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La sociabilidad da forma a la actuación como hombres y mujeres

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Más allá de las diferencias biológicas y psicológicas, están las diferencias de género. Tanto la psicología femenina como la masculina, tienen sus puntos fuertes y sus debilidades. Lo bonito es encontrar un equilibrio entre ambos en una pareja donde haya presencia de todo aquello que nos define como hombres y mujeres psicológicamente.

Según una investigación que estudió a más de 17.000 personas de 55 culturas, occidentales y orientales, las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres se presentaban en todas ellas. Las personalidades femeninas en todo el mundo buscan ser más agradables y tienen más conciencia de los demás.

La psicología evolutiva defiende que estas distinciones psicologías tienen sus raíces en la demanda de supervivencia de nuestros ancestros. Estas necesidades eran divergentes entre hombres y mujeres. Las personas con psicología femenina, con personalidad más cariñosa, eran más exitosas cuidando y educando a niños vulnerables. Las personas con psicología masculina y personalidades más robustas y agresivas, eran exitosos protegiendo y superando retos. Ambas cualidades son necesarias para seguir adelante en la línea de evolución.

Diferencias psicológicas entre hombres y mujeres

A pesar de las obvias diferencias biológicas y neurológicas, las diferencias psicológicas son difíciles de estudiar. Esto se debe a que no hay una necesaria correlación genética. Se puede adjudicar a esto la discrepancia entre estudios psicológicos sobre el tema y estudiar la psicología diferencial entre sexos asumiendo la correspondencia entre genes y pensamientos, pero sería caer en error.

Además, los factores psicológicos de una persona no se deben en su totalidad a la sociabilidad. Más allá de las diferencias biológicas y psicológicas, están las diferencias de género. Con el género las cosas se complican. Si bien nuestra biología es la que es, hay diferentes factores a tener en cuenta.

Existen diversos motivos por los que una persona puede ser genéticamente masculina, psicológicamente masculina e identificarse con el género femenino. Así mismo podría darse el caso de una persona que sea genéticamente femenina, psicológicamente masculina y se identifique con el género masculino. Y así todas sus permutaciones.

Debido a que la psicología de una persona está compuesta, en parte, de la biología y del género, hacen falta unas medidas específicas para definirla como tal, pero tomando en cuenta estos dos factores. Esto explica por qué una mujer con psicología masculina puede estar más en sintonía con su lado emocional, según el momento del ciclo en el que se encuentre, o por qué un hombre con psicología masculina, que sufre bajas de testosterona, sea considerablemente menos agresivo y tome menos riesgos.

Experiencias sociales

La psique es estable y, pensar de manera femenina o masculina es algo constante a lo largo de la vida. No obstante, las experiencias sociales pueden jugar un gran papel en la profundización y adquisición de habilidades que quizás no eran las preferidas en un tiempo anterior.

Una personalidad masculina puede adquirir el cuidar su imagen y desarrollar interés por la empatía, aunque le cueste años de entrenamiento. Una personalidad femenina puede aprender a dejar las emociones en segundo plano y ser más fría en su toma de decisiones o desarrollar ser más agresiva ante una injusticia. No obstante, cambiar la manera natural de nuestros pensamientos y respuestas requiere mucho trabajo y voluntad.

Dra Maite J. Balda. Psicóloga y doctora en Neurociencias Cognitivas

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