Tras un año intenso de trabajo, llegamos a las vacaciones con unas ganas enormes de descansar. Nos hacemos muchas ilusiones e idealizamos este tiempo de descanso. Pero ¿qué ocurre cuando parece que el verano se tuerce?
En ocasiones, esa imagen tranquila y apacible de disfrute que vemos reflejada en los anuncios dista mucho de la realidad y nos damos cuenta que estamos viviendo un periodo de estrés, de agobio y de confusión. Esto no es tan raro, forma partir de la realidad, de la normalidad de la vida, y también de la felicidad.
Otro aspecto que puede pertubar el descanso veraniego es seguir cargando con el grueso de las tareas domésticas también en vacaciones, o no desconectar del trabajo y seguir atendiendo llamadas y respondiendo a correos durante el merecido periodo de descanso.
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Consejos para un descanso efectivo en familia
Para conseguir que las vacaciones sean lo que esperamos de ellas, nada más efectivo que poner nuestro granito de arena para que todo marche bien. Una buena actitud de comunicación, entrega y paciencia, además de estos consejos harán el resto:
1. Reparto de tareas. Es importante coordinarse con la pareja para descansar y cargar la batería, repartiendo a partes iguales los quehaceres diarios para que reine el equilibrio.
2. Cuidar la convivencia. Con mucho tiempo libre es importante tener un cambio de mentalidad y adaptarse al nuevo espacio y actividades.
3. Conocer a nuestros hijos y a nuestra pareja un poco más. Aprovecha las vacaciones como una oportunidad para reconectar, aprovéchalo como algo único.
4. Aplicar grandes dosis de paciencia. Las vacaciones tendrán momentos de estrés, esto forma parte de la vida y de la convivencia en cualquier ámbito. Aplicar unas dosis de paciencia, comprensión y humor ayudará en momentos en los que podamos sentir agobio.
5. Disponer de espacios propios y espacios compartidos. Tener tiempo para uno mismo y compartir tiempo con los demás es una manera muy inteligente emocionalmente de organizar las vacaciones.
6. Dar amor y entrega. Es importante saber que puede suceder cualquier cosa. Si tus hijos son pequeños, puede que se mareen en el coche durante el viaje, que lloren, que se pongan malitos durante las vacaciones… y si son algo mayores, que protesten por todo, que no les apetezcan las propuestas, etc. Es importante conocer que esto también forma parte de la convivencia y que lo que sucede un día puntual, no se tiene por qué repetir al siguiente. Ayuda mucho relativizar el tiempo y los acontecimientos.
7. Reencontrarse con la pareja. Es necesario dedicarle un poco más tiempo a tu pareja, que necesita de conectarse y hablar de cosas diferentes a las gestiones del hogar y la logística del día a día. La pareja que se cuida y se quiere nutre mucho a su hogar.
8. Conectar con tus hijos. Descubrir la maravilla que hay en su interior más allá de las conductas que a veces realizan. Acérccate a su mundo, esta conducta será de alta calidad para todos.
9. Cuestión de actitud. Afrontar las vacaciones en familia con buena actitud es fundamental para relativizar los problemas. El amor por nuestra familia se traduce en comprensión, entrega, dedicación, escucha, presencia y paciencia. La crianza incluye estos puntos y cuando uno está de vacaciones en familia, está desarrollando esa labor de crianza con mayor intensidad que lo realiza durante el año.
10. Hacer equipo con nuestra pareja. Evitar discusiones o echar en cara aspectos en aquellos momentos de tensión o de agobio es fundamental para crear lazos nuevos en vacaciones. Es importante entender que todo esto forma parte de ese proceso y que los momentos pueden variar mucho en un día, una semana, un mes y en años.
Ana Asensio. Psicologa y fundadora de Vidas en Positivo
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