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En vacaciones, los niños siguen aprendiendo con Cuadernos Rubio

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Las ansiadas vacaciones escolares transcurren en un tiempo en el que se puede descansar, pasarlo bien, pero en el que no se debe abandonar la rutina. Los Cuadernos Rubio nos recuerdan que los niños se encuentran en un constante aprendizaje y que no debemos dejar de aprovechar el verano para que se formen y lleguen preparados al nuevo curso.

Los días se alargan, llega el calor y, con todo ello, el fin de curso. Ya han entregado las notas y los alumnos, pequeños y no tan pequeños, se convierten oficialmente en veraneantes. Quieren entregarse a las mañanas sin despertador, a las tardes de piscina y a las salidas y a los juegos con los amigos y con la familia.

Pero si hay algo que define a las vacaciones de verano por excelencia es el tiempo. Hay tiempo para todo. Para divertirse, para descansar y para seguir aprendiendo. Los Cuadernos Rubio han acompañado durante muchos años en esta última labor y siguen siendo los elegidos por los padres para que sus hijos refresquen lo aprendido durante el curso.

¿Por qué seguir apostando por el estudio en verano?

El hábito de estudio es uno de los aspectos que fomentan los cuadernos de vacaciones y que permitirá que, una vez hayan vuelto a las aulas, no resulte tan duro reconectar con el estudio. Asimismo, sirven para consolidar lo que han aprendido a lo largo del año y les prepara para el nuevo curso.

Teniendo esto en cuenta, podemos elegir un gran abanico de materias en las que centrarnos según las necesidades de los niños. Cuadernos Rubio Vacaciones va más allá de lo que anteriormente era un limitado surtido en el que escoger entre las materias troncales. Además de problemas matemáticos y caligrafía, presenta cada año nuevos cuadernillos que responden a las necesidades presentes de los alumnos: inglés, estimulación cognitiva, para colorar y fomentar la creatividad, etc.

Durante la época vacacional se presenta una buena oportunidad para focalizarnos en aquellas asignaturas que les cuestan, ya que, haciendo hincapié en ella durante las vacaciones, podremos conseguir que el niño recupere la autoestima después de no haberse sentido a la altura del resto de sus compañeros en clase.

Sesiones de estudio diferentes

Cuadernos Rubio para aprender en verano

Los hay quienes se quejan, y mucho, ante la perspectiva de seguir realizando tareas académicas en sus tan merecidas vacaciones. Por tanto, es importante transmitirles el concepto de aprovechar el tiempo. Una buena organización les permitirá hacer todo lo que quieren y, como un extra positivo, aprender algo nuevo.

Como siempre, es más fácil que compartan esta idea si ven un ejemplo claro. Los niños no son los únicos que encuentran cuadernos exclusivamente hasta los 12 años. También existen, como es el caso de Cuadernos Rubio, aquellos destinados a los adultos que quieran entrenar su mente o practicar la caligrafía o el lettering, tan popular de un tiempo hasta ahora.

Si dedicamos un momento del día a sentarnos con ellos y compartir una sesión mutua de aprendizaje, podremos limar esa primera impresión algo más desmotivante para que le den una oportunidad. Que nos vean compartiendo esos cuadernillos, e implicándonos igual que ellos, les animará a esforzarse y abrir los cuadernos de verano con una buena actitud.

Activos de cuerpo y mente

Son muchos los que entran a un épico debate sobre si es realmente necesario que los estudiantes realicen ejercicios o tareas obligatorias dictadas minutos antes de que salgan por la puerta hasta septiembre.

Los expertos se aferran al equilibrio. Para aquel que no haya superado el curso con demasiado éxito, se recomiendan seis días de descanso cognitivo; mientras que, para el que acabase con un gran resultado, podrá permitirse alrededor de quince días. Después vuelve la rutina, que resulta fundamental para esta tarea, y recurrimos a esos cuadernillos de vacaciones, como los Cuadernos Rubio, durante 30 o 40 minutos al día máximo.

Es importante que los padres hagan un seguimiento de los ejercicios, ya que podrán reforzarlos con actividades culturales, lecturas, manualidades y planes en familia. Calcular cuánto tardaremos en llegar a la excursión que tenemos pensado hacer, trasplantar una planta para repasar todas sus partes o cocinar juntos para saber de dónde vienen los ingredientes, son prácticas que les demostrarán que la motivación por aprender, independientemente de si es verano o no, es compartida y que todo influye en su crecimiento.

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