La búsqueda de colegio para nuestros hijos es una de las principales preocupaciones de los padres. El modelo educativo, la proximidad a nuestro domicilio o los valores de cada centro educativo son los factores que, tradicionalmente, más se han tenido en cuenta a la hora de elegir escuela. Pero ahora tenemos que añadir un requisito más a la lista: saludable.
Los movimientos relacionados con una vida más sana empiezan a influir, sin duda, en la elección de colegio. Poder estudiar y aprender en un espacio libre del estrés que proporcionan los ruidos y la contaminación empieza a cobrar importancia y por tanto, la ubicación del colegio, así como su modelo arquitectónico, influyen ya de manera decisiva en la calificación de colegio saludable.
Aunque cumplir con las 15 medidas del proyecto de salud y bienestar incluidas en la Certificación WELL, el estándar de salud en arquitectura más prestigioso a nivel mundial, es una utopía en muchos centros educativos actuales, podemos reducir a 5 estas medidas para calificar a un colegio innovador como saludable para alumnos, docentes y familias.
5 características que definen a los nuevos colegios saludables
Estos son los aspectos en los que debe centrarse un colegio para mejorar la salud y bienestar de sus alumnos.
1. Comida saludable. Movimientos como el realfooding, que apuesta por una alimentación basada en comida real -es decir, sin procesar o mínimamente procesada-, ya han empezado a tener efecto en los menús escolares. En estos menús deben incluirse opciones para quienes son intolerantes a frutos secos, gluten, huevo o lactosa, entre otros, así como opciones veganas y vegetarianas para aquellas personas que lo soliciten. En los menús de comida saludable, deben reducirse también los alimentos ricos en grasas o con altas dosis de azúcar y aquellos cuyo componente primario es la harina cereal. Por tanto, una de las caracterísitcas que definen a los nuevos colegios saludables es dar a sus alumnos una alimentación saludable en la que verduras, frutas y legumbres sean las principales protagonistas.
2. Concienciación sobre salud y bienestar. Continuando con esta filosofía, otra de las medidas que gira en torno a la Certificación WELL es el acceso de los alumnos a contenidos relacionados con el bienestar físico y mental para que puedan aplicar estas medidas en su vida diaria y continuarlas en su etapa adulta.
3. Calidad del aire. Debido a la concentración de personas en las aulas, en algunos momentos la contaminación del aire interior puede ser entre dos y cinco veces superior a la del exterior. La instalación de sensores de CO2 y purificadores de aire naturales en las aulas permite reducir la exposición de los alumnos a aire viciado en un 95%. También deben colocarse en las zonas comunes. Para mejorar todavía más la calidad del aire, la pintura, los revestimientos y el mobiliario del colegio debe estar libres de componentes tóxicos.
4. Confort acústico. Este aspecto no solo es importante a la hora de descansar, sino que el rendimiento y la concentración de los estudiantes se ven afectados por el confort acústico de las aulas. La instalación de paneles de absorción acústica reduce el tiempo de reverberación y mejora el aprendizaje.
5. Tratamiento y ahorro de agua. Estas dos medidas no solo apuestan por la salud, sino también por la sostenibilidad. Para hacerlas efectivas es necesario incorporar sistemas de filtración para eliminar los posibles contaminantes del agua como microplásticos, bacterias y metales tóxicos, para que no se ingieran a diario, y además los grifos e inodoros deben cumplir con los parámetros que marca el estándar LEED, reduciendo el gasto de agua. Así mismo es importante concienciar a los estudiantes de la importancia de realizar un consumo responsable.
Marina Berrio
Asesoramiento: Evalore
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