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Velocidad de procesamiento, qué es y cómo aprovecharla

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Velocidad de procesamiento, qué es y cómo aprovecharla

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No todos aprendemos al mismo ritmo, y, por supuesto, hay unas materias que se interiorizan antes que otras. Cada persona es única y no todos tenemos nuestra propia velocidad de procesamiento. ¿Qué significa este concepto? ¿Influye en el aprendizaje de los más pequeños de la casa? La respuesta a la segunda pregunta es que sí, que tiene mucho que decir a la hora de integrar conocimientos.

Y, la contestación a la primera cuestión es que podría definirse la velocidad de procesamiento como la capacidad cognitiva para responder a una determinada actividad. Si se aplica al aprendizaje, podría decirse que esta habilidad permiten que los más pequeños se enfrenten a una enseñanza, sean capaces de entenderla y aplicarla, bien a nivel práctico o en un examen.

No guarda relación con la inteligencia

Tal y como indican desde Isep Clinics, un niño con una velocidad de procesamiento rápida se caracteriza por una realización rápida de distintas labores, ya sea las tareas del colegio, la lectura de un libro. Por el contrario, aquellos que no van más «lentos» deben dedicar más tiempo para conseguir los mismos resultados. Una situación que no guarda relación alguna con la inteligencia.

Sin embargo, sí que puede lastrar la vida académica de los más pequeños ya que al no alcanzar el mismo ritmo que el resto de compañeros, se sentirán en desventaja y por tanto, su autoestima se verá afectada. En este punto, los padres deben tomar cartas en el asunto y hacer entender a sus hijos que simplemente necesitan algo más de tiempo, nada más e incentivarlos a seguir mejorando.

¿La buena noticia? La velocidad de procesamiento puede mejorarse con actividades en el día a día. Por ello, es muy importante mantener la motivación en los más pequeños y hacerles ver que pueden. Al mismo tiempo, habrá que concienciarles de la relevancia que tendrá seguir adelante y no cejar en el empeño. A la postre, los resultados llegarán y podrán realizar estas mismas labores del mismo modo que sus compañeros.

Cómo mejorar la velocidad de procesamiento

En el caso de que los padres detecten que sus hijos van a un ritmo más lento que los demás, pueden probar varios de los siguientes consejos que recomiendan desde la Fundación Understood:

– Practicar la labor en cuestión. La práctica hace al maestro y repetir una misma actividad una y otra vez hará que cuando el pequeño vuelva a enfrentarse a ella en el futuro, la domine. Esto también podrá aplicarse a labores parecidas a las que se esté repitiendo.

– Probar nuevas estrategias. Lo que vale para uno, no tiene por qué ser recomendable para otro. Muchas son las formas de proceder ante una misma situación, tan solo hay que probar varias de ellas hasta conseguir un buen resultado.

– Planificación. Antes de que el toro pille al pequeño, hay que adelantarse. Planificación y organización, de esta forma cualquier posible escenario estará previsto.

– Hablar con el colegio para tratar de poner en marcha una guía de actuación conjunta. Lo que se inicia en la escuela debe encontrar respuesta en el hogar.

Damián Montero

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