Lloros, inflamación de las encías y excesivo babeo suelen ser las señales más típicas de que al bebé le están saliendo sus primeros dientes. Convertir este periodo en algo llevadero es posible. Y es que, aunque parezca mentira, existen multitud de pequeños trucos que nos ayudarán a aliviar su malestar.
No todos los niños sufren la salida de los dientes con la misma intensidad. Aún así conviene estar preparados para aliviarle cuando llegue el momento. Y para ello, nada mejor que tener respuestas claras a las dudas más habituales.
5 respuestas a las dudas sobre la salida de los dientes de leche
1. ¿Cuándo suelen aparecer los primeros dientes?
Por lo general el inicio de la dentición suele producirse entre el quinto o sexto mes de vida del bebé. Pero no debemos engañarnos. Aunque nos parezca increíble, los niños nacen ya con todos los dientes más o menos perfilados en sus encías. Es más, algunos de ellos pueden llegar a nacer, incluso, con un diente completo. En cualquier caso, el orden de aparición más habitual es el de incisivos (entre los 6 y los 12 meses), molares (los primeros aparecen entre los 12 y 18 meses), caninos (entre los 18 y 24 meses) y, por último, los segundos molares (entre los 24 y los 30 meses).
2. ¿Por qué babean tanto?
Por lo general, el inicio de la dentición suele coincidir con el aumento de la actividad de las glándulas salivares. No es que ambos fenómenos se encuentren directamente relacionados pero lo cierto es que suelen producirse más o menos al mismo tiempo. Según los expertos alrededor de los cinco o seis meses los bebés comienzan generar más saliva a modo de preparación de cara al nuevo tipo de alimentación que comenzarán a recibir. Y es que, no es lo mismo ingerir leche que comenzar a tomar sólidos. Éstos últimos requieren ser ensalivados para su digestión. Así, hasta que nuestro pequeño aprenda a tragar la saliva correctamente tendremos que acostumbrarnos a contemplar su barbillita completamente mojada.
3. ¿Qué otros síntomas suelen aparecer?
Este abundante babeo del que hablábamos puede llegar a producir ciertas irritaciones en la barbilla, además de cierta predisposición a las escoceduras en el culito.La explicación a esta última molestia es muy sencilla. Con el aumento en la producción de saliva, la orina de nuestro bebé cambiará de composición volviéndose más ácida y, por lo tanto, más dañina para su piel.También es habitual que el niño se muestre más inapetente, menos dormilón y más propenso a constipados e infecciones. No por la dentición sino por la disminución de las defensas maternas que hasta ahora le protegían.
4. ¿Existen remedios para aliviarle?
Para calmar la irritación de las encías podemos utilizar algunos pequeños trucos. Algunos bebés, por ejemplo, suelen sentirse muy aliviados mordisqueando un trozo de pan, una tostada o una galleta especial. También podemos intentar calmarle el dolor dándole pequeños masajes circulares en las encías con nuestro dedo previamente mojado en agua, en un bálsamo especial para estos casos o en manzanilla fría. Un método que suele dar, asimismo, buenos resultados es la aplicación de frío. Ya sea a través de un mordedor o una pieza de fruta grande congelada, las bajas temperaturas suelen ser la mejor anestesia para estos casos.
5. ¿Cómo se limpian los primeros dientes?
Es fundamental que limpiemos los dientes de leche de nuestro bebé. No sólo por higiene sino porque de ello dependerá la salud de sus dientes definitivos. Para limpiarlos se los lavaremos con una gasita o bastoncillo de algodón ligeramente humedecida en agua tibia. Además, debemos procurar que el niño no se quede dormido con el biberón de la leche o el zumo en la boca pues los ácidos de ambos productos podrían llegar a dañar los dientes de nuestro pequeño. Un buen truco, en estos casos, es ofrecer al niño un poco de agua tras cada comida para que pueda «aclarar» su boquita. Y un último apunte: evitemos por todos lo medios recurrir a viejos remedios como untarle el chupete en leche condensada o azúcar. Este tipo de hábitos son sumamente perjudiciales para la dentición de los bebés.
Trucos para calmar las molestias del bebé con salida de los dientes
1. Evita calentar en exceso la comida de tu bebé. Una papilla demasiado caliente podría llegar a acentuar los dolores e inflamaciones de las encías del niño.
2. No renuncies a darle el pecho si ya han aparecido algunos dientes de leche. Siempre podremos combinar la alimentación sólida con alguna toma de leche materna. Si lo que nos preocupan son las caries no nos angustiemos. La leche materna contiene azúcar pero no provoca caries.
3. Utiliza un hielo envuelto en un pañuelo fino cuando veamos que el niño se encuentra muy dolorido. Prueba a intentar calmarle frotando ligeramente las zonas afectadas o usa un mordedor que puedas meter en la nevera.
4. Unas décimas de fiebre no siempre son por la dentición. Lo más probable es que el niño haya contraído una infección pues alrededor de los cinco o seis meses, precisamente, es cuando comienzan a agotarse los anticuerpos procedentes de la madre.
5. Evita darle flúor a tu bebé por tu cuenta y, mucho menos, al mismo tiempo que el pecho o el biberón. El calcio contenido en los productos lácteos impiden la correcta absorción del flúor.
6. Para aliviar las irritaciones del culito de tu bebé intenta cambiarle inmediatamente después de que el niño se haya mojado. Sólo así conseguirás evitar que la orina dañe en exceso delicada piel de esta zona. Además, entre cambio y cambio, procura dejar a tu hijo con el culete al aire durante un ratito.
Marisol Nuevo Espín
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