El empoderamiento de la madre y recibir el apoyo de su entorno más cercano contribuye a aumentar las tasas de lactancia materna, mejorando el estado de salud del bebé. Cuando la madre se siente segura y cuenta con los medios adecuados, es más probable que continúe con la lactancia más allá de los primeros meses.
En España, según datos de la Encuesta Nacional de Salud, tres de cada cuatro mujeres (72%) dan el pecho durante el primer mes y medio tras el parto, si bien esta tasa se reduce seis puntos a los tres meses (66%), con lo que una de cada tres madres que optaron por la lactancia materna, abandona. A los seis meses el descenso es todavía más significativo: solo el 47% de las madres sigue amamantando a sus bebés. Un nivel similar a la media mundial. A los seis meses solo 2 de cada 5 niños (43%) recibe leche materna como alimentación exclusiva hasta los seis meses .
Estas cifras están lejos de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de alimentar a los bebés con leche materna durante los seis primeros meses de vida y prolongar la lactancia como complemento a la alimentación sólida hasta los dos años .Entre las principales causas de abandono de la lactancia materna se encuentran las trabas sociales y laborales a las que las madres se enfrentan, especialmente por la reducción de tiempo debido a la vuelta al trabajo tras el permiso de maternidad.
Además de la falta de asesoramiento por parte de profesionales sanitarios y la falta de respaldo por parte de su pareja, familiares y amigos.Mejorar las tasas de lactancia a nivel mundial podría salvar anualmente las vidas de 820.000 niños menores de cinco años -el 87% de ellos menores de seis meses – y prevenir unas 20.000 muertes maternas por cáncer de mama al año .
Ante esta situación, la Alianza Mundial Pro Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés) promueve cada año la celebración del 1 al 7 de agosto de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. En esta edición, bajo el lema ‘Empoderémonos, ¡Hagamos posible la lactancia materna!‘, persigue la defensa de políticas y legislaciones prolactancia, el apoyo a la maternidad por parte de las empresas, y la implantación de normas sociales equitativas relacionadas con la igualdad de género, como el trabajo en equipo entre las madres y sus parejas, como herramientas para prolongar la lactancia y beneficiar así a lactantes y madres.
Involucrar al entorno de la madre, clave para una lactancia exitosa
Apoyar la lactancia materna no solo reporta beneficios para la salud de la madre y del bebé, también contribuye a que las madres se sientan seguras de amamantar. En este sentido, es fundamental que su entorno se involucre en la creación de ambientes adecuados y positivos para la lactancia. Desde su pareja hasta el personal sanitario que la atiende.Tras dar a luz, las madres experimentan múltiples cambios emocionales, por lo que la formación sanitaria en lactancia materna y la humanización del sistema asistencial es clave.
Contar con médicos y enfermeras informados, con habilidades de comunicación y empatía, que aconsejen a las madres y su familia sobre lactancia materna y les apoyen en la decisión de amamantar al bebé, no solo favorece el éxito de la lactancia, también potencia el desarrollo de la relación de apego entre la madre y el recién nacido, tan necesaria durante sus primeros años de vida.
A nivel práctico, la pareja y el entorno de la madre pueden aprender cómo ayudar en la lactancia del recién nacido, especialmente cuando ella se reincorpore al trabajo, no pueda darle pecho al bebé o necesite tiempo para su realización personal y descanso. Para ello cuentan con:
1. Extracción de leche: la extracción de leche materna mediante un sacaleches manual o eléctrico facilita que otras personas puedan alimentar a los bebés y se involucren en sus cuidados.
2. Congelación de la leche: la extracción es además una herramienta para la creación de un banco de leche que se puede congelar para que el bebé pueda tomarla en cualquier momento. La leche extraída conserva la mayoría de sus beneficios para la salud de los pequeños, no obstante, se debe mantener una buena higiene para garantizar la seguridad del bebé. La mejor opción es no dejar la leche en el congelador más de 6 meses, aunque puede aguantar hasta 9 meses si ha sido extraída en condiciones de máxima limpieza.
3. Biberones de lactancia: para dar la toma de leche extraída a los bebés, la recomendación es recurrir siempre a biberones con un dispositivo Calma que solo permita que la leche fluya cuando el bebé cree el vacío mediante la succión. De esta forma, el bebé deglute, realiza pausas y respira igual que lo haría si tomara el pecho, por lo que no se corre el riesgo de que, tras tomar el biberón, pueda rechazar el pecho de la madre.
El apoyo personalizado de las consultoras de lactancia
Las consultoras de lactancia materna prestan un apoyo personalizado a cada madre, proporcionándoles información para que se sientan seguras con el modelo de crianza que han elegido, decidan si quieren extraer leche para alimentar a los recién nacidos y ayudándolas a enfrentarse a posibles problemas de agarre, mala ejecución, estrés, entre otros. Así, la introducción de esta figura contribuye a potenciar la importancia de la leche materna desde el momento del parto y reduce la carga de trabajo de enfermeras y neonatólogos, mejorando la atención sanitaria.
El apoyo de las consultoras también ayuda a las madres lactantes a combatir las falsas expectativas en cuanto a lactancia y a sobrellevar el juicio de terceras personas. Ante la presión que se puede ejercer sobre las madres, las consultoras elogian su labor y aplauden cada paso que dan, buscando crear un clima de confianza en el que se sientan seguras de sí mismas.
Es importante señalar que, los beneficios que presenta la lactancia materna no solo constituyen los pilares de la salud de una persona a lo largo de su vida, sino que el impacto de una buena nutrición puede trascender a futuras generaciones . Ello se traduce en un ahorro económico familiar y para los sistemas sanitarios, puesto que un niño amamantado tiene menor incidencia de enfermedades, conllevando un menor gasto en medicamentos, recursos de hospitalización y productos sustitutivos de la leche materna.
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