Se acaban las vacaciones y es el momento de retomar las rutinas escolares. Un nuevo curso que para cada alumno tendrá distintas metas. Para aquellos que conquistaron sus objetivos de forma clara, tendrán que mantener el nivel para seguir por esta hoja de ruta. En el caso de aquellos que conquistaron sus logros con dificultad, tendrán que intentar mejorar sus resultados.
Una nueva metodología de estudio, actividades de preparación para los exámenes distintas y, por parte de los padres, estimular el aprendizaje de sus hijos. Para ayudar a que los estudiantes puedan conquistar sus metas académicas en este nuevo curso, desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, se brindan los siguientes consejos para este fin.
Factores que entran en juego
Son numerosos los factores que influyen en la estimulación del aprendizaje de los alumnos y por supuesto no todos los hacen con la misma fuerza. Desde AEPap destacan los siguientes elementos:
– Desarrollo del lenguaje. Por un lado, este factor supone la forma de transmitir conocimientos en la escuela es a través del lenguaje. Además hay que tener en cuenta que el lenguaje es también la herramienta básica para la socialización. Problemas de articulación, de riqueza de vocabulario o de comprensión y expresión van a dificultar la adaptación en la escuela.
– El desarrollo cognitivo. Las habilidades cognitivas implican iniciativa, motivación, formulación de nuevas metas, planes de acción y autocontrol de la conducta. A medida que el niño o niña crece, el cerebro va madurando y permite adquirir poco a poco estas habilidades. En esta maduración intervienen factores genéticos pero también factores sociales y culturales.
– La motivación. Supone un factor en donde influyen otras variables del entorno y personales. Una buena autoestima y la capacidad de reconocer y regular las emociones (inteligencia emocional) son necesarias para tener motivación por aprender.
Cómo estimular el aprendizaje
Desde AEPap recomiendan las siguientes pautas para estimular el aprendizaje de los estudiantes.
– Hablar con los hijos. Gracias a la interacción adulto-niño el niño adquiere el lenguaje y demás habilidades sociales.
– Leer juntos. A medida que crecen se pierde el hábito de leer al niño un cuento antes de ir a dormir. Este buen hábito se puede sustituir por el de leer juntos a la hora de ir a dormir o bien en otro momento del día. Es muy importante el ejemplo. Leer enriquece el vocabulario.
– Ayudar a que conozcan el mundo que los rodea. Excursiones a la montaña, paseos por la ciudad, visitas a museos.
– Entrenar su atención y concentración.
– Entrenar la inteligencia emocional. Aprender a reconocer sus emociones y a hacer un control consciente de ellas es muy importante a la hora de aprender en la escuela.
– Practicar deporte. En la edad escolar tiene mucha importancia. Tiene beneficios físicos sobre el metabolismo, el bienestar, la autoestima. Pero también se entrenan funciones ejecutivas como el comportamiento estratégico y dirigido a un objetivo. Una vez más el ejemplo que se da en la familia es esencial.
– Crear un buen ambiente familiar. Un niño feliz tendrá un mejor rendimiento escolar.
Damián Montero
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