estudios que avalan que la práctica del mindfulness puede ser una herramienta útil para disminuir la ansiedad y fomentar el bienestar tanto de los niños como de toda la familia.

Utilizar esta herramienta de calma y aceptación, y compartirla con nuestros hijos, es un beneficio para toda la familia ya que el mindfulness es beneficioso para adultos y niños de todas las edades.

¿Cómo enseñar mindfulness a los niños?

Hay muchos libros en el mercado que nos ofrecen instrucciones para enseñar a nuestros hijos a meditar, pero hay uno que me gusta en particular: Torito malhumorado medita, escrito e ilustrado por Kerry Lee MacLean y publicado en español por Editorial Eleftheria.

Torito Mahumorado medita

Torito malhumorado medita cuenta la historia de Conrado, un torito que cuando se enfada se deja llevar por su ira con todo lo que eso conlleva: Conrado está teniendo un mal día. Después de perder el autobús y caerse de la bicicleta, pierde los estribos y se mete en problemas. Para empeorar las cosas, otros niños lo están molestando, llamándolo Torito malhumorado. El día de Torito va de mal en peor hasta que su abuelo se acerca y le enseña cómo calmar su mente y dejar de lado su frustración a través de un ejercicio simple y divertido: el tarro de meditación.

Lo que me gusta y destaco de Torito malhumorado medita, además de las divertidas imágenes o el detallado «paso por paso» de la técnica del tarro de la calma, sino que también enseña a los niños a manejar sus emociones negativas con la práctica de la atención plena y la meditación e incluye instrucciones para hacer tu propio tarro de meditación en casa con lo que los más pequeños enseguida piden hacer el suyo propio.

Torito Mahumorado

También enseña a los padres y madres mediante el personaje del abuelo. La mejor manera de enseñar a un niño la aceptación, la calma y la atención plena es encarnándolas uno mismo: paciencia, autorregulación, calma y amabilidad son cualidades que debemos cultivar en nosotros para poder enseñárselas a nuestros hijos.

La autora de Torito malhumorado medita y de Torito malhumorado descubre la compasión, Kerry Lee MacLean, es profesora de meditación infantil desde 1998 en el Shambhala Mountain Center de EE.UU y ha dirigido talleres de meditación familiar también en Australia y Europa. Es madre de cinco adultos jóvenes que siguen utilizando la meditación como una herramienta importante en sus vidas.

Torito Mahumorado descubre la compasión

EL FRASCO DE LA CALMA TORITO MALHUMORADO
(Extraído del libro Torito malhumorado medita de Kerry Lee MacLean)

Si quieres fabricarte tu propio frasco de la calma, aquí tienes cómo hacerlo (necesitarás la supervisión de un adulto). Empieza por asegurarte de que tienes lo siguiente:

– Un tarro de cristal vacío y limpio que no sea demasiado grande, del tamaño de un potito de bebé o frasco de especias.
– Purpurina de, al menos, un color. Puedes encontrarla en papelerías o tiendas de manualidades. (Si puedes elegir, las partículas de purpurina más pequeñas dan mejores resultados).
– Un bote de glicerina. Puedes encontrarlos por poco dinero en tiendas de manualidades o de productos naturistas. También los venden en algunas droguerías y farmacias. (La glicerina espesa el agua y hace que las partículas de purpurina caigan más despacio).
– Un poco de lavavajillas líquido o jabón de manos líquido incoloro. (El jabón reduce la tensión de la superficie del agua, evitando así que las partículas de purpurina queden en la parte de arriba).

Frasco de la calma de Torito Malhumorado

Instrucciones:
Llena tres cuartas partes del frasco con agua de grifo tibia. Añade glicerina de forma que la mezcla llegue casi hasta arriba, pero no del todo. Añade unas cuatro gotas de jabón líquido. Pon la tapa al frasco, ciérralo bien y agítalo para que la glicerina y el jabón se disuelvan en el agua tibia. Ahora, quita la tapa al frasco y ya estarás preparado para comenzar la meditación.

El líquido del frasco es tu mente en estado natural. Añade una pizca de purpurina por cada pensamiento que percibas. Si tienes purpurina de varios colores, puedes usar diferentes colores para los diferentes tipos de pensamientos. Por ejemplo, puedes utilizar un color para los pensamientos de rabia, otro color para los de miedo y otro para otro tipo de pensamientos.

Cuando hayas terminado, cierra el frasco con la tapa y mezcla todo bien poniéndolo boca abajo y boca arriba cinco o seis veces. Ahora puedes ver todas las partículas de purpurina dando vueltas y girando de un lado a otro. Ésa es tu mente enfadada y preocupada.

Deja el frasco sobre una superficie plana e inspira y espira despacio. Si tienes un gong o una campana, puedes hacerlos sonar suavemente. Mientras observas cómo las partículas de purpurina se van asentando lentamente en el fondo, deja que tus pensamientos también se vayan asentando. Cuando estés preparado, toca la campana de nuevo y asegúrate de notar cómo el sonido se hace cada vez más débil hasta que desaparece. Guarda el frasco de la calma para poder usarlo en otra ocasión.

Marta Sofía. Editorial Eleftheria

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