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El mundo de los niños de 6 a 12 años

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Están en una etapa preciosa: empiezan a descubrir su propia independencia y nos encanta ver cómo crecen. Pero al mismo tiempo, esta es la etapa en la que afirman sus gustos y preferencias y nos toparemos con más de una discusión que forma parte del proceso natural que conduce a la madurez.

¿Alguna vez te han preguntado qué etapa de tu hijo es la que más te ha gustado? Todas tienen sus cosas buenas y malas. Si bien los niños de 6 a 12 años no viven cambios dramáticos en la generación de neuronas, sí crecen cualitativamente en independencia. Se visten solos, se asean solos (si insistes), se pueden atar sus propios zapatos y, más que nada, desarrollan fuertes gustos y preferencias.

Aunque es una ventaja que se alimenten solos si tienen hambre, o sepan entretenerse si están aburridos, también tiene sus inconvenientes como discusiones por qué ropa ponerse ese día o por las razones por las que no les dejamos ver una película. Antes un beso de mamá en la despedida era imprescindible para tener un buen día; ahora, un beso enfrente de toda la escuela es impensable, vergüenza y desgracia.

Los cambios en sus habilidades físicas, intelectuales y sociales

A esta edad, el desarrollo cognitivo de los niños de 6 a 12 años les hace comprender que hay un mundo más grande con el cual interactuar. Es el primer paso a desarrollar amistades duraderas y basadas en genuinos gustos compartidos. Es un gran momento de cambio para las habilidades físicas, sociales y mentales. Siendo esto así, es un momento crítico para que los niños desarrollen su autoestima e incremente su confianza en sus amistades, sus habilidades académicas y deportivas.

Hasta ahora las cosas importantes de la vida venían definidas por sus padres (qué ropa ponerse y cómo combinarla, qué amigo viene a jugar a casa, o qué cereales se compran). Ahora existe un mundo de posibilidades, el ser mayor y poder elegir es cada vez una realidad más cercana. Con cada día que pasa los niños poco a poco ganan independencia de sus padres. Se empieza a planificar para el futuro y comienzan a querer ser aceptados por sus amistades.

La importancia de la amistad de 6 a 12 años

El concepto de grupo se comprende plenamente. Las habilidades mentales se desarrollan a un ritmo acelerado así como la verbalización y percepción de sus sentimientos. El interés por los demás incrementa. Y es que igual que ese bebé pasó de ser un retoño que solo se comunicaba con llantos y sonrisas y ahora tiene sus propias opiniones, llegará el día en el que empiece Secundaria, se interese por tener una pareja y se convierta en un adolescente.

A partir de los 6 años, los niños empiezan a sentirse más cómodos estando separados de sus padres y querrán pasar tiempo con sus amigos. Con más frecuencia buscan consejos de otros parientes y profesores y los padres dejan de ser los básicamente los únicos adultos en su vida. Si bien el abanico de adultos a quienes admirar crece, siempre harán falta nuestros consejos, motivación y amor de padres. Nosotros somos imprescindibles en este momento del crecimiento donde se cimientan las bases del futuro adolescente, especialmente la autoconfianza.

Cuando somos bebés estamos convencidos de que somos el centro del universo. La única misión de nuestros padres es hacernos felices y satisfacer nuestras necesidades. A partir de los seis años descubrimos que el mundo trasciende nuestra casa, padres, abuelos y tíos. Descubrimos que hay un planeta entero lleno de familias compuestas por padres y niños, otros abuelos y tíos. La curiosidad es ilimitada y queremos aprender cómo son las otras familias, qué costumbres tienen, qué cosas hacen diferentes, qué cosas hacen parecidas. Así es cómo vamos descubriendo que en casa de ‘fulanito’ se merienda mucho mejor que en casa pero que en casa de ‘menganito’ los padres son mil veces más estrictos.

Es en esta franja de edad en la que creamos los conceptos de un ‘yo en el futuro’. Observamos y creamos imágenes mentales de cómo queremos ser de mayores, qué queremos hacer y qué reglas querríamos seguir y cuáles no. Al abrirse el mundo de posibilidades también se abre el mundo de acciones. Al igual que en etapas anteriores, se aprende más rápido de niños de la misma edad que de los adultos. Todo lo observan y no tardan mucho en poner a prueba aquello que han aprendido: ¿qué sucede si no me baño?, ¿se dará cuenta mamá si dejo la ropa en el suelo del armario?, ¿y si escondo la ropa sucia debajo de la cama?

Niños independientes

Si bien no es hasta la adolescencia en la que los amigos se convierten en el principal foco de imitación, es en estas edades en la que los niños empiezan a definir cuál es su lugar dentro de un grupo de iguales, qué les hace diferentes, qué les hace iguales. Se desarrollan sentimientos elaborados que son capaces de identificar como envidia, rechazo, atracción, consideración, generosidad y lealtad. Pero lo más importante es que es en estas edades en las que los niños desarrollan su autoconfianza. Aprenden a aceptar retos y cantar victorias, poner esfuerzo y encontrar felicidad en los resultados.

Para educar niños independientes hace falta, precisamente, dejarles ser independientes. La vida a veces se complica y es más fácil hacer las cosas rápido que dejar que nuestros hijos se esfuercen. No obstante, si bien tardarán mucho más, hay que dejarles explorar y hacerse cargo de responsabilidades apropiadas para su edad.

Aumentando el sentido de responsabilidad aumenta la confianza de poder alcanzar metas. Este sentido de responsabilidad es global y al nutrirlo en casa, se verá también en otros ámbitos como el colegio o equipos deportivos. La clave está en encontrar el equilibrio de responsabilidad que les debemos dar a nuestros hijos. Para educar niños seguros de sí mismos hace falta darles responsabilidades que requieran esfuerzo sin ser imposibles. La mejor manera de hacer esto es enseñarles a realizar actividades y pedirles que las hagan ellos solos luego.

Responsabilidades según su edad

De 6-7 años. A esta edad los niños están muy dispuestos a ayudar. Su actitud suele ser positiva y saltan a la primera oportunidad de echar una mano. Algunas actividades apropiadas para esta edad serían: hacer su propia cama, doblar toallas limpias, emparejar calcetines, preparar su mochila para el colegio la noche anterior, ayudar a traer los ingredientes para cocinar la cena, ayudar a recoger la mesa después de comer.

De 8-9 años. Algunas actividades apropiadas para esta edad podrían ser: hacerles poner la mesa, ayudar a cortar vegetales y preparar ensaladas, lavar los platos, doblar la ropa limpia, pasear a la mascota, alimentarla y bañarla, organizar su armario y mesa.

De 10-11años. La novedad de empezar los dobles dígitos les hace sentir que son capaces de manejar una mayor responsabilidad y les ayudará a madurar. En esta edad las decisiones son muy importantes. Este es el lienzo donde se va a pintar la adolescencia. Fomentar un hijo capaz de ser independiente y tomar decisiones sabias será de gran ayuda en el futuro. Tareas sencillas como encargarles que cocinen una comida sencilla, galletas o magdalenas, que aprendan a coser botones, enseñarles a hacer la colada, sacar y poner el lavaplatos o aspirar el suelo.

Dra. Maite J. Balda. Psicóloga y doctora en Neurociencias Cognitivas

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