A nuestros hijos les encantan las películas de dibujos animados. Si por ellos fuera, se pasarían todo el día viéndolas. Blancanieves, Los Aristogatos, Batman… imágenes llenas de color y de mundos distintos que estimulan su curiosidad e imaginación. Y, por si fuera poco, además les divierten. Pero, ojo, podemos descuidarnos y caer en el extremo opuesto: convertirnos en esclavos del vídeo.
La diferencia esencial entre los videos para niños (ya sean de películas, dibujos animados, etc.) y la televisión reside en que somos nosotros, los padres, quienes decidimos qué queremos ver y cuándo. Continuamente oímos hablar de que los niños ven demasiado televisión y demasiados programas poco convenientes. Con los videos se consigue que no se habitúen a ver televisión porque sí, o que enciendan la televisión a ver qué ponen.
Ventajas educativas de las imágenes en la pantalla
Nadie ignora las ventajas de los videos pensados para niños. A estas edades, cuando durante toda su jornada no hacen más que aprender, chicos y chicas amplían su conocimiento del mundo y de lo que les rodea. A través de ellos tienen noticia de determinadas situaciones (lo mala que es la bruja, cómo viven los animales del bosque, etc.) como si las estuvieran viviendo.
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Una imagen vale más que mil palabras, reza el dicho. Lo que se ve por los ojos se asimila más fácilmente: nuestros hijos captan más de lo que nos imaginamos. Esto puede ser positivo o negativo según lo que transmita y enseñe la película. Si se trata de buenos valores, si presenta buenos modelos… ayudarán al desarrollo de nuestro hijo. Si, por el contrario, ven lo que no deben (escenas de violencia, agresividad, malos ejemplos)… entonces podrá llegar a creer que el mundo es realmente así e incluso imitarlo.
Las distintas escenas y situaciones dan pie a explicar muchos porqués de la vida. Si uno de los personajes muere o tiene un hijo quizá puede ser una ocasión para introducirles en estos temas, con explicaciones acordes a su edad. Y esto será más eficaz cuanto más tiempo pasemos con ellos viendo los videos.
La lista de ventajas no se acaba aquí: los videos ayudan a ampliar el lenguaje de nuestros hijos, pues comprueban cómo se usan muchas palabras nuevas; desarrollan su fantasía e imaginación; les divierten mucho; pueden llegar a reforzar la unidad familiar; se expone, de manera sencilla y adecuada a su edad, una explicación del mundo: por qué son buenos los buenos y malos los malos, por qué hay que ser sincero, se es feliz cuando se hace el bien… etc.
Consejos para llenar de magia la pantalla infantil
1. Las películas más adecuadas para los niños entre 0 y 6 años son las de Walt Disney, algunos documentales, dibujos animados infantiles, historias de personajes atrayentes, etc. Hay que buscar la calidad cinematográfica y humana más que seguir los dictados de la moda publicitaria.
2. Evita acostumbrarles a ver demasiados videos, quizá no más de dos a la semana. Una buena idea puede ser poner uno el sábado y otro el domingo. Y otro más en algún día de fiesta, no entre semana.
3. Es normal que los niños pidan ver la misma película. Lo necesitan para enterarse de verdad del argumento. Cuando ya piden que le pongamos otra distinta es que ya lo han entendido casi todo.
4. La habitación ha de estar algo iluminada y el sonido moderado, para que no dañe a nuestro hijo. Además, deberemos colocarle a más de tres metros de la pantalla.
5. Evita convertir los videos en un instrumento de premio o castigo. Ha de ser independiente de que nos portemos bien. Hay que intentar no identificar estos conceptos desde el principio.
6. Si el niño es especialmente nervioso o sensible, evitemos que vea películas justo antes de dormir para que no tenga pesadillas o miedos esa noche.
Podemos fomentar los valores positivos de una película y, a la vez, desarrollar la creatividad y fantasía de nuestros hijos de una manera muy sencilla. Después de verla, organizaremos una obra de teatro o de guiñol sobre el tema. Entre todos haremos los disfraces, las caretas, las marionetas, etc. y luego lo representaremos. Tenemos diversión asegurada para bastante tiempo.
Rocío Serrano
Asesoramiento: José Luis Varea y Javier de Alba. Expertos en educación
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