Unas simples notas pueden generar empatía, alegría o recuerdos que permanecerán imborrables en nuestra memoria. La música es un elemento perfecto para generar emociones y muchos recuerdos están asociados a ella. No en vano, muchas parejas recuerdan sobre todo la canción de su boda o lo que sonaba cuando se conocieron.
Y es que el mundo está repleto de sonidos. Desde los creados por la naturaleza – el piar de los pájaros o el ruido de un río- hasta aquellos generados por nuestra propia actividad. Lo cierto es que, desde el origen del ser humano, este ha estado influenciado y vinculado con algún sonido. Y de esta evolución e interacción con el ambiente nace la música.
5 maneras en que la música influye en las emociones
Coincidiendo con la Fiesta de la Música, que se celebra el 21 de junio, nos preguntamos cómo puede llegar a influir la música en nuestro estado de ánimo y un experto, Alfonso G. Aguilar, compositor de bandas sonoras y fundador Sounditi, nos expllica las cinco maneras en la que la música puede ser la chispa de nuestras emociones:
1. Influye en nuestros cambios de humor. La música ayuda a liberar tensiones, a aumentar la relajación y a evocar recuerdos que generan emociones positivas.
2. Activa áreas del cerebro. En concreto la de la imitación y la empatía, que se encargan de ayudarnos a ponernos en el lugar del otro, generando un clima de colaboración y cooperación entre personas y fomentando la comprensión.
3. Ayuda a expresar sentimientos. En ocasiones, compartir una canción puede llegar a traspasar la barrera del lenguaje y ayudarnos a expresar sentimientos que somos incapaces de explicar a través de nuestras propias palabras.
4. Revive recuerdos personales. La música genera profundos sentimientos y sensaciones, por lo que algunas melodías se llegan a convertir en parte de nuestra historia vital.
5. Contribuye a conformar nuestra cultura. Desde las primeras melodías prehistóricas elaboradas a base de golpes de piedras y huesos, hasta las últimas creaciones electrónicas en las que los sonidos creados digitalmente son habituales en las pistas de baile. La música forma parte de la evolución y, con ella, la mente humana ha podido enriquecer su cultura.
Son muchos los estudios que avalan la capacidad que tiene la música de alterar nuestro estado de ánimo. Asimismo, está tan interiorizada en la rutina que ha hecho evolucionar al cerebro, incluyendo sentidos y significados nuevos para cada nota. Así, según avanzan las generaciones, la música evoluciona, participando y haciéndonos partícipes de nuevas experiencias y sensaciones.
«La evolución de la música y las emociones que genera es precisamente lo que nos ha llevado al desarrollo del denominado audiobranding, que consiste en la utilización del sonido y la música para generar sensaciones en los clientes de una marca. Así, utilizamos la neurociencia y la inteligencia artificial para generar esas emociones positivas en torno a una determinada marca», explica Alfonso G. Aguilar, fundador de Sounditi, compositor musical y experto en neurociencia. «Somos capaces de medir cómo un sonido genera ciertas emociones, así ajustamos cómo debe sonar una marca para que transmita lo que desea y emocione a su cliente».
La música forma parte de nuestro subconsciente, está intrínsecamente ligada a nuestra cultura, y también es eje central en el desarrollo emocional de las personas. A través de ella experimentamos, recordamos y, en última instancia, vivimos. «Esta banda sonora vital es parte de nuestra existencia», concluye Aguilar.
Eva Corrales
Asesoramiento: Alfonso G. Aguilar. Compositor de bandas sonoras, experto en neurociencia, y fundador de Sounditi, compañía especializada en audiobranding
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