A través de nuestros ojos expresamos nuestras emociones, nuestro carácter y también nuestro estado de ánimo. Es nuestra seña de identidad en el rostro que debemos cuidar con esmero. Pero determinados agentes como la edad, la deshidratación, las alergias, la falta de descanso, el estrés o una dieta alta en sal y azúcares provocan la aparición de las temidas bolsas y ojeras, que envejecen y deforman nuestra apariencia.
Cuando los ojos están rodeados por bolsas u ojeras, la mirada aparece triste, cansada y apagada. ¿Por qué la zona ocular es tan sensible? Una de las principales razones que es la piel en la zona que rodea al ojo es muy fina. El volumen de la piel es aproximadamente de un espesor de entre 300 y 800 micras o lo que es lo mismo, cinco veces más fina que la del resto del rostro, que a su vez, es cinco veces más fina que la del cuerpo.
Si a esto añadimos que con el paso del tiempo pierde elasticidad y grasa, es lógico, que aparezca el clásico hinchazón o edema junto con el aumento del volumen de la sangre, caracterizado por un color violáceo de la piel, que conocemos como ojeras. La tez pierde firmeza y luminosidad.
Trucos para reducir bolsas y ojeras
Los cosméticos, los tratamientos médico-estéticos junto con una buena alimentación reducen y minimizan las consecuencias estéticas de la mala circulación sanguínea. La vitamina K es una fuente imprescindible para atacar las bolsas y ojeras. De la misma manera que las cremas con este ingrediente refuerzan la pared vascular y mejoran el mecanismo de coagulación, consumir alimentos que contengan esta vitamina ayuda considerablemente a reducir su presencia devolviendo juventud y la mirada.
En ocasiones, son los factores genéticos los determinantes en la aparición de las ojeras y las bolsas, pero no por ello hay que desatender su impacto.
Otro de los trucos correctores que está al alcance de todas para reducir la inflamación es el frío. Aplicar hielo sobre la zona ayuda a reducir la congestión de los ojos. Hay antifaces que se guardan en la nevera y se mantienen frescos para usarlos en un momento de emergencia. La fórmula más sencilla es envolver un cubito de hielo sobre un pedazo de tejido limpio y situarlo sobre los ojos un par de minutos. El frío llega hasta los vasos sanguíneos y se aminora la inflamación.
El conocido remedio de las rodajas de pepino actúa de forma similar a la del hielo. Si se hace de forma constante y no solo cuando notamos la inflamación puede frenar la progresión de las bolsas y el envejecimiento de la piel.
Dentro de la medicina estética, un recurso muy eficaz es el drenaje linfático facial. Se trata de un masaje sin contraindicaciones que activa el sistema linfático de la cara y reconduce los líquidos retenidos hacia los ganglios linfáticos situados cerca de los oídos y ojos. Es un masaje técnico suave que logra eliminar gran parte de las toxinas que estaban retenidas formando hinchazones, lo que genera una mejora inmediata del aspecto de la cara y de la calidad de la piel. Notarás enseguida como desaparecen las bolsas en los ojos.
Y si estos trucos no sirven es hora de pasar a la acción y disimular el aspecto del rostro. Si no podemos echar mano de los correctores un buen atajo es usar un poco de labial rojo. Se aplica sobre una esponja y con pequeños toques sobre la zona. Después se puede difuminar con la brocha de maquillaje.
Pequeños gestos para tener buena cara
En general, cualquier acción que produzca eliminación de líquidos ayuda a mejorar la zona ocular pero aquí tienes estas ocho rutinas fáciles de llevar a cabo para mantener a raya la mirada.
1. Elimina bien los restos de maquillaje antes de dormir incidiendo en el área de los ojos. Si algo irrita los ojos hará que se inflamen.
2. Mantén un buen ritmo en la circulación sanguínea haciendo ejercicio diario.
3. Descansa entre seis y ocho horas. Un descanso reparador es necesario para tener un rostro fresco. Elige una postura que te mantenga boca arriba y sobre una almohada bastante gruesa o firme. La gravedad hace que se acumule líquido.
4. Una dieta rica en frutas y verduras es siempre el aliado del bienestar de tu organismo. Las verduras de hoja verde, como las espinacas, las endivias, la lechuga, los berros o la col, el brócoli, la albahaca o los germinados, pueden ayudarnos a conseguir un aporte de vitamina K que necesitamos.
5. Evita el azúcar y la sal para reducir la retención de líquidos. También bebe unos 2 litros de agua al día y evitarás el envejecimiento prematuro de la piel.
6. Usa siempre protección para que el sol no altere la piel de tu rostro.
7. Reduce el estrés. Cuando está estresado el cuerpo elimina una sustancia denominada cortisol que es un de las causas del hinchazón y otros efecto no deseados en tu cuerpo.
8. No te olvides de mantener tus hábitos de hidratación específica en el contorno de ojos.
A partir de ahora podrás atacar las bolsas y ojeras con estos consejos naturales y reducir en la medida de lo posible la temida máscara de «oso panda» con la que popularmente se conocen.
Carmen Díaz. Directora del centro de estética Germaine Goya.
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