Se acabó el curso, llegan las vacaciones. Tras todo un curso de esfuerzo y dedicación, alumnos de todo tipo de centros escolares afrontan una etapa de descansa que sirve de premio y de herramienta para recuperar fuerzas de cara al siguiente año académico. Sin embargo, nunca está de más aprovechar este tiempo libre para intentar potenciar algunas habilidades de los más pequeños.
Desde inscribir a los niños en actividades deportivas para mantenerse en forma, la natación por ejemplo, hasta prácticas que potencien destrezas intelectuales. Un ejemplo en este sentido es la concentración que puede valerse de varios juegos muy divertidos como los que proponen desde Lingokids. Una lista de ideas con las que pasarlo bien.
Juegos para mejorar la concentración
Como ya se ha dicho el verano puede ser una buena época para potenciar diversas habilidades, como la concentración. Estos son algunos ejemplos:
– Seguir el movimiento de la aguja de un reloj. Enfocando esta actividad como si de un juego se tratase, de lo que se trata es de que la niña o el niño siga las agujas de reloj durante un tiempo concreto. Este tiempo, se irá aumentando de manera progresiva hasta alcanzar un tiempo que se pueda considerar satisfactorio.
– Aislar un conjunto de sonidos. Aunque en un principio puede parecer una actividad extremadamente sencilla, no lo es en absoluto. Y es que, de lo que se trata en este ejercicio es de aislarse completamente de lo que está sucediendo alrededor de la niña o del niño para centrarse concretamente en un aspecto muy particular de su entorno que no es otro que un sonido determinado.
Ese sonido puede ser marcado por un pedagogo o sencillamente por la mamá o el papá. La intención es que el pequeño identifique el sonido propuesto de entre el resto de su entorno.
– Sopas de letras. Este es un ejercicio de los más clásicos de los que nos podemos encontrar. De lo que se trata es de encontrar una serie de palabras, que pueden estar relacionadas con una temática concreta para facilitar la tarea a la pequeña o al pequeño, de entre un conjunto de letras que están completamente dispersas en el papel.
Ni que decir tiene que estas palabras se pueden encontrar tanto en vertical como en horizontal como en diagonal en cualquiera de los dos sentidos, es decir, de izquierda a derecha o de derecha a izquierda.
– Buscar las diferencias. De nuevo se recurre a un juego muy clásico. Un pasatiempo en el que la niña o el niño tendrá dos viñetas aparentemente iguales pero con una serie de diferencias muy concretas punto para tratar que la concentración se desarrolle por completo, se deberán encontrar estás diferencias, hasta un máximo de 7, dentro de un periodo de tiempo determinado.
Con el paso del tiempo, y el aumento de la concentración, las viñetas pueden ser un poco más similares entre ellas para aumentar, de manera progresiva, la dificultad de este ejercicio.
– Puzles. Si bien es cierto que en un principio un rompecabezas puede parecer una actividad poco indicada para una niña o un niño, hay que decir, que a día de hoy existen muchos adaptados para diferentes edades.
De lo que se trata es de conformar una determinada figura, o un determinado dibujo, a partir de un número determinado de piezas. La idea, por supuesto, es que el rompecabezas se lleve a cabo sin la ayuda de un adulto. Al igual que en el resto de los ejercicios, de manera progresiva se puede aumentar el número de piezas, para aumentar la dificultad y para tratar de desarrollar un poco más la concentración.
Damián Montero
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