El verano es un momento en el que los niños descansan, juegan, maduran… Después de un intenso año escolar, el verano es tiempo de juego. Quizá tenemos aprendido que jugar es perder el tiempo, sin embargo, jugar es mucho más.
El juego es el vehículo para desarrollar habilidades necesarias para la vida como la lógica, el pensamiento crítico, la capacidad de abstracción, la inteligencia, el desarrollo motor, la memoria y entrena directamente habilidades sensoriales visuales, auditivas táctiles y propioceptivas.
Un niño que juega es un niño que se desarrolla y crece. El verano es un momento para compensar todas esas horas que el niño pasa sentado en una silla haciendo tareas escolares, necesarias, pero que muchas veces limitan el tiempo de juego durante el año. Estas tareas escolares son exigentes y para realizarlas el niño necesita usar muchas habilidades sensoriales visuales y auditivas como por ejemplo los movimientos oculares, el enfoque, la coordinación visuoauditiva, las relaciones visuoespaciales, la memoria visual auditiva y visual entre otros.
Según indica Gloria Hermida, experta en optometría comportamental en el Centro de Optometría San Francisco: «El verano es un momento perfecto para estimular todas estas habilidades visuales y auditivas que luego serán tan importantes para las actividades escolares y la lectoescritura.
Juegos para estimular la visión de los niños
Aire libre: la importancia de la luz natural
Cualquier juego será motivo de desarrollo siempre que sea retador y en gran parte autodirigido. En verano no perdamos la oportunidad de que los más pequeños desarrollen sus habilidades sensoriales permitiéndoles jugar al aire libre y dándoles recursos para seguir madurando.
La luz natural es fundamental para la visión. Durante el invierno tenemos muchas horas de luz artificial por lo que el verano es el momento indicado para que nos de el sol y sumemos horas de luz natural. Si queremos estimular la visión de los niños podemos proponerles juegos al aire libre que tengan como elemento conductor una pelota.
Una simple pelota va a hacer que pongamos en juego muchas habilidades visuales como los movimientos oculares, el enfoque, la visión tridimensional o la coordinación ojo-mano. Estas mismas habilidades son las que también usamos por ejemplo para leer y para escribir. Cualquier juego de pelota vale, tanto en juego individual, como en juego grupal.
Juegos de mesa tradicionales y movimientos oculares
Durante el largo día de verano los niños también pueden jugar a juegos tradicionales como el parchís o la oca en los que se realizan movimientos oculares muy parecidos a los de la lectura, o también pueden jugar a las damas, ajedrez, juegos de cartas o el tangram para entrenar la estrategia, el pensamiento lógico y la planificación visual. Estos juegos son accesibles, baratos y podemos jugar en cualquier momento, en casa o en la piscina.
Juegos de habilidades
Saliendo de lo más convencional, el mercado nos ofrece infinidad de juegos para estimular la visión de los niños. Juegos cortos como el dooble, splash, jungle speed entre otros muchos. Todos estos juegos tienen una alta estimulación de las habilidades visuales como enfoque, movimientos oculares, memoria visual, atención visual etc… por lo que son los más indicados para estimular la visión de una manera divertida y retadora.
Juegos de estrategia
Tipo carcasone, la isla, catan etc. Juegos en los que tendremos que poner en marcha nuestra planificación visual para superar a nuestros contrincantes de partida. Estos juegos son para pasar una tarde divertida en la piscina o estar en casa en esas horas de verano donde el calor hace imposible realizar otras actividades.
Gloria Hermida, experta en optometría comportamental en el Centro de Optometría San Francisco
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