¿Te preocupa envejecer, o tu papel en la sociedad cuando tengas 60, 70 u 80 años? Hay mucha vida después de los 60, y la sociedad aprecia cada vez más la contribución de las personas mayores. Eso es lo que significa el envejecimiento activo. Aprovechar más de la vida, no menos, cuando se envejece, tanto en el trabajo como en casa o en la comunidad.
Y eso no solo afecta a cada persona individualmente, sino a la sociedad en su conjunto. Según una encuesta realizada por el Eurobarómetro de la Comisión Europea sobre el Envejecimiento Activo, el 71% de los europeos son conscientes de que la población europea envejece, pero solo un 42% se muestran preocupados por esta evolución.
El envejecimiento activo, un reto para la sociedad
Esto contrasta claramente con la percepción de los responsables políticos, que consideran que el envejecimiento demográfico es un reto importante. Para la mayoría de los ciudadanos, las personas de 55 ó más años desempeñan un papel importante en ámbitos clave de la sociedad.
Más del 60% considera que debe ser posible seguir trabajando después de la edad de jubilación y una tercera parte afirma que a ellos mismos les gustaría seguir haciéndolo. Sorprendentemente, las personas que se encuentran más cerca de la jubilación son más propensas a pensar así que los jóvenes.
Joven o viejo según donde se viva
La encuesta del Eurobarómetro abarca cinco campos: percepción general sobre el envejecimiento y las personas mayores; personas mayores en el lugar de trabajo; jubilación y pensiones; voluntariado y ayuda para las personas mayores; y entornos adecuados para las personas mayores.
La encuesta pone de manifiesto que las definiciones de «joven» y «viejo» varían notablemente entre los distintos países. En Malta, Portugal y Suecia, se consideran jóvenes las personas de menos de 37 años, mientras que en Chipre y Grecia se consideran jóvenes las personas de hasta 50.
Por término medio, los europeos opinan que empezamos a ser considerados ancianos poco antes de los 64 años y ya no somos considerados jóvenes a partir de los 41,8 años de edad. La percepción también varía según la edad y el sexo: las mujeres consideran que la vejez empieza un poco más tarde que los hombres (65 años frente a 62,7 años, respectivamente).
Ganas de jubilación frente a la jubilación obligatoria
En cuanto al empleo activo, solo uno de cada tres europeos está de acuerdo con la idea de que la edad de jubilación oficial se aumente de aquí a 2030, aunque esta sea actualmente una clara prioridad política en numerosos Estados miembros.
No obstante, se respalda ampliamente (61%) la idea de que se debe permitir a las personas que sigan trabajando una vez que hayan cumplido la edad de jubilación oficial. El 53% rechaza la idea de una edad de jubilación obligatoria, pero existen grandes diferencias entre los Estados miembros.
Si bien la edad típica de jubilación es de 65 años, en 2009 la edad media de salida del mercado laboral fue de aproximadamente 61,5 años. El 42% de los europeos creen que serán capaces de seguir realizando su trabajo actual una vez que hayan cumplido 65 años, mientras que el 17% consideran que no podrán seguir haciéndolo hasta los 60 años. Un tercio de los europeos afirman que quisieran seguir trabajando una vez que hayan llegado a la edad de jubilación y la idea de combinar un empleo a tiempo parcial con una pensión parcial es más atractiva que la plena jubilación para casi dos tercios de los europeos.
Tercera generación muy solidaria
El envejecimiento activo no está relacionado únicamente con el empleo. Aproximadamente la cuarta parte de los europeos (incluidos los mayores de 55 años) afirman realizar labores de voluntariado. En los países donde hay menos tradición de voluntariado, una mayor proporción de personas afirma haber ayudado o prestado apoyo a otras personas fuera de su propio hogar. El 36% de los europeos de más de 55 años han prestado tal apoyo. El 15% de las personas mayores de 55 años que respondieron a la encuesta cuidan a una persona mayor de su familia y el 42% lo han hecho en el pasado.
Sensibilizar acerca de la contribución que las personas mayores pueden aportar a la sociedad, a la vez que animar a los responsables políticos y los interesados en el asunto a actuar a fin de crear mejores oportunidades para el envejecimiento activo y fortalecer la solidaridad intergeneracional. La UE puede ofrecer apoyo en ámbitos como el empleo, la sanidad, la sociedad de la información, el transporte y la protección social.
¿Qué es el envejecimiento activo?
Se trata de envejecer con salud, participando plenamente en la sociedad, y sentirnos más satisfechos en el trabajo, más autónomos en la vida cotidiana y más activos como ciudadanos. Sea cual sea la edad, podemos tener nuestro papel en la sociedad y optar a una mejor calidad de vida. El reto está en sacar el máximo provecho del enorme potencial que conservamos incluso a edades avanzadas.
Esta actitud se puede fomentar en tres ámbitos:
En el empleo: al aumentar la esperanza de vida en toda Europa, las edades de jubilación se están retrasando y mucha gente teme que no tendrá la capacidad necesaria para permanecer en su trabajo, o encontrar otro hasta que pueda jubilarse con una pensión digna. Tenemos que dar mejores posibilidades en el mercado laboral a los trabajadores mayores.
En la participación en la sociedad: dejar el trabajo no significa quedarse mano sobre mano. La contribución de las personas mayores a la sociedad como cuidadores de otras personas, generalmente sus propios padres, sus cónyuges o sus nietos, muchas veces se pasa por alto, como su actividad de voluntariado.
En la autonomía: la salud va flaqueando según envejecemos, pero se pueden hacer muchas cosas para enfrentarse a ello. Unos cambios insignificantes a nuestro alrededor pueden suponer una gran diferencia para quienes sufren problemas de salud y discapacidad. El envejecimiento activo también significa poner los medios para que, al envejecer, podamos mantener nuestra autonomía el máximo tiempo posible.
Con demasiada frecuencia, tanto las personas como las sociedades creemos que hacerse mayor es un engorro y no un triunfo. El aumento del número de personas mayores se percibe como una carga para las más jóvenes en activo. Sin embargo, hoy en día, vamos cumpliendo años con mejor salud que las generaciones anteriores, teniendo los mayores unos conocimientos y unas experiencias válidos que los más jóvenes pueden aprovechar. Mantenerse activo al hacerse mayor es fundamental para abordar el reto del envejecimiento.
Marina Berrio
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