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Cómo lograr que deje de chuparse el dedo

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Chuparse el dedo no es una costumbre sin importancia. Tener todo el día el pulgar en la boca puede provocar deformaciones en las encías, dientes y paladar. Al introducir el dedo en la boca el movimiento del chupeteo va empujando el paladar hacia arriba y éste va deformando el arco del paladar.

Esta deformación se denomina «paladar ojival«. Es frecuente que el paladar ojival favorezca las alteraciones en el lenguaje, concretamente dislalias (dificultad de pronunciar algunos sonidos como la /t/, /d/ y /l/). Cuando los niños llegan a este punto la única solución suelen ser ponerse en manos de un odontopediatra para corregir el problema.

Un plan de acción para que deje de chuparse el dedo

Un buen truco para superar el hábito de chuparse el dedo puede ser realizar juntos un pequeño gráfico que colgaremos en su cuarto. Allí iremos apuntando cada pequeño éxito que consiga el niño. Para ello podemos utilizar cartulinas de colores en las que anotaremos el objetivo que deseamos alcanzar (chuparse el dedo cada día un poco menos) y los días de la semana. Podemos señalar los logros pegando en la casilla diaria personajes infantiles, cromos de sus héroes preferidos, caras dibujadas o coronas de campeón.

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Para conseguir que este programa surta su efecto no debemos marcarnos grandes objetivos al principio. Es mejor animarle a conseguir pequeñas metas que le deparen grandes éxitos. Por ejemplo, podemos proponerle que intente no chuparse el dedo cada vez que bajemos al parque o mientras vea en la tele sus dibujos preferidos.

A medida que el niño/a vaya consiguiendo dominarse en esos momentos iremos ampliando nuestro campo de acción hasta lograr que se duerma sin chuparse el dedo.

Premios y trucos caseros para dejar de chuparse el dedo

Cada vez que el niño consiga un éxito intentaremos reforzar su buena conducta establecer un sistema de recompensas. Así, por ejemplo, si consigue controlarse al menos diez veces a la semana podemos dejar que sea él el que elija la película de vídeo que veremos todos juntos el fin de semana o, por qué no, el postre que comeremos el domingo.

Otro truco casero igualmente efectivo puede ser poner al niño una tirita o un trozo de esparadrapo en el que dibujaremos una divertida cara. De este modo recordará que no debe chuparse el dedo.Algunos padres prefieren recurrir al fluido amargo que venden las farmacias. Si nos decantamos por esta opción expliquemos al niño que no se trata de un castigo sino de un modo de recordarle que no debe chupetearse constantemente el pulgar.

Dejar de chuparse el dedo paso a paso

1. El primer paso para eliminar este mal hábito es investigar las causas por las que se produce. Si consigues ayudar a tu hijo/a a superar su inseguridad, su intranquilidad, su angustia… no cabe duda que luego te resultará mucho más sencillo eliminar el mal hábito.

2. Antes de empezar a reñir al niño, márcate un plazo generoso de tiempo en el que derrochar con él expresiones «extra» de cariño.

3. Anina a tu hijo/a a ser «como los mayores» y dejar de chuparse el dedo. Cuando él esté de acuerdo, y consiga un par de triunfos, otorguémosle algún beneficio propio de los más mayores de la casa: acostarse un poco más tarde, acompañar a papá a hacer algún recado… etc.

4. Conciénciale de lo feo que está chupándose el dedo, ya sea imitándole -sin ridiculizarle- o enseñándole su propia imagen en el espejo. Viéndose le será más fácil controlarse.

5. Dale a tu hijo algo que también le relaje: cogerle de la mano, caricias, un peluche,… pueden sustituir la necesidad de chupar.

6. Para desterrar el hábito de chuparse el dedo es mejor empezar creando situaciones -estar en la calle, las visitas, etc.- en las que no pueda chupar el dedo, e ir ampliándolas paulatinamente.

La imaginación de los niños es una poderosa aliada de los padres durante estos años. Es posible «despedir» como es debido a su chupete creando situaciones que al niño se le queden perfectamente grabadas en su memoria. Así, por ejemplo, podemos animarle a que sea él «porque ya es mayor» el que lo tire a la basura para luego celebrar por todo lo alto «su mayoría de edad», sin embargo, «no podemos tirar el dedo».

La costumbre de chuparse el dedo es más dificil de quitar que el chupete. Requiere de más dosis de paciencia y, sobre todo, de mentalización. Para este hábito, la clave es que él/ella misma encuentre los motivos para dejar de chuparse el dedo.

María Viejo
Asesoramiento: Lucía Herrero. Psicóloga y orientadora familiar.

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